Fueron 12 minutos intensos en la cumbre, dijo Karla Wheelok
En el Vinson caminé entre nubes y estuve cerca de la luna
La escaladora está a una cima de los siete Grand Slam
ROSALIA A. VILLANUEVA
"Ahora sí caminé entre nubes y estuve cerca de la luna. La experiencia fue distinta a cualquier otra cumbre. Fue padre e intensa y quedé enamorada de la Antártica'', expresó la alpinista Karla Wheelok, quien hace 16 días coronó el Monte Vinson (4 mil 900 metros), para ser la primera iberoamericana en lograr el ascenso.
La abogada coahuilense está a un paso de seguir haciendo historia. Alcanzó su sexta cumbre de Grand Slam y espera que el próximo año sea fructífero para que en el verano pueda subir al Carstensz (Indonesia, de 4 mil 885 metros sobre el nivel del mar) y conseguir la hazaña de poner su nombre en las siete montañas más altas de los cinco continentes en igual número de años.
El hito sólo lo ha alcanzado el mexicano Ricardo Torres Nava, con 12 años de preparación.
A unas cuantas horas de haber regresado triunfal de Chile, Karla Wheelok aprovecha el tiempo para estar al lado de los suyos y compartir la experiencia recientemente vivida con su esposo y entrenador, el montañista Iván Loredo, y de Valeria, su pequeña hija, quienes esperaban con ansia el retorno de esta mujer de 33 años de edad.
La escaladora dedicó su logro a las madres que por alguna razón tienen que salir de sus casas a trabajar dejando a sus seres queridos con familiares y amigos.
Fueron dos semanas difíciles las que pasó Karla en la Antártica, donde debió acostumbrarse al verano polar (luz todo el día), esperando en el campamento base (3 mil 700 metros) el momento oportuno para subir al Vinson, el cual esperaba atacar en cualquier oportunidad que la naturaleza se lo permitiera.
"Las condiciones climáticas no eran favorables, el viento fue lo más difícil de superar; eran rachas de más de 300 kilómetros por hora y hacía mucho frío (menos 35 grados centígrados). No hubo noches y el cuerpo no descansa''.
El pasado 5 de diciembre Wheelok llegó a la cumbre a las 14 horas, acompañada de una canadiense y un austríaco. Fructificó un trabajo de dos años, en los que buscó patrocinios, además de cumplir el anhelo de ser madre.
"Estuve (en la montaña) 12 minutos, tiempo suficiente para sacar fotografías, poner la bandera de México junto con la foto que traía de Valeria".
-ƑCuál fue el momento más emotivo de la cumbre?
-Lo que más me gustó es que estuve cerca de la luna y caminé entre nubes, pese al viento (de 90 a 100 kilómetros por hora). En el Vinson hay una libreta guardada en una lata, la del primer hombre que llegó a esa cumbre en 1966.
Karla cumplió la promesa de que pasaría la Navidad con los suyos y ya comenzó a tejer el próximo sueño: ir en pos del Carstensz y cerrar el Grand Slam, luego de haber conquistado el Aconcagua, Everest, McKinley, Elbrus, Kilimanjaro y Vinson.
