NO EN NUESTRO NOMBRE
El diputado Raúl Suárez protestó por las referencias de Bush a Dios y la democracia
Líder evangélico y Raúl Castro encabezan mitin en La Habana
Se leyeron pasajes de la Biblia, ante el aplauso de los asistentes a la concentración
GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL
La Habana, 15 de febrero. En una insólita invocación confesional en un acto oficial, el predicador evangélico Raúl Suárez leyó hoy trozos de la Biblia para mostrar el respaldo de los cristianos cubanos a las protestas mundiales por las amenazas bélicas de Estados Unidos contra Irak.
Aunque el gobierno de Cuba relajó desde la década pasada su actitud ante las minoritarias comunidades religiosas, no es usual que las devociones protagonicen actos políticos.
En este caso, bajo el bruñido lenguaje simbólico habitual en el liderazgo cubano, el mensaje parece ser el de acentuar las coincidencias con el mundo creyente en los afanes antibélicos, como el propio presidente Fidel Castro hizo en la víspera, al recordar en un discurso las apelaciones por la paz del papa Juan Pablo II y otros dignatarios religiosos.
La Tribuna Abierta de la Revolución, el mitin de apoyo al gobierno que se celebra regularmente los sábados, se convirtió esta vez en una concentración de rechazo a la política estadunidense y estuvo encabezada por el vicepresidente y ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, Raúl Castro.
La concentración se realizó frente al céntrico hospital Hermanos Ameijeiras, de esta capital, al que asistieron unas 5 mil personas, según los medios informativos oficiales. Con Raúl Castro estuvieron el líder del parlamento, Ricardo Alarcón, y el ministro de Cultura, Abel Prieto, entre otros dirigentes.
Raúl Suárez, quien acaba de ser relecto como diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular y dirige el Centro Martin Luther King de estudios ecuménicos, protestó por las referencias del presidente George W. Bush a Dios y a la democracia como inspiración de los planes de guerra. "Así se calumnia a Dios y es una infamia también contra la democracia.
"Invocar el nombre de Dios, decimos nosotros, para iniciar una guerrra, es un verdadero sacrilegio y una cruel violación de las mismas esencias del Evangelio, el amor al prójimo", dijo Suárez.
Los cristianos "estamos llamados a ser lo expresado en el Evangelio según San Mateo: Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios". Suárez leyó de su Biblia una cita del profeta Miqueas: "y Dios juzgará entre muchos pueblos, y corregirá a naciones poderosas (...) no alzará espada nación contra nación ni se ensayará más para la guerra". El pastor concluyó así: "frente a los instrumentos ideológicos e idolátricos de la muerte, nosotros escogemos y nos decidimos por la vida. Amén".
La multitud aplaudió el discurso de Suárez y agitó banderitas nacionales, igual que hizo con los demás oradores, entre ellos el cantautor Vicente Feliú y el economista argentino Julio Gambina, quien asistió aquí a un encuentro sobre globalización y desarrollo.