Oposición de Rusia y China; temen auge armamentista
Ordena Bush instalación de sistema antimisiles; se iniciará en Alaska
AFP Y REUTERS
Washington, 17 de diciembre. El presidente estadunidense George W. Bush ordenó este martes comenzar a desplegar un sistema de defensa antimisiles, instalando en Alaska 10 misiles de intercepción de aquí a 2004, para proteger al país contra eventuales ataques de "estados paria" como Corea del Norte, o de terroristas. Tal determinación se tomó pese al fracaso, la semana pasada, de una prueba antimisiles sobre el océano Pacífico.
La decisión se produce luego de que Washington denunció el tratado antibalístico firmado en 1972 con Moscú, que prohibía el despliegue de tal sistema, anunciado después de la cumbre con el presidente ruso Vladimir Putin.
"Estados Unidos tomará todas las medidas necesarias para proteger a sus ciudadanos contra lo que puede ser su mayor riesgo: los males catastróficos que podrían ser provocados por estados hostiles o grupos terroristas dotados de armamentos de destrucción masiva y de los medios de utilizarlos", declaró Bush en un comunicado leído por su portavoz Ari Fleischer.
Responsables de la administración dijeron que 10 misiles interceptores se-rían instalados desde ahora hasta 2004 en una base de Alaska, y otros 10 hacia 2005 o 2006.
"Aunque modesto, este despliegue reforzará la seguridad de Estados Unidos y servirá de punto de partida para mejorar y expandir la capacidad de defensa luego, cuando se progrese en la investigación y el diseño de tecnologías de defensa antimisiles a la luz de la evolución de la amenaza", agregó Bush.
Desde 1999, cinco ensayos del programa de misiles terrestres de intercepción a mitad del vuelo tuvieron éxito, pero el último fracasó el 11 de diciembre pasado.
Según Bush, los estadunidenses quieren "estructurar su programa de defensa de manera que pueden también participar otros países". Gran Bretaña y Dinamarca confirmaron que Estados Unidos les envió una solicitud para utilizar bases en el contexto del despliegue del paraguas antinuclear estadunidense, identificado inicialmente como guerra de las galaxias cuando lo propuso el entonces presidente Ronald Reagan, también republicano.
Rusia y China se oponen al proyecto estadunidense, temiendo la reanudación de la carrera armamentista, principalmente en Asia.