"Defenderemos a esas familias", advierte coalición
de organizaciones de Ocosingo
Esta semana se efectuarán los desalojos en Montes
Azules, confirma la Semarnat
Participará el Ejército en el operativo
contra asentamientos irregulares en la reserva
ANGELICA ENCISO, MATILDE PEREZ Y ALONSO URRUTIA
La Secretaría de Medio Ambiente (Semarnat) confirmó
que esta semana se efectuará el desalojo de asentamientos irregulares
de la reserva de la biosfera Montes Azules, informaron fuentes de la dependencia.
La acción es apoyada por el comisionado para el diálogo y
negociación en Chiapas, Luis H. Alvarez, porque "está orientada
a proteger esa zona ecológica".
Mientras, la Coalición de Organizaciones Autónoma
de Ocosingo (COAO) informó que iniciará una movilización
de todas las comunidades hacia Montes Azules para apoyar a las personas
que serán desalojadas. "Defenderemos a esas familias. Las autoridades
no han comprendido que no destruimos la naturaleza. Además la mayoría
de esos asentamientos tiene más de dos años y formaban parte
de la mesa agrario ambiental que se instaló en el gobierno de Ernesto
Zedillo", dijo Mario Hernández Pérez.
De acuerdo con fuentes de la Semarnat, el desalojo ya
estaba planeado por la Procuraduría Federal de Protección
al Ambiente (Profepa) desde hace varias semanas, pero el gobernador les
pidió que esperaran un tiempo para negociar y definir la reubicación
de los afectados. Debido al limitado personal de que dispone la Profepa,
en este tipo de operativos suele apoyarse en elementos del Ejército
y de la Policía Federal Preventiva. (PFP).
La
Profepa aseguró que el desalojo se hará sin violencia y justificó:
se trata de proteger un bien de la nación. Son asentamientos que
tienen alrededor de seis meses de haberse establecido en la reserva, por
eso más que un desalojo se trata de una reubicación, porque
afectan zonas importantes de la reserva.
En entrevista, el titular de la Semarnat, Víctor
Lichtinger, dijo que se han llevado a cabo pláticas con el gobierno
del estado porque se han estado registrando nuevas invasiones y "debe haber
una acción con la que se logren parar ese tipo de hechos".
Luis H. Alvarez, comisionado para el diálogo y
paz en Chiapas, comentó que la reubicación de comunidades
indígenas es explicable, pues es una acción orientada a la
protección de esa zona ecológica.
Sin embargo, reconoció la necesidad de que la reubicación
se realice "con el cuidado debido", para no desatar una nueva fuente de
conflicto. "Creo que quien conoce Chiapas debe entender que es una zona
que debe protegerse", declaró.
Entrevistado brevemente en la secretaría de Gobernación,
Alvarez manifestó que la reubicación no es asunto que toque
directamente a sus funciones, pero destacó la importancia de Montes
Azules como reserva de la biosfera, "pues es lo que queda del pulmón
continental, porque lo que ocurre en el Amazonas y acá en la Lacandona
tiene mucho que ver con climas y demás". Destacó que Montes
Azules ha registrado invasiones crecientes que la afectan, motivo por lo
cual son necesarias las reubicaciones.
La Profepa estableció con el gobierno de Chiapas
un convenio de vigilancia forestal en noviembre de 2001 para proteger los
recursos de la entidad. Se espera que ésta sea una práctica
normal contra quienes invaden reservas ecológicas, porque lo que
se hace es "proteger el patrimonio de la nación y de los pueblos
lacandones, que son los dueños legítimos de esas tierras",
informó.
Advirtió que no se permitirá que la ley
se infrinja ni que haya impunidad. Por ejemplo: la comunidad Arroyo San
Pablo, ahora conocida como asentamiento Lucio Cabañas, antes también
se hizo llamar Salvador Allende, sólo tiene 20 habitantes, entre
ellas siete adultos, los cuales piden medio millón de pesos por
familia para salirse.
Los señalamientos de la Profepa fueron aclarados
por Mario Hernández Pérez, de la COAO, pues de los nueve
poblados que pretenden desalojarse sólo tres son recientes: San
Pablo, Nuevo San Rafael y el que las autoridades de la reserva denominaron
Veintiocho de Febrero (2002), ya que fue localizado por ellos ese día.
En el caso de Arroyo Cristalina, Sol Paraíso, Nuevo Salvador Allende,
Nuevo Pichucalco y La Ruina tienen más de dos años; incluso
Nuevo Pichucalco está dentro de su ejido, no hay ninguna irregularidad,
asentó.
Aclaró que las comunidades que apoyarán
a las familias que serán desalojadas no pretenden enfrentarse al
Ejército ni a la PFP, pero "no podemos aceptar el uso de la fuerza
ni los pretextos para que se militarice esa región. Tampoco entregaremos
nuestro patrimonio natural a los extranjeros".
El año pasado, ante la advertencia de las autoridades
ambientales de que serían desalojadas las familias asentadas en
Montes Azules, la ARIC Independiente y Democrática envió
una carta al gobernador del estado, Pablo Salazar Mendiguchía, en
la que subrayaba que "estaban allí por necesidad de tierra y porque
habían salido huyendo de sus comunidades en 1994 por la presión
militar y violencia paramilitar".
Desde entonces señalaron que eran las "grandes
corporaciones multinacionales, ocultas en grupos ecologistas que utilizan
a los lacandones, las interesadas en el desalojo para poder saquear los
secretos de la selva, promover la construcción de gigantescas hidroeléctricas
en los caudalosos ríos de la zona. Algunos grupos retenden enriquecerse
con el ecoturismo". Desde entonces, los habitantes de esos poblados se
propusieron como "guardianes de la reserva".