Circula antología de cuentos de Bruno
Estañol
''He sido un prosista con ánimo de explorador''
Me mantengo en el género y me aboco a la novela
corta; escribir un relato es muy difícil, dice el autor, médico
y pintor
CESAR GÜEMES
Divide su existencia entre la neurología y la literatura,
sin alejarse demasiado de la música y las artes plásticas.
Bruno Estañol escribe lo mismo de medicina (El telar encantado,
El laberinto y la ilusión o Como perro bailarín, origen
y método del lenguaje, estos dos últimos en colaboración
con Eduardo Césarman) que dedica tiempo a su obra literaria, conformada
hasta ahora por novela y cuento. A manera de reconocimiento a su trayectoria,
el especialista estadunidense Russell M. Cluff ha preparado la antología
de cuentos Bella dama nocturna sin piedad, que acaba de entrar en
circulación bajo el sello del Fondo de Cultura Económica
en su serie Letras Mexicanas.
Con la edición de este libro ''dejo de ser el autor
inédito que de alguna forma he venido siendo'', dice para La
Jornada, luego de que las ediciones de sus libros se fueron agotando
conforme aparecían y no se reditaron en su momento.
El
volumen comprende desde textos relativamente tempranos hasta trabajos próximos
en el tiempo, y se conforma a partir de los libros Ni el reino de otro
mundo, Fata Morgana y La esposa de Martin Butchell. Respecto
de la propuesta que hace Cluff en este volumen, dice Estañol: ''No
sé si me reconozca en todo lo que comprende la antología,
porque he intentado diversas formas de narrar. He sido un prosista con
ánimo de explorador. Hay narradores que encuentran una forma de
escribir y la perfeccionan hasta quedarse con una sola manera de trabajo.
A mí, en cambio, me interesa explorar. Particularmente me gusta
trabajar sobre el punto de vista. No me dice mucho el narrador omnisciente
de tercera persona, aunque haya escrito algunos textos así. He tomado
el riesgo de acercarme a una forma de contar en la cual el narrador no
sabe todo lo que va a ocurrir, se puede engañar o equivocar. Y me
agrada que un solo hecho pueda ser contado por más de un personaje.
Esa ha sido mi búsqueda. Posiblemente es una forma humilde de entender
el trabajo literario, pero a mí me interesa".
-Esta variación del punto de vista es propio de
un escritor pero también de alguien interesado por las artes plásticas.
-Tengo una visión plástica de la narración,
es verdad. En muchas ocasiones es una imagen la que me genera la anécdota.
Sé que en la medicina, mi otra vida, hay un elemento de memoria
visual muy importante. Luego, mi interés en el punto de vista viene
en mi caso desde que me inicié a escribir, quizá por mi admiración
de la arquitectura y la pintura.
En la casa de Bruno Estañol ha estado presente
siempre el piano. De la cercanía de su literatura con la música,
dice: ''Es una veta significativa, porque tiene un elemento lineal, la
melodía, y uno simultáneo, la armonía, pero aparte
está el ritmo, la variación. Me atrae la variación
rítmica en la prosa. Una narración plana me repele. Y así
como tengo interés en la forma, no descuido lo que contiene el texto".
Estañol ha encontrado a lo largo de su trayectoria
personajes que por sí mismos merecían ser llevados a las
letras, como el faquir protagonista de su novela El féretro de
cristal, pero también ha buscado a los seres singulares que
pueblan su obra. De esta pesquisa dice: "El personaje es el que genera
la historia, porque sólo a un tipo específico le sucede algo
específico. Quizá a veces encuentra uno la anécdota,
pero se busca un tipo de persona a la que le pudo haber ocurrido tal o
cual hecho. La narrativa tiene ese carácter, encontrar al personaje
oculto en una trama o la motivación que subyace en una forma de
actuar. Vamos, los personajes no siempre se descubren completamente para
el lector y ese misterio también alimenta al espíritu literario".
Si bien es fácilmente corroborable que las editoriales
en castellano publican cada año menos libros de cuento en relación
con la novela, Estañol apuesta fuerte por el cuento: "me mantengo
en el género y me aboco a la novela corta. Sé que escribir
un cuento es muy difícil. Entiendo que la mente humana está
más hecha para un proceso analítico y algorítmico
en el cual aparece un elemento tras otro, pero no le es tan sencillo el
acto de la síntesis, y el cuento tiene una estructura sintética
por excelencia, que requiere conjuntar en un número relativamente
reducido de páginas una gran cantidad de ingredientes. Es necesario
balancear con cuidado aquello que entra al cuento y lo que deja uno fuera.
Curiosamente, lo que permanece sin contarse, lo que se vuelve elíptico,
es la base del cuento moderno. Esa es una de las críticas que se
le hacen al género, que deja muchos elementos fuera. En el prólogo
que hace Richard Ford en su Antología del cuento norteamericano,
dice que quizá el más señalado defecto del género
es todo lo que deja explícito. Pero yo creo que no: el cuento es
un género que en breve tendrá mayor auge. Lamentablemente,
en México no mantenemos la tradición cuentística como
la que existe vigorosamente en Estados Unidos o Inglaterra, y precisamente
por eso es necesario apoyar al cuento, que es de todos".