Molly Ivins
La estación de la estupidez
"Cada pistola que se fabrica, cada barco de guerra
que se lanza al mar, cada cohete que se dispara implica, en el sentido
último, un robo hacia aquellos que tienen hambre y no son alimentados;
aquellos que padecen frío y no son arropados". Dwight David
Eisenhower, 6 de abril de 1953.
Las noticias no son buenas. Osama Bin Laden quiere que
invadamos Irak. Estamos en código de alerta naranja. La economía
se está hundiendo. Gastamos mil 80 millones de dólares al
día en el ejército.
El presidente quiere una reducción de impuestos
por 674 mil millones de dólares. Durante el primer año en
que esta medida esté en vigor, 50 por ciento de dicho recorte beneficiará
al uno por ciento más rico de la población estadunidense
y tres cuartas partes irán al 5 por ciento más rico. En los
próximos años, esta concentración en la cima empeorará,
según la agrupación Ciudadanos por la Justicia Fiscal.
Para pagar por estas exenciones fiscales, el presidente
quiere incrementar las rentas en los hogares subsidiados destinados a los
más pobres del país, así como descentralizar programas
de vivienda como Head Start, para que sean administrados por los estados,
cuyos gobiernos ya están haciendo desesperados recortes donde pueden.
El dinero destinado a pagar todo, desde labores de limpieza y fondos para
la niñez están siendo recortados para cubrir estas obscenas
exenciones fiscales.
Estamos a punto de ir a la guera con un país que
jamás ha disparado contra nosotros ni contra nadie más. Nuestro
plan de guerra requerirá que en el "shock y sorpresa" a Irak,
sean arrojados 800 misiles Crucero sobre Bagdad en las primeras
48 horas de guerra. Esto es, un misil cada cuatro minutos, noche y día.
Según Harlan Ullman, el "intelectual de defensa" que promueve la
táctica de "shock y sorpresa", esto debe funcionar igual
que la bomba atómica sobre Hiroshima. Eso sirvió de mucho,
desde luego.
Durante la pasada Guerra del Golfo, matamos a 13 mil civiles
de manera directa, mientras otros 70 mil murieron a consecuencia de dicha
guerra, por falta de agua, alimentos, electricidad, atención médica,
etcétera. A mí me gustaría deshacerme de Saddam Hussein,
¿pero cuántas vidas costaría eso? Y esas personas
que morirían, ¿tendrían derecho a votar sobre el tema?
Mientras tanto, los integrantes de Al Qaeda, quienes de
hecho nos atacaron, siguen corriendo por doquier y preparándose
para entregar "paquetes". Corea del Norte está ocupada desarrollando
su poderío nuclear. Todos nuestros aliados creen que estamos equivocados,
aun cuando sus gobiernos hayan sido forzados a apoyarnos. Cuando todos
tus amigos creen que estás a punto de hacer algo estúpido,
es muy sabio detenerse y escucharlos.
Lo que esta administración nos hace creer que es
diplomacia es apabullante. En el nombre del cielo, ¿qué estamos
haciendo al permitir que gente como Richard Perle hable en nuestro nombre?
Según la agencia Upi, Perle -director del buró de asesoría
política del Pentágono- dijo el pasado martes que "Francia
ya no es un aliado de Estados Unidos y la alianza de la OTAN debe desarrollar
una estrategia para contener a nuestro alguna vez aliado, pues de lo contrario
no hablaremos más de una alianza de la OTAN". ¿Es que estas
personas nada saben de cómo se conduce un diálogo entre naciones
civilizadas? ¿No podrían al menos leer el libro de superación
personal Cómo ganar amigos e influir en las personas?
Tengo noticias para Perle. Nuestros aliados tienen gobiernos
democráticamente electos. Sus pueblos se oponen mayoritariamente
a esta guerra. ¿Qué cabría esperar de sus gobiernos
entonces? El sentimiento antibélico en Gran Bretaña es compartido
por 47 por ciento de la población y tiende a incrementarse, además
de que 81 por ciento opina que es esencial que la ONU apruebe una resolución
antes de emprender cualquier acción militar. Esto coloca a nuestro
amigo Tony Blair en riesgo electoral.
En Turquía, 88 por ciento se opone a toda la idea
de la guerra, pero su nuevo gobierno ha sido literalmente sobornado para
unirse a nosotros. ¿Se imagina alguien lo que nos depara el futuro
ante estos sondeos?
Si 88 por ciento de los estadunidenses estuvieran opuestos
a esta guerra, ¿creen realmente que nos lanzaríamos a ella?
¿Querría alguien que lo hiciéramos? Perle calificó
a Gerhard Schroeder, de Alemania, de "canciller desprestigiado". Y el siempre
carente de tacto Donald Rumsfeld incluso logró echar en el mismo
costal a Alemania con Cuba y Libia. ¿Es que no tenemos ya suficientes
enemigos y por eso andamos por ahí insultando a nuestros amigos?
Sonamos tan belicosos y arrogantes como las facciones
antiestadunidenses en Europa nos acusan de ser.
La audiencia que dio esta semana el Comité de Relaciones
Exteriores del Senado reveló que prácticamente no existen
planes para un Irak posterior a Saddam. "¿Quién gobernará
Irak y cómo?", preguntó el senador Richard Lugar. "¿Quién
se encargará de la seguridad? ¿Cuanto tiempo podrían
permanecer en el territorio las tropas estadunidenses? ¿Qué
papel jugará la ONU? ¿Quién administrará los
recursos petroleros iraquíes? A menos que la administración
estadunidense pueda responder detalladamente a estas preguntas, la preocupación
que comparten gobiernos árabes y europeos, así como buena
parte del público estadunidense, sobre nuestra 'capacidad de permanencia'
sólo se incrementará". El Departamento de Defensa ha estado
moviendo tropas en la región de Medio Oriente durante meses, pero
abrió una oficina de planeación de posguerra apenas hace
tres semanas.
Y como última mala noticia para cerrar el día:
el movimiento antibélico ha hecho algo vergonzoso al negarse a permitir
que Michael Lerner, director de la inteligente (y muy liberal) revista
judía Tikkun, hable en una marcha por la paz que habrá
el domingo próximo en San Francisco. Lerner fue colocado en la lista
negra con el argumento de que es "pro israelí", por algo que se
llama ANSWER, y que es el más izquierdista de los cuatro grupos
pacifistas que auspician la marcha.
Estoy completamente asqueada. ¿Por qué tendría
que haber un examen ideológico que acredite tu antibelicismo? ¿Y
por qué el movimiento antibélico no está buscando
formar la coalición más amplia posible? Todo indica que ésta
es la estación de la estupidez.
Columnista cuyo trabajo aparece en más de 300
periódicos, y autora de tres libros best-seller sobre la
política actual en Estados Unidos.
Traducción: Gabriela Fonseca