Caravana de Pastores por la Paz lleva nueve días varada en la aduana de Reynosa
Impiden ingreso de ayuda humanitaria para Chiapas
CLAUDIA HERRERA BELTRAN
La caravana de la organización estadunidense Pastores por la Paz denunció que lleva nueve días varada en la aduana de Reynosa, Tamaulipas, con un cargamento de 10 toneladas de medicamentos, suministros médicos y material escolar de ayuda para Chiapas, porque las autoridades migratorias mexicanas no permiten su ingreso.
En una reunión de última hora, autoridades de la Secretaría de Gobernación expresaron su disposición para buscar una solución. Sin embargo, hasta el cierre de esta edición el problema aún no estaba resuelto.
El reverendo Lucius Walker, director ejecutivo de Pastores por la Paz, manifestó su temor de que se niegue la entrega de la ayuda por "razones políticas" relacionadas con el desalojo de comunidades indígenas de la zona de Montes Azules.
En entrevista, señaló que las autoridades del gobierno mexicano exigen a Pastores por la Paz la entrega de un listado muy detallado de los materiales que pretende llevar a Chiapas, cuya elaboración tardaría varias semanas.
Walker expresó su extrañeza ante la actitud del gobierno mexicano, porque esta es la caravana número 14 que realizan a la entidad chiapaneca, y es la primera vez que se encuentran con este impedimento.
"Nos preocupa esta acción del gobierno, porque podría significar un cambio en la política en materia de apoyo humanitario", indicó el representante de la organización ecuménica estadunidense.
Refirió que la visita no tiene ningún propósito oculto, y prueba de ello es que recibió apoyo del obispo de la diócesis de San Cristóbal de las Casas, Felipe Arzimendi, para realizar esta misión.
Dijo que al principio los 22 miembros de la caravana pensaron que el origen del problema eran las "trabas burocráticas", pero con el paso de los días advirtieron que puede haber un motivo político detrás de esta decisión.
Relató que en la aduana les explicaron que requieren una autorización especial de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, pero no saben cómo obtenerla.
Aclaró que su labor en México no tiene nada que ver con evangelización ni proselitismo, sino sólo con el interés de las iglesias de ayudar a los más necesitados.
Sabemos, dijo, que los más pobres viven en campos de refugiados, y por esa razón organizamos esta misión para llevar esta ayuda como regalo de Navidad.
Explicó que hasta ahora han realizado varias llamadas telefónicas y enviado documentos, por conducto de las oficinas de Cáritas en Chiapas, pero no han recibido respuesta favorable.
Mostró copia de un oficio que Cáritas envió a Luis Javier Hernández López, de la administración local jurídica de Chiapas, en el que solicitan que se autorice la entrada al país de la donación.
En otro oficio, detalla que de las 10 toneladas, una parte será distribuida por conducto de varias organizaciones civiles y religiosas, y otra se entregará directamente a comunidades indígenas que visitarán durante una semana.
El listado del donativo que ya se había hecho llegar a las autoridades migratorias mexicanas incluye, entre otras cosas, medicinas, sillas de ruedas, vendajes, jeringas, material de oficina, computadoras y bicicletas.