Con el montaje dirigido por Schoemann se celebraron
50 años de La Capilla
Sí, ¿no?, teatro de texto que
fusiona el racismo y la incomunicación
Los pelirrojos, de Grumberg, y Por un sí
o por un no, de Sarraute, obras en las que se basa la puesta en escena
El director prescinde de la música y los cambios de luz
CARLOS PAUL
Racismo e incomunicación son temas que se fusionan
en la puesta en escena de Sí, ¿no?, basada en Los
pelirrojos, de Jean-Claude Grumberg, y en Por un sí o por
un no, de Natalie Sarraute, bajo la dirección de Boris Schoemann.
Obra con la que se celebró la noche del miércoles el 50 aniversario
de La Capilla, teatro fundado por Salvador Novo, y con la que se continúa
la tradición de presentar teatro contemporáneo y experimental.
El montaje recrea ''la vida de unos seres que viven en
un mundo totalitario, corrompido por las ideas obsesivas de una sociedad
en descomposición, en la cual el individualismo y la intolerancia
han deshumanizado al hombre", apunta Schoemann, quien desde hace dos años
es director artístico de La Capilla.
Por un lado, explica, se abordan situaciones de racismo
y discriminación, como el trato a los que son pelirrojos, circunstancia
que la autora expone ''como un paralelismo de los campos de concentración".
Por otro, Sarraute presenta la relación de una pareja de amigas
cuyo conflicto es detonado tan sólo porque una de ellas, sin notarlo,
dijo: ''está bien eso'', lo que desata la desconfianza extrema y
mutua. ''Aquí se refleja el problema de la incomunicación,
la dificultad de encontrar la palabra justa en el momento adecuado y todas
las cuestiones que se generan a partir de eso".
Espectáculos a secas
El
propósito de la puesta de Sí, ¿no?, ''es mezclar
esos dos planteamientos en un mismo espacio y tiempo, y que ambas obras
se influyeran de manera recíproca.
''Otra de las características de este montaje es
que no hay música, ni cambios de iluminación, pues -comenta
Schoemann-, me gustan los espectáculos a secas. Lo que más
me importa es la actoralidad.
''Los pelirrojos es una obra que me remite al teatro
del absurdo y que quise montarla para denunciar el odio y el racismo.
''Muchas veces -abunda Schoemann-, no advertimos que al
señalar constantemente las diferencias de una persona, ejercemos
una especie de discriminación, la cual puede llegar a volverse un
fascismo cotidiano que cada vez surge con mayor fuerza en la sociedades
avanzadas, como la francesa y la estadunidense. En México, obviamente
la discriminación es hacia los indígenas, como lo fue en
otras partes con los judíos en los años 30 en Europa.
''En la vida cotidiana se da una discriminación
a partir de detalles, de cosas insignificantes a los que las personas les
dan un valor y una importancia que no deberían tener, porque finalmente
qué importa, si alguien tiene una oreja más grande que la
otra, o si aquél es de pelo rubio, pelirrojo o se lo tiñó
de azul. Debemos ser tolerantes.''
Regocijo por la palabra
''En Por un sí o por un no hay todo un regocijo
alrededor de la palabra, lo cual se me hace interesante llevarlo a escena.
Antes hacía mucho teatro de imágenes o movimiento, pero desde
hace cuatro, cinco años, me he interesado por el teatro de texto,
por eso nada de música, ni cambios de luz.''
Sí, ¿no?, concluye Schoemann, ''apuesta
por la inteligencia del público".
Con las actuaciones de Mahalat Sánchez, Pilar Cerecero,
Javier Rosales y Angélica Rogel, la obra se presenta los sábados
a las 13 horas en La Capilla (Madrid 13, esquina Centenario, Coyoacán).