Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 29 de diciembre de 2002
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Política
Juan Saldaña

Año nuevo

Año nuevo y vida vieja pareciera ser la implacable ecuación a que se enfrentan los mexicanos hoy en día. Año nuevo que decreta, de manera inevitable, el mecánico paso del tiempo. La terrible oscilación del péndulo que nos lleva, tradiciones al margen, a enfrentar una vez más nuestros ancestrales problemas. El suplicio de la gota en la frente. Pasan los días y los años. También pasan las centurias, los hombres y las sociedades. Pasan y transcurren los tiempos de la historia mexicana y también se detienen en nuestros tiempos los problemas que tercamente amenazan con impedir el lento y doloroso ascenso de la nación.

Languidece el desarrollo mexicano presionado por dos visiones polares de la sociedad y de su desarrollo. Quienes llevados por optimismos sin realidad que los sustenten reiteran hasta el hartazgo los beneficios que supuestamente aporta al país la acción del gobierno se ufanan de poseer las fórmulas del progreso nacional, las claves, los conocimientos, las experiencias. Son éstos los portadores de los eternos planes y programas. Los secretos del avance mexicano. Son los poseedores de las fórmulas. Los detentadores de las soluciones. Casi siempre son los iluminados del poder. Los gobiernos en turno. Los que sí pueden.

Frente a ellos, larvados o evidentes, se destacan quienes opinan distinto. Muchos añoran las mieles del poder. Otros saben que no llegarán pero vislumbran logros y ambicionan prebendas por los caminos de una oposición oportunista y resentida. Incursionan, cuando pueden, en doctos análisis sobre la realidad nacional o simplemente se entregan al insulto fácil, a la diatriba, a la provocación, con la triste esperanza de encontrar respuesta, una ingenua contestación del poder que los distinga, que los convierta en interlocutores, que los introduzca a la polémica, que otorgue, en suma, carta de ciudadanía a sus tercas ambiciones. Como microbios han existido siempre. Constituyen la fauna de acompañamiento del jolgorio nacional.

Tales son los protagonistas inmediatos en la discusión nacional. Tal es el panorama evidente. No sirven los partidos. No son punto de referencia para esta discusión. Los partidos políticos se ubican en otro orden de cuestiones. Nuestra pluralidad presidida por el empeño verdaderamente democrático de unos cuantos no alcanza a consolidarse. Lo hemos dicho: el voto es relevante pero no lo es todo. Constituye sólo el inicio de un largo proceso. Es detonador de otras realidades aún por alcanzar.

Ante este panorama el pueblo mexicano espera. Ha venido esperando por siglos. Viene de lejos con sus reclamos y con sus querellas. El pueblo sigue ahí, esperando. Al pueblo no le queda claro aún cuáles son los verdaderos beneficios de una democracia comicial como la nuestra. Al pueblo mexicano no le queda claro en qué momento comiencen a resolverse los problemas. Las mayorías populares continúan esperando las medidas eficaces contra el hambre y la injusticia. Aún esperan que la democracia, que ellas han impulsado con denuedo, se traduzca en bienestar, en seguridad, en desarrollo. Ahí están, esperando.

Día a día, especialistas domésticos y extranjeros vuelven la vista a nuestra realidad y expresan tesis y opiniones, comparten información y conclusiones. ¿Es viable México?, ¿campo e industria?, México ¿exportador? México ¿pan y educación? México, su campo y su agua. México y sus trabajadores, estacionarios y migrantes. México en noveno lugar. México en el lugar sesenta o setenta. Estado o iniciativa privada. Gobierno directivo o gobierno administrador. Falansterios o ciudades. La lucha por el trabajo y la paz. Seguridad, seguridad, seguridad...

Feliz año nuevo...¿para qué?

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