Doctores y empleados señalan a Carlos Vizcaíno Magaña como autor del atentado
Dolosa, la contaminación radiactiva de seis personas en el Centro Médico: trabajadores
El supuesto responsable labora en el área de Medicina Nuclear y tiene actitudes de saboteador, dicen
KARINA AVILES
Un grupo de médicos y trabajadores de la unidad de Medicina Nuclear del Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional Siglo XXI reveló a este diario que la contaminación que sufrieron seis personas de dicha área con yodo radiactivo fue provocada en "un acto doloso".
Señalaron como presunto responsable del atentado a Carlos Vizcaíno Magaña, quien "en los hechos" funge como segundo del jefe de servicio de aquella unidad y, según ellos, habría "puesto el yodo en una cafetera" del área secretarial de la jefatura de Medicina Nuclear.
Carlos Vizcaíno Magaña -acusado por varios de los médicos de ejercer "terrorismo sicológico" en contra del personal- es uno de los seis contaminados por yodo 131, pero resulta que a él "no le afecta esta sustancia porque padece de hipotiroidismo y, en consecuencia, ingiere un medicamento (levotiroxina) que bloquea el yodo", afirmaron. Pero además, con estos hechos, "las personas afectadas serán reubicadas en otras áreas", que "es justo lo que buscaba Vizcaíno Magaña", indicaron. Los médicos y trabajadores dijeron que los testimonios ofrecidos a este periódico serán ratificados en la averiguación previa que radica en la Procuraduría General de la República (PGR).
En un comunicado, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) confirmó que "el problema fue originado por una acción posiblemente constitutiva de delito" que investiga la PGR. Señaló que las dosis ingeridas por los seis afectados "no ponen en peligro su vida", y aseguró que "no existe contaminación" en áreas externas a la señalada, por lo que no hay riesgo para el personal, los pacientes del nosocomio y menos aun para el resto de las instalaciones del Centro Médico. Además ratificó que investigaciones internas "permitieron determinar como la fuente del problema a la cafetera del área secretarial de la jefatura de la unidad".
En entrevista con La Jornada, varios médicos y trabajadores adscritos a la unidad de Medicina Nuclear, quienes pidieron guardar el anonimato en razón de que han sido "intimidados" con posibles represalias si hablan, contaron no sólo lo que, según ellos, realmente sucedió en aquella área, sino también revelaron otros incidentes que no han salido a la luz pública y que igualmente se refieren a contaminación del personal con material radiactivo.
En principio, explicaron que el yodo 131 "es un material para diagnóstico y tratamiento de la tiroides" y refirieron que "la dosis ingerida por las seis personas, según la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y Salvaguarda no fue lo suficientemente tóxica como para dañar la tiroides".
La historia comienza con una cafetera del área secretarial del jefe de la unidad, Rodrigo Muñoz Olvera. De ahí, varias personas "ingirieron café con residuos de yodo 131". Lo anterior ocurrió en noviembre, pero sólo después de varios días de haberse presentado el incidente se comenzó "a actuar de manera legal", enfatizaron los médicos.
Expresaron que, "curiosamente", fue Carlos Vizcaíno Magaña, "al igual que como ha ocurrido con las averías anteriores", quien descubrió "que estaba contaminado". Sin embargo, afirmaron, pasaron varios días para que hiciera "el hallazgo". Lo anterior resulta "extraño", porque hay "máquinas detectoras de radiación para todo el personal", destacaron.
Otros datos que llevan al grupo de médicos y trabajadores a señalar a Vizcaíno Magaña como presunto responsable de haber colocado el yodo 131 en la cafetera, es que "él puede entrar y salir a la hora que quiere en la unidad, porque tiene llaves", aseguraron. Y, al ser el "segundo del jefe (Rodrigo Muñoz Olvera), él podía saber a quiénes podía afectar el café contaminado".
Pero, por otro lado, "desde hace dos años que llegó a Medicina Nuclear, se han suscitado situaciones particulares que todos hemos vivido. Carlos Vizcaíno se mete al software, borra estudios, descompone impresoras, tiene llaves del servicio y viene sábados y domingos". En síntesis, presenta "actitudes de saboteador", externaron.
Los médicos señalaron que la personalidad de Vizcaíno Magaña es "megalómana y no está a gusto en la unidad, porque quiere estar en ginecología o cirugía... Es una persona violenta, rencorosa y vengativa, con una mente capaz de elucubrar todo esto". Inclusive, aseguraron que Vizcaíno Magaña en una ocasión "azotó contra un locker a uno de los residentes porque estaba enojado. Fue el día en que supuestamente se enteró que estaba contaminado".
Contaron que Vizcaíno Magaña es un residente del segundo año, de la "absoluta confianza del jefe de servicio, Rodrigo Muñoz Olvera". Este último es otro de los contaminados.
Por otro lado, revelaron que hace alrededor de cuatro meses, uno de los miembros del personal médico fue contaminado con tecnecio en condiciones "extrañas". Dijeron que personas especializadas "estaban calibrando una sala y los ingenieros sacaron las sustancias radiactivas para hacer su tarea. Pero justo cuando entró el medico sonó la alarma y, posteriormente, se dio cuenta que estaba contaminado con tecnecio, una sustancia que decae muy rápido, en unas seis horas. El asunto, del que todo mundo supo, no pasó a mayores".
Los médicos entrevistados entregaron a este diario un documento -que está en www.imagenmedica.com.mx- en el que trabajadores del nosocomio hablan del caso y proporcionan un elemento más: acusan de "robo descarado de material radiactivo a manos del jefe Rodrigo Muñoz Olvera, quien tiene como su cómplice a Felipe Gordon, ex jefe de Medicina Nuclear y actual subdirector médico del Hospital de Especialidades... (ellos) se llevan el material radiactivo a su consultorio particular -en el que ambos son socios- para tratar incluso a derechohabientes que sacan del hospital".
En el comunicado, el IMSS señaló que Rodrigo Muñoz Olvera presentó el 26 de noviembre la denuncia oficial de los hechos ante la PGR y de igual forma se informó a la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y Salvaguarda, la cual recomendó el cierre temporal del servicio como una medida precautoria para mayor protección del personal y de los derechohabientes. "Previo a dicho cierre temporal se confinó todo el material radiactivo en un recipiente específico de plomo".
Por recomendación de la mencionada comisión se solicitó la intervención del Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares, "el cual confirmó que no había derrames ni fugas de material radiactivo". Precisó que las personas afectadas "en un caso extremo, en el mediano plazo podrían llegar a presentar hipotiroidismo, padecimiento que es fácilmente controlable en la actualidad".