El discurso de Bush es un "viejo disco rayado",
pero si ataca lo combatiremos, advierte
Irak reitera a Kofi Annan su voluntad de cooperar más
con los inspectores
"Tendemos a pensar que no importa lo que hagamos, la
guerra será inevitable": consejero iraquí
AFP Y DPA
Bagdad, 29 de enero. El discurso del presidente
estadunidense, George W. Bush, sobre el estado de la unión fue calificado
por Bagdad de "viejo disco rayado. Haga lo que haga, si (Bush) insiste
en llevar adelante una guerra contra Irak, combatiremos y daremos a Estados
Unidos una severa lección", declaró el ministro iraquí
de Cultura, Hamad Yussef Hammadi.
A su vez, el viceprimer ministro iraquí, Tarek
Aziz, desmintió la acusación lanzada por Bush en su discurso,
en el sentido de que Irak tiene nexos con la red Al Qaeda, y aseguró
que "todo mundo en la región sabe que no hay ningún lazo"
con la red terrorista y, por tanto, que las acusaciones no tienen fundamento.
Por
su parte, el presidente iraquí, Saddam Hussein, dijo a sus funcionarios
que Washington amenaza a Bagdad con una guerra porque quiere "quebrar la
voluntad de los iraquíes". El mandatario añadió que
de cumplirse la amenaza, su pueblo resistirá. "Nos alegraría
que nos dejaran en paz, pero si los malvados (los estadunidenses) continúan
sus maquinaciones, entonces, les romperemos el cuello", advirtió.
No obstante, Irak insistió este miércoles
en su voluntad de cooperar para contrarrestar el severo informe de los
inspectores de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en momentos
en que Estados Unidos acelera el calendario de una posible intervención
militar contra Irak.
El jefe de la diplomacia iraquí, Naji Sabri, envió
una carta oficial al secretario general de la ONU, Kofi Annan, para decirle
que "Irak seguirá cooperando activamente con la Comisión
de Vigilancia y Verificación de la ONU (Unmovic) y con la AIEA (Agencia
Internacional de la Energía Atómica) para que lleven a buen
puerto las tareas que les fueron confiadas".
Los dirigentes iraquíes organizaron la respuesta
para intentar convencer a la comunidad internacional de sus buenas intenciones,
insistiendo en el hecho de que hasta ahora, pese a las 500 inspecciones
efectuadas en 230 lugares diferentes desde el pasado 27 de noviembre, los
inspectores no encontrarán armamento prohibido.
"Seguimos dispuestos a cooperar más, a hacer un
mayor esfuerzo, pero éste debe hacerse dentro de la cooperación
(con la ONU) y sin que Irak se encuentre en la posición del sospechoso
que debe probar su inocencia", subrayó por su lado el consejero
presidencial Amer Rashid.
No obstante, reconoció que había que hacer
todo lo posible por acabar con el "escepticismo" de la ONU sobre determinados
aspectos de los desaparecidos programas de armas de destrucción
masiva de Irak.
En el mismo sentido, Sabri aseguró a Annan que
Irak seguirá respetando los compromisos que adquirió en la
declaración común publicada el pasado 20 de enero, en la
que los iraquíes prometían permitir el acceso de los inspectores
a todos los lugares y facilitar a la ONU una lista completa de los científicos
iraquíes en distintos ámbitos armamentísticos.
"El mensaje que queremos hacer llegar a todo el mundo
es que todo lo que está padeciendo Irak no tiene nada que ver con
las armas de destrucción masiva. Estados Unidos quiere controlar
el petróleo de Irak y hacer que Bagdad deje de apoyar la causa palestina",
subrayó Duleimi.
Bagdad no parece hacerse muchas ilusiones sobre la posibilidad
de evitar la guerra. "Tendemos a pensar que la guerra es inevitable, hagamos
lo que hagamos", declaró a periodistas estadunidenses Amer al Saadi,
consejero del presidente iraquí.