Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 30 de diciembre de 2002
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Cultura
Desde 1999 integrantes de Risaterapia visitan a menores que convalecen en hospitales

Curan a pequeños mediante el humor

ERICKA MONTAÑO GARFIAS

El circo habla de virtud, de humanismo, de técnica y de expresión; "eso es arte", afirma Andrés Aguilar, director de Risaterapia, organización creada en 1999 con el objetivo de sumar el arte circense y la labor social. Los integrantes de este grupo, conocidos también como médicos de la risa, enfundados en batas blancas y con la característica nariz roja, se dedican a llevar a los niños hospitalizados la única medicina que no le dan en la institución: el humor.

En todo el mundo el circo se ha manifestado como un arte y no es nuevo; es un arte milerario que se ha extendido a todas las culturas. Todas han tenido personas destinadas al entretenimiento. Los circos son uno de los pocos espectáculos familiares que no tiene violencia, que no refuerzan patrones de comportamiento negativo; ''en él vives la emoción, el peligro, la risa'', agrega Andrés, conocido entre sus pequeños pacientes como Doctor Romanok.

En Risaterapia, los médicos-payasos se apoyan en la técnica del clown europeo, el que, a diferencia del clown estadunidense, no necesita de maquillaje excesivo o grandes pelucas. ''El origen de los zapatotes y las pelucotas es porque en las carpas, a finales del siglo XIX, eran muy grandes, y debían tener payasos lo suficientemente visibles, pero ahora eso ya no es necesario. El clown -enfatiza- es una caricatura de ti mismo, con la ventaja de que no reflejan ningún estatus social. Tampoco se trata de ridiculizar al paciente, sino de ayudarlo a asimilar su situación''.

Eso, más un entrenamiento de seis horas semanales durante un mes, les permite a estos médicos de la risa, que trabajan de manera voluntaria, acercarse a los niños en una cama de hospital, principalmente en los públicos, aunque no hacen a un lado a las instituciones privadas.

Los hospitales no son talleres mecánicos

No importa si tienen cáncer, quemaduras severas o sida: la reacción de los niños ante la llegada de los payasos-doctores es de asombro, emoción y risa.

''El chiste es que los hospitales no se conviertan en talleres mecánicos: entras, te pican, te cortan, te cosen y se olvidan del estado de ánimo. De ése nos encargamos nosotros", subraya Andrés, quien estudió en la Universidad de Payasos del Ringling Brothers and Bailey Clown College, y después trabajó dos años en el Ringling Brothers and Barnum & Bailey.

Fue durante esa época cuando tuvo su primera experiencia frente a una cama de hospital, con una niña de nueve años que tenía quemaduras en la mayor parte del cuerpo. No se dejaba hacer las curaciones y tenía varias semanas sin levantarse por sí misma. Sin conocer esta situación, Andrés hizo su trabajo y de inmediato la pequeña reaccionó: se sentó ella sola, interactuó con el payaso, la enfermera lloró y los padres estaban sorprendidos.

No es magia ni nada por el estilo, refiere el también comunicólogo. De acuerdo con distintos estudios, está comprobado que la risa estimula el sistema inmunológico, reduce el estrés y la presión de la sangre, alivia la tensión y la depresión, es un relajante muscular, ayuda a liberar endorfinas y adrenalina y aumenta el ritmo cardiaco.

A su regreso a México, junto con un grupo de amigos, puso en marcha el proyecto, que trata de mantenerse con donaciones y con lo que obtienen por capacitar a nuevos médicos de la risa: en los tres años de funcionamiento se ha capacitado a unas 100 personas, pero sólo 30 están activas.

Lo que se busca es que el niño entienda lo que le pasa de la mejor manera posible y esto le sirve también a los padres. "Hay que explotar la alegría natural de los niños. Trabajamos mucho con los padres, porque el niño se reanima de inmediato, pero es más difícil con sus papás porque ellos están más deprimidos".

La fórmula es sencilla: si la persona está bien anímicamente es difícil que se enferme. Si esa persona está enferma y la estimulan anímicamente es más fácil la recuperación. En casos de niños con enfermedades terminales la situación es más complicada, pero se les ayuda a pasar buenos momentos.

La técnica de curar por medio de la risa, y a veces de la carcajada, no es nueva en el mundo y se emplea en países como Francia, Estados Unidos, Suiza, Brasil, Argentina y España. Baste recordar la película Patch Adams, basada en la historia de este doctor que ayuda a sus pacientes por medio del humor y que fundó el Gesundheit Institute.

Existen también Payasos sin Fronteras, que lleva la risa a zonas en conflicto como Sarajevo o Medio Oriente; Clowns para el Mundo, Doutores do Alegría, Clinic Clown, y Clown Care Unit, entre otras. En México algunos payasos de manera individual van a los hospitales. Sin embargo, Risaterapia es la primera organización de payasos que se dedican a ello en distintos hospitales como Siglo XXI, el Instituto Nacional de Pediatría, el Federico Gómez o el Pediátrico de Tacubaya.

Como médicos de la risa tienen una dualidad: son payasos y son médicos. Si a un niño le asustan los payasos basta decir "no soy payaso, soy doctor. Te vengo a auscultar el huesito de la risa y a hacerte una transfusión de Choco-Milk". Por el contrario, si lo que le asusta son los doctores entonces la respuesta es "no soy doctor, soy payaso" y comienza la función.

Con el proyecto de Risaterapia "tratamos de generar una cultura de acción social, de hacer entender a las personas que nos tenemos que ayudar y al mismo tiempo promovemos el arte del clown. No importa si somos una agrupación joven o si pertenecemos al tercer bello mundo, de todas maneras podemos compartir cosas. Esa mezcla de médico y payaso está ayudando".

Los planes para 2003 son ampliar el número de médicos de la risa, hacer de este movimiento una organización nacional y obtener los recursos para comprar su "ambulancha" que les permita desplazarse de un lugar a otro. Para más información: www.risaterapia.com o al teléfono 54 42 62 89.

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
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