Entregó 53 premios a igual número de estudios
Reconoce el INAH esfuerzo de investigadores en el área
RENATO RAVELO
Con la entrega anual de 53 premios por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) ''se renueva la vocación intelectual de nuestra labor'', aseguró el director de la dependencia, Sergio Raúl Arriyo.
Por su parte, Gloria Villegas Moreno, a nombre del jurado, recordó la visión de Manuel Gamio, según la cual ''la antropología debía servir para el buen gobierno. El sostenía que nunca se lograrían leyes adecuadas sin un conocimiento de a quienes estaban destinadas''.
Arroyo destacó en la ceremonia que encabezó la presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Sari Bermúdez, el carácter vigente y variado de las investigaciones premiadas. Elogió tanto la de José Manuel Valenzuela Arce (Jefe de jefes: corridos y narcocultura) como la de Ricardo Tena y Salvador Urrieta para la regeneración integral de la Merced.
El premio Alfonso Caso en arqueología fue para Walburga María Wiesheu Forster, por su trabajo Religión y política en la transformación urbana. Análisis de un proceso sociodemográfico. El premio Fray Bernardino de Sahagún fue para María Cristina del Pilar Oehmichen Bazán por su trabajo sobre las mujeres migrantes.
En lingüística, el premio Wigberto Jiménez Moreno se otorgó a Lourdes de León Pasquel por su investigación La llegada del alma. Lenguaje, infancia y socialización entre los tzotziles de Zinacantlán. El Premio Javier Ronero Molina, de antropología física, se confirió a María Villanueva y Sagrado por Un método para evaluar fenotipos faciales en una muestra de población mexicana adulta.
El reconocimiento Javier Clavijero en historia fue para Gamboa Ojeda; el Edmundo O'Gorman, para Carlos Illades Aguilar; el Francisco de la Maza, de conservación, para Luis Antonio Maceda; el de Conservación de Bienes Muebles para Alejandra Alonso, y el Covarrubias, de museografía, para el equipo del Museo Doctor Luis Mario Schnneider.
Cada premio se sustenta en tesis de maestría o licenciatura premiadas o con mención honorífica.
Para Villegas Moreno, el conocimiento plasmado en las investigaciones es testimonio del avance en las investigaciones: "no permitamos que esa riqueza quede oculta, porque si no en un futuro investigadores que las revisen se preguntarán cómo es que si teníamos el diagnóstico no hallamos las soluciones. Regresemos al sentido original de la palabra sortilegio, que viene de suerte y de leer".
Hay por lo menos tres elementos en común en los premiados, dijo por su parte Leticia Ojeda: ''se trata del esfuerzo, el reconocimiento y, seguramente, el deseo de seguir adelante. El común de la gente hace la pregunta: Ƒpara qué sirve la historia? La historia y las ciencias sociales sirven para la creación de una identidad que se transforma".