Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 31 de enero de 2003
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Espectáculos
Leonardo García Tsao

El nacimiento de las calles peligrosas

Ya he dicho en varias ocasiones que Martin Scorsese es, quizás, el único director estadunidense de su generación que se ha mantenido fiel y riguroso a su pasión por el cine, sin ceder nunca a las exigencias de la taquilla o la chamba. En consecuencia, es un realizador con una filmografía libre de petardos, pero también uno que enfrenta muchos obstáculos para llevar a cabos sus proyectos. Pandillas de Nueva York, según se sabe, había sido planeada por Scorsese por casi tres décadas; cuando finalmente pudo conseguir los recursos necesarios, se vio obligado -tras más de dos años de producción- a negociar con Harvey Weinstein (la nueva versión del productor mercachifle con pretensiones), y limitar el metraje de la película a menos de tres horas de duración.

Quizá algún día veamos -en video- la versión completa del director. Aún en su forma truncada, Pandillas de Nueva York es un vibrante recordatorio de las extraordinarias virtudes de su autor. Por lo general desinteresado en desarrollar una narrativa tradicional, Scorsese apuesta aquí por el fresco histórico para contar el turbulento origen de su ciudad natal. Situada a mediados del siglo XIX, la historia inicia en el barrio conocido como Five Points, al sur de Manhattan, con un sangriento combate entre dos pandillas rivales: los llamados Conejos Muertos, inmigrantes irlandeses liderados por el capitán Vallon (Liam Neeson), y los Nativos, protestantes xenofóbicos que comanda Bill El Carnicero Cutting (Daniel Day-Lewis). Al final de la brutal contienda, la muerte de Vallon a manos de Cutting es vista por el pequeño hijo del primero. Dieciséis años después, el huérfano -que se hace llamar Amsterdam (Leonardo DiCaprio)- vuelve al lugar para vengar el asesinato de su padre.

Ese propósito no es el único eje dramático de la cinta. A diferencia de sus anteriores obras, Scorsese no busca situarnos en la mente atormentada de su protagonista. Amsterdam será más bien el testigo unificador de los diversos elementos de la trama, que aspiran a explicar cómo el famoso crisol neoyorquino se forjó a sangre y fuego. De hecho, el verdadero protagonista es Bill Cutting, quien encarna la naturaleza despiadada e implacable de quienes convirtieron a la ciudad en un símbolo de poderío. (Cabe elogiar el inspirado histrionismo de Day-Lewis, en un registro entre pícaro y villano, que incluso ensaya una hipotética versión primigenia del acento neoyorquino).

De un modo vehemente y a veces disperso, el cineasta más neoyorquino del mundo -ni Woody Allen ha retratado a su ciudad como un estado de ánimo tan vívido- expone que ese lugar recreado por él mismo como el infierno en la Tierra (Taxi Driver, Vidas al límite), habitado por sociópatas (El rey de la comedia, Después de hora), o personajes en una permanente guerra tribal (Calles peligrosas, Buenos muchachos), fue parido de una mezcla de racismo, corrupción política y una violencia a flor de piel. Para rematar esa concepción, Scorsese escenifica un hecho histórico poco conocido, los feroces motines provocados en 1863 por ciudadanos que se negaban a ser reclutados para pelear en la Guerra Civil. La película concluye que el riego de sangre fue definitivo para que la Gran Manzana pudiera crecer.

En toda realización de Scorsese no deja de advertirse su vocación de cinéfilo. Pandillas de Nueva York podría resumirse como Los guerreros cruzada con El nacimiento de una nación, filtrada por el sentido operístico de Visconti (el de El Gatopardo, en particular), con toques de espagueti western y una pizca de Erase una vez en América... y aún así nos quedaríamos cortos porque el cineasta es sobre todo coherente con su propia visión. Scorsese ha sabido explorar sus obsesiones buscando narrativas diversas y estirando los límites de la clasificación genérica.

Tal vez Pandillas de Nueva York no alcance a ser una obra maestra. La primera hora es dispareja, el romance entre Amsterdam y el muy desdibujado personaje de Cameron Díaz se pierde en lo convencional, y lo que ocurre en el fondo es a veces más llamativo que la acción en primer plano. Sin embargo, una primera mirada suele no hacerle justicia a la compleja maestría de Scorsese. Este es un título que muy probablemente crecerá con el tiempo y las subsecuentes revisiones.

 

PANDILLAS DE NUEVA YORK

(Gangs of New York)

D: Martin Scorsese/ G: Jay Cocks, Steven Zaillian, Kenneth Lonergan, basado en un argumento de Jay Cocks/ F. en C: Michael Ballhaus/ M: Howard Shore/ Ed: Thelma Schoonmaker/ I: Leonardo DiCaprio, Daniel Day-Lewis, Cameron Díaz, Jim Broadbent, John C. Reilly, Liam Neeson/ P: Cappa Production, Miramax, P.E.A. Films, ILC, IEG, Q&Q Medien, Splendid Medien. EU-G. Bretaña-Italia-Alemania. 2002.
 
 

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