Decisiones erróneas de la directora, acusan trabajadores
Desde la semana pasada, el Indre ya no recibe muestras para diagnóstico
ANGELES CRUZ
El Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológica (Indre) es de los pocos en el sistema nacional de salud que realiza análisis para confirmar los casos de sida y hacer estudios de seguimiento del mal, así como investigación en técnicas de diagnóstico oportuno de tuberculosis, entre otros padecimientos. Sin embargo, desde la semana pasada dejó de recibir las muestras sanguíneas procedentes de todo el país.
Trabajadores del instituto denunciaron lo anterior y señalaron que esta decisión de la directora Elsa Josefina Sarti Gutiérrez sólo fue verbal pero tiene que ser acatada por los empleados, aun cuando la negación del servicio podría ser considerada un delito. Dijeron que esta situación se suma al cúmulo de irregularidades que ocurren en el Indre desde la llegada de Sarti Gutiérrez en 2000.
En entrevista, Guadalupe Granados, secretaria general del sindicato del Indre, comentó que a pesar de tratarse de un centro de referencia y vigilancia epidemiológica a escala nacional, la funcionaria dispuso la desaparición de áreas y departamentos como el de biotecnología e ingeniería genética; canceló los cursos de capacitación que antes se daban a los laboratorios estatales de salud pública, así como los programas de intercambio nacional e internacional.
Granados comentó que el Indre tiene la capacidad para apoyar a los servicios de salud estatales a establecer sus propios laboratorios clínicos, pero no se hace porque a la directora no le interesa.
Además, es común el desabasto de insumos y reactivos para realizar las pruebas químicas, apuntó, y en seguida mencionó otras anomalías que afectan a los trabajadores, como la falta de batas y el incumplimiento en el pago de 20 por ciento de su salario por concepto de alto riesgo.
En 1939 se creó el Instituto Nacional de Enfermedades Tropicales con el fin de diagnosticar los padecimientos poco comunes. En 1989 se transformó en el Indre, para el diagnóstico, referencia y coordinación de los laboratorios de salud pública del país.
Ubicado en el casco de Santo Tomás, actualmente consta de 66 laboratorios en los que se analizan las muestras sanguíneas para detección de todos los males que aquejan a los mexicanos, entre ellos sida, tuberculosis, dengue, cólera, rotavirus e incluso existe el proyecto de crear una área dedicada a la prevención del bioterrorismo.
Los trabajadores están inconformes por el maltrato que han recibido por parte de la directora prácticamente desde el inicio de su gestión al frente del Indre. De hecho, lograron en mayo de 2001 la intervención del subsecretario de Prevención y Protección de la Salud, Roberto Tapia Conyer, quien reconoció las fallas cometidas por Sarti Gutiérrez y acordó con los empleados darle "otra oportunidad". En esa ocasión también se convino en que no se permitiría la entrada al instituto de las directoras de enseñanza y calidad, Rocío Cuevas, y de diagnóstico e investigación, Lucina Gutiérrez.
En octubre pasado, los trabajadores realizaron una asamblea también con la presencia del subsecretario de la Secretaría de Salud (Ssa), comentó Guadalupe Granados. Ahí, Tapia Conyer admitió que no se habían cumplido los compromisos contraídos con el personal del Indre, sobre todo en lo relativo al abasto de insumos y reactivos, la entrega de uniformes y la remodelación del área de mantenimiento.
El funcionario se comprometió a que en un plazo de 15 días se atenderían las peticiones. En esa asamblea los trabajadores reiteraron su decisión de no permitir el acceso a las directoras de área, quienes desde mayo del 2001 despachan en unas oficinas de la Ssa ubicadas en Polanco.
Lejos de resolverse los problemas se recrudecieron. El 4 de noviembre se informó a un grupo de jefes de laboratorio que a partir del primer día de ese mes tendrían que checar sus entradas y salidas del trabajo, cuando desde hace seis años se acordó con las autoridades que ellos estarían exentos de tal obligación debido a la naturaleza de sus funciones. En ocasiones los jefes de laboratorio tienen que asistir al Indre fuera de sus horarios normales de labores, o en fin de semana, para supervisar los estudios en curso. Por no acatar la orden, se levantaron actas administrativas en contra de esos trabajadores.
La mayoría de los 400 empleados de base del instituto decidieron reiniciar las movilizaciones de inconformidad. El miércoles pasado entregaron una carta en las oficinas del secretario de Salud, Julio Frenk Mora, en la que nuevamente le solicitan su intervención.
Lo más grave, dijeron Guadalupe Granados y otros miembros del comité ejecutivo del sindicato, es la negación del servicio a los pacientes, entre los que se incluyen los enfermos de los hospitales del Gobierno del Distrito Federal, del IMSS y del ISSSTE.