Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Miércoles 5 de febrero de 2003
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La guerra, latrocinio que sólo favorece a Wall Street: mayor general Butler

El mayor general Smedley Butler, marine de Estados Unidos, habla sobre la guerra. Los siguientes son extractos de un discurso presentado en 1933:

"La guerra sólo es un latrocinio. Un latrocinio que es mejor caracterizado, creo yo, como algo que no es lo que parece a la mayoría de la gente. Sólo un pequeño grupo interno sabe de qué se trata. Se conduce para el beneficio de muy pocos al costo de las masas...

"El problema con Estados Unidos es que cuando un dólar sólo gana 6 por ciento aquí, se inquieta y se va al extranjero para ganar 100 por ciento. Entonces la bandera sigue al dólar, y los soldados siguen a la bandera. Yo no regresaría de nuevo a la guerra como lo he hecho antes para proteger a una despreciable inversión de banqueros.

"Hay sólo dos cosas por las cuales debe-ríamos luchar. Una es la defensa de nuestros hogares y la otra es la Carta de Derechos. La guerra por cualquier otra razón sólo es un latrocinio.

"No hay un truco en la bolsa del latrocinio a la cual los militares son ciegos. Tiene a sus 'hombres del dedo' para señalar a nuestros enemigos, a sus 'hombres de músculo' para destruir al enemigo, sus 'hombres de cerebro' para planear los preparativos de guerra, y al 'gran jefe', el capitalismo supernacionalista.

"Podría parecer raro que yo, un militar estadunidense, adopte tal comparación. La verdad me lo obliga. Dediqué 33 años y cuatro meses al servicio militar activo como miembro de la fuerza militar más ágil de este país, los marine corps. Serví en rangos comisionados desde segundo teniente a mayor general. Y durante ese periodo dediqué la mayoría de mi tiempo a ser un hombre de músculo de alta categoría para el gran empresariado, para Wall Street y para los banqueros.

"En suma, fui un estafador, un gángster para el capitalismo. Sospechaba que era sólo una parte del latrocinio en ese tiempo. Ahora estoy seguro de ello.

"Como todos los miembros de la profesión militar, nunca tuve un pensamiento propio hasta que dejé el servicio. Mis facultades mentales permanecieron en animación suspendida mientras obedecía las órdenes de los superiores. Esto es típico con todos en el servicio militar.

"Ayudé a hacer seguro a México, especialmente Tampico, para los intereses petroleros estadunidenses, en 1914. Ayudé a hacer de Haití y Cuba un lugar decente en donde los chicos del National City Bank pudieran recaudar ingresos. Ayudé al saqueo de media docena de repúblicas centroamericanas para beneficio de Wall Street.

"La historia del latrocinio es larga. Ayudé a purificar a Nicaragua para la casa banquera internacional de Brown Brothers en 1909-1912. Traje la luz a República Do-minicana para los intereses azucareros estadunidenses, en 1916. En China, ayudé a asegurar que la Standard Oil pudiera avanzar sin ser molestada.

"Durante esos años tenía, como decían los cuates en el cuarto de atrás, un latrocinio padre. Viendo hacia atrás, creo que le podría haber ofrecido algunas indicaciones a Al Capone. Lo más que él logró fue operar su latrocinio en tres distritos. Yo operé en tres continentes."

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