Contiene prejuicios conservadores, advierte el especialista David Barrios
La Guía de padres subraya los "graves peligros" de la sexualidad
Se privilegian aspectos amenazantes y la información es "francamente pobre"
CLAUDIA HERRERA BELTRAN
Médico, sexólogo y sicoterapeuta sexual, David Barrios Martínez advierte: la Guía de padres que elaboraron la fundación Vamos México y el sindicato magisterial es "francamente pobre" en información sobre educación sexual, contiene prejuicios conservadores, así como "serias omisiones" de temas que necesitan saber los adolescentes.
Director de Caleidoscopía, organización especializada en terapia y salud sexual, y ex presidente de la Federación Mexicana de Educación Sexual y Sexología (Fe-mess), este especialista critica que no se incluyan los nombres de los autores de la obra porque parece un producto anónimo, y considera que la única referencia que hacen los libros al tema del aborto parece inspirada en la ideología de Provida y del clero político.
"Por una parte, la guía no considera los derechos reproductivos de las mujeres, ya que las amenaza con el castigo; por otra, soslaya información concreta sobre los casos en que el aborto está despenalizado", señala.
Barrios, autor de una vasta obra de educación sexual que incluye el reciente libro Resignificar lo masculino, desmenuza los contenidos de educación sexual incluidos en la serie de tres libros que la fundación que encabeza Marta Sahagún de Fox y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) pretenden distribuir a 23 millones de padres de familia y llevar a la televisión.
Para empezar, califica esta edición de light en materia de educación sexual por la pobreza de su información, la existencia de datos vagos, generalizaciones, énfasis en los aspectos meramente reproductivos, así como lamentables omisiones respecto a temas como el placer y los elementos relacionados con la atracción y el deseo.
Sobre el primer libro, para infantes hasta de cinco años, dice que es notoria la ausencia de temas sexuales que son del interés de los niños en edad escolar y prescolar, quienes habitualmente no sólo preguntan sobre reproducción, sino también sobre relaciones sexuales, condón, noviazgo, homosexualidad, caricias. En la guía el contenido se refiere casi exclusivamente a amor y compromiso, y a fisiología de la reproducción. Un aspecto rescatable es el relativo a la prevención del abuso sexual hacia menores.
Aunque destaca que los libros tienen un enfoque didáctico, dice que los conceptos en educación sexual están atrasados. Por ejemplo: mencionan continuamente "el sexo opuesto", en lugar del "otro género"; insisten en "preferencias sexuales", término que ha sido sustituido por "orientaciones sexuales".
Llama la atención, añade, la insistencia de esta guía en temas de procreación, familia y valores, sin apenas tomar en cuenta aspectos centrales de la educación de la sexualidad científica y humanística como serían el respeto a la diversidad sexual, la reivindicación del derecho al placer y la equidad de género.
"Existe una evidente promoción de los valores familiares. Sin embargo, no se especifican cuáles son, soslayándose de paso un conjunto de nociones que resultan importantes en la educación de la sexualidad como equidad, justicia, derecho al placer, libertad con responsabilidad y respeto a la diversidad sexual".
Apunta que en el tercer libro, diseñado para adolescentes de 13 a 15 años, los comentarios y adjetivos son "desafortunados". Por ejemplo: la guía llama "extraños" a los deseos que surgen en la pubertad. "Decir que se considera que la adolescencia ha llegado cuando en las mujeres aparece la menstruación y en los varones los sueños húmedos o eyaculaciones nocturnas es inexacto y revela el desconocimiento de algo elemental: la pubertad es eminentemente biológica, en tanto la adolescencia es un complejo proceso sociocultural", afirma Barrios.
Señala que aparece otra generalización "aparentemente sexista y conservadora" en el libro cuando se comenta que las adolescentes "aún no están preparadas para manejar la presión sexual y social que a partir de su desarrollo físico reciben del entorno".
Con esta afirmación, subraya, el libro está eludiendo el verdadero problema: la violencia de género, el acoso sexual y la falta de respeto que desde el mundo adulto efectivamente suelen sufrir muchas mujeres que atraviesan por esta etapa.
Al estilo de libros como los de Carlos Cuauhtémoc Sánchez, esta guía, dice, destaca los "graves peligros" que la sexualidad implica. Por ejemplo: refiere que en la actualidad los adolescentes están expuestos a una estimulación intensa y a una profusa información sobre sexualidad, que el mundo actual de los adolescentes es arriesgado, que tienen mucho de qué protegerse y mucho que perder.
"En cambio los factores placenteros, recreativos, lúdicos y gozosos de la sexualidad y la vida erótica no son mencionados, pero tampoco son especificadas las medidas de protección para tener un erotismo más seguro.
"Tampoco hay menciones de la intensa represión de la sexualidad que campea en nuestro medio, de la doble moral que a menudo caracteriza las instituciones familiares y de que en frecuentes ocasiones los adolescentes experimentan vergüenza y culpa por las actitudes negadoras del placer que frecuentemente expresan padres y madres de familia, docentes y ministros religiosos", explica el sexólogo.
Aborto y prejuicios conservadores
El especialista señala que la página 45 del tercer libro "es pródiga en prejuicios y conservadurismo": se plantea que los adolescentes deben saber que muchas enfermedades de transmisión sexual pueden dejar secuelas graves en el organismo e incluso provocar la muerte, y que ellos no están exentos de contagiarse.
Nuevamente, dice, se privilegian los aspectos amenazantes y de culpa. "Sería más propositivo y eficaz que se comentara lo placentero del vínculo erótico y que se informara clara y explícitamente acerca de cómo evitar infecciones de transmisión sexual y embarazos no deseados, y subrayar que el condón ha demostrado ser un excelente método de barrera".
En el tema del aborto la guía pretende dar la idea de que la práctica clandestina e insalubre es consecuencia de su ilegalidad en México, "cuando lo cierto es que la injusta penalización (que es producto de ideologías conservadoras) es lo que ha originado que miles de mujeres mexicanas cada año expongan su vida en la clandestinidad".
En la misma página 45 del tercer libro dice que hay otra "perla conservadora": se afirma que los adolescentes con adecuada guía y contención familiar tienden a posponer el inicio de sus relaciones sexuales y a establecer vínculos de pareja más solidos, maduros y satisfactorios.
Para Barrios esta es una visión idílica y absurda de la sexualidad y de los adolescentes. "En realidad no es la represión de los impulsos sexuales ni los consejos prejuiciados de los padres lo que propiciaría una postergación en el inicio de la vida erótica. Lo que ha demostrado buenos resultados en tal sentido es precisamente lo contrario: actitudes desprejuiciadas, amplia libertad en la discusión sobre temas sexuales, cero represión e información amplia sobre cuerpo, placer y sentimientos."