Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 17 de diciembre de 2002
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Cultura

Teresa del Conde /I

Frida. La película

Aunque Frida tiene fans all over the world, en México la exhibición de la película de Julie Taymor no ha acarreado multitudes, ni es necesario, para verla, adquirir, como yo lo hice, los boletos con anticipación. No sé a qué atribuir el fenómeno, si a la noia que ha llegado a desatar la fridomanía -efecto adverso de la misma-, al hecho de que los cinéfilos mexicanos sienten aversión por la representación de caracteres o héroes nacionales, o bien a que la cinta viene acompañada de propaganda adversa hacia Salma Hayek. Esto último me parecería injusto. Es legítimo por parte de la Hayek haber querido encarnar al personaje, como lo fue también por parte de Madonna o de Jennifer López. Lo cierto es que Hayek hizo un gran esfuerzo y tiene momentos en que sí "actúa" a Frida y no sólo eso: hasta logró parecerse a ella en algunas tomas.

Debido a que me cuento entre quienes han estudiado a Frida Kahlo, y a que mi libro sobre la pintora (Plaza & Janes, 2001, reimpreso dos veces) ha corrido con buena fortuna, he decidido desglosar con calma el filme, para lo cual voy a valerme de puntos numerados. Antes debo decir que leí críticas italianas e inglesas al respecto, que no llegaron a influirme. Los comentarios que mayormente me dispusieron a ver Frida con buenos ojos se deben a dos historiadores. Fausto Ramírez dijo: "A mí sí me gustó la película, es altamente disfrutable. Pero tienes que guardar mucha distancia ante lo que narra. Procura olvidarte de lo que sabes, vela como ficción". Por su parte, Jorge Alberto Manrique me comentó que se trataba de un buen espectáculo, bastante atractivo, pero que no era cine de autor: "es muy plana. No se analizan los recovecos". Sobre este último comentario entresaco el primer punto crítico.

1. La propaganda, las notas y los resúmenes que sobre la película han aparecido citan como fuente del filme el libro de Hayden Herrera sobre Frida Kahlo. En la presentación inicial de la cinta se lee el crédito: "inspirada en el libro de Hayden Herrera". Pues bien, Hayden estaría en derecho de demandar a quienes produjeron la película porque si algo tiene su historia es que resulta cuidadosísima en cuanto a fechas de ejecución de los cuadros, lugares, incursión y relevancia de los personajes que van apareciendo, cronología de los episodios expuestos. En ese sentido hay tantas fallas en la cinta, que únicamente ese aspecto armaría un escrito largo. Nada que ver el libro de Hayden con la película, salvo en aquellos puntos que representan los mayores lugares comunes de su -en tantos aspectos- excelente biografía. Una biografía que es sumamente completa, cuidadosa, bien armada, pero en cierto sentido "plana", siguiendo la expresión de Manrique. Por "plana" yo entiendo aquí lo siguiente: falta de claroscuros, un poco agringada. Bien, pues la película acentúa eso: Frida es "de una pieza", es casi una santa, una santa "liberada", la santa laica, sin dobleces, que nos entrega el mito fridómano.

Como falla principal en cuanto a verosimilitud de la historia puedo mencionar la que sigue: Frida nació con un mal congénito: espina bífida, a resultas de lo cual sufrió a los seis años un episodio que se diagnosticó como poliomielitis. Frida pata de palo existía antes del accidente, no sólo después, y Hayden Herrera así lo acredita en su libro. Entiendo que la dramatización requiriera atribuir al accidente todo lo que la heroína sufrió a posteriori, pero creo que en todas formas, un pequeñísimo indicio del mal mencionado pudo connotarse con toda facilidad mediante tres o cuatro palabras insertas en cualquiera de los diálogos que mantienen Guillermo Kahlo y Matilde Calderón, los padres de Frida. Con ello quienes conocen con algún detalle la historia se habrían dado por satisfechos.

2. El erotismo es elemento que en el guión se utilizó para complacer al espectador medio (no me parece mal) más que para ilustrar a Frida. El tango que danzan Salma Hayek y Ashley Judd, ella en el papel de Tina Modotti, es una pieza de coreografía sin duda bonita, pero hubiera sido mejor incluirla como un sueño de opio. Modotti queda allí desvirtuada en forma inadmisible. La fiesta representada en la filmación tiene un origen real, es decir, sí hubo reuniones bohemias propiciadas por la fotógrafa, pero Tina estuvo lejos de ser una especie de mujer a la moda, de aristócrata caprichosa que reunía a sus amigos de avanzada, como si las mujeres fueran acaudaladas esnobs con atuendos provocativos a quienes de repente les daba por divertirse cuando sus compañeros echaban bala.

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