Hará más recorridos por el Distrito Federal, "porque la gente quiere ser escuchada"
"Los candidatos nomás buscan el voto y no resuelven las cosas", expresa Fox
En la lucha contra la criminalidad no vamos a bajar la guardia, señala el mandatario
ROBERTO GARDUÑO
Al finalizar la compra de su mandado en el mercado de San Juan, para preparar una paella, el presidente Vicente Fox anunció que "acrecentará" sus visitas para escuchar al pueblo, porque "los candidatos nomás prometen, buscan el voto y no resuelven las cosas". En su recorrido, que incluyó puestos de verduras, mariscos y embutidos, el paso por la iglesia del Buen Tono y la visita a los locales de artesanías, un joven recriminó fuerte al mandatario: "Fox, deberías sacar a tu mujer de las actividades nacionales".
Atónito, el Presidente, rodeado de señoras que agradecían su paso por el populoso San Juan, esbozó una sonrisa y le pidió a un miembro del Estado Mayor Presidencial que se le había echado encima al joven que lo dejara. "Es su opinión", expresó.
La intención primaria eran las compras para la paella, pero en menos de una hora el evento pasó a ser un acto de tintes electorales, en el que desaprobó, sin mencionarlos, a los partidos políticos y el papel de los candidatos que mucho prometen y nada cumplen.
Por los pasillos del mercado, Vicente Fox inició con dificultad su recorrido. Decenas de personas se acercaban para saludarlo. Sus amigos y asesores de imagen, Francisco Ortiz y Rodolfo Elizondo, más libres y desconocidos, se dedicaron a la compra de las mercancías. Aun así, el mandatario llevaba ganas de salirse del script. Caminó por donde quiso, sin importarle los señalamientos de la escolta militar.
Quitar el freno al cambio
Caminó por las pescaderías y andaba buscando a la señora Juanita, una anciana que vende ejotes y chícharos. Preguntaba por ella, cuando un cargador se le acercó y le dijo: "Señor Presidente, que esté bien. Vamos a ganar señor, vamos a seguir trabajando juntos. Vamos a seguir... ojalá ya lo dejen trabajar".
Enseguida, Fox le expresó: "Tienes razón, hay que quitarle el freno al cambio".
En el puesto de Juanita, el Presidente se abasteció de chícharo y papa alfa. "Ponme tantita papa, medio kilo, porque estoy con poquita gente. Ya con eso. Así ya. Es eso y el chícharo, y listo."
También se le acercó una señora con un niño. Vicente Fox le preguntó la edad del infante. La mamá le dijo que cuatro, y Fox, otra vez, la agarró: "Cuatro años, mmm, ya mejor ni digo de mi nieto".
"Si ya lo vimos (el embrión) en la tele", le dijo sonriendo la señora, y el Presidente, emocionado, replicó: "Sí, antes de nacer".
Se estaba haciendo tarde y Rodolfo Elizondo, vocero de la Presidencia, le dijo a Fox: "Ya no comas tanto taco, porque si no no vas a querer comer paella". El mandatario sonrió y con bocado de por medio le respondió: "Sí, vámonos a prepararla".
La comitiva de Fox ya había dejado el mercado de mariscos y cruzaba el jardín de San Juan. Entonces dos ancianas lo sujetaron de los brazos y lo llevaron a la iglesia del Buen Tono. Vicente Fox a nadie le dijo que no, y se metió al templo.
Adentro las ancianas se encargaron de pedirle un donativo para arreglar los desperfectos del órgano alemán. Le solicitaron más seguridad y limpieza, y hasta un alcohólico se le acercó muy afable. "Señor Vicente Fox, cómo estás. Pásele", le dijo. Cómo estás, le respondió el mandatario, pero una señora frente al Presidente le suplicó: "Dígale que ya no ande emborrachándose".
Afuera del templo, en el jardín donde se halla un busto de Paco Malgesto (Francisco Rubiales), el jefe del Ejecutivo le comentó a una señora: "Qué buena expresión tiene el busto de Paco Malgesto, porque las que tengo allá en Los Pinos, de los ex presidentes, nooo".
El paso por el jardín sería rápido, pero Ofelia Torres Moreno, empleada federal de correos, se acercó a Fox y le gritó: "Hay que quitar estos árboles viejos para construir juegos. Queremos que nos autoricen a demoler todos los edificios viejos, que con un movimiento de ron y tantito rock and roll del Popocatépetl se vienen abajo". Esto provocó una carcajada generalizada.
Perredista de Fox, no de Rosario
Entonces Fox se acercó a Ofelia y le preguntó sobre el pin que llevaba en su ropa.
-Esto que traes aquí qué es -preguntó el mandatario.
Ofelia le respondió: "Soy perredista, no de Rosario Robles. Soy perredista de Vicente Fox. Vicente Fox es el presidente más grande que tenemos, porque ha dejado libertad democrática, la libertad de hablar, de decir".
Sin mostrar enfado, permitió que lo condujeran adonde fuera. En el mercado los locatarios le pidieron apoyo para rescatar su centro de trabajo -que está localizado en el predio donde se estableció el segundo mercado más importante en la época prehispánica después del de Tlatelolco-, porque está cayendo en el abandono.
Mientras seguía recorriendo los locales de artesanías, Fox aprovechó que a su paso había propaganda electoral. Y a una señora, la más cercana, le dijo: "Oiga seño, que hagan compromisos sus candidatos, porque nada más vienen a pedir el voto y no hacen nada".
Al salir del mercado le cantaron Y volver, volver. Pero le pidieron que cantara, y así fue. Entonó unas coplas de Caminos de Guanajuato. "Orale, porque ya me voy", les dijo.
En la calle, el Presidente todavía respondió a las preguntas de los reporteros.
-Usted dijo hace un rato que de las ratas de aquí, del mercado, se debe encargar el Gobierno del Distrito Federal y que usted se encargará de las ratas de dos patas.
-De las ratas de aquí, del mercado, las autoridades de la delegación y del GDF se deben encargar. Por otro lado, sí hablaba yo de la lucha permanente contra la corrupción, contra la impunidad, contra la criminalidad, y en eso no vamos a bajar la guardia.
-A usted lo critican por el acercamiento con la gente, porque tiene tintes partidistas.
-Yo creo que es indispensable estar cerca de la gente, no hay otra manera de gobernar. Siento a la gente de la ciudad de México con mucho interés de que la autoridad se acerque a ellos y que la autoridad escuche y atienda sus problemas. Yo venía de compras, pero veo que a la gente de aquí le interesa mucho ser escuchada, por eso, incluso, voy a acrecentar estas visitas. Voy a hacer más visitas, porque es importante para un gobierno escuchar. Esta gente tiene su autoridad aquí, en el ámbito de delegación y a nivel del GDF, pero también la autoridad federal está para escuchar.
-ƑQue no se espanten los candidatos?
-Veo mucha promoción de candidatos en el mercado y les sugiero a los locatarios que hablen con los candidatos, porque luego nomás prometen, buscan voto y no resuelven las cosas. Aquí hay muchas cosas emproblemadas. Creo que a esos candidatos hay que exigirles bastante.
Antes de abordar su camioneta, el Presidente de la República escuchó el reclamo de un joven y quedó atónito.
-Fox, deberías sacar a tu mujer de actividades nacionales -dijo el joven.
El mandatario respondió sorprendido:
-ƑQué dices? Perdón, Ƒqué dijiste?
Pero el hombre se alejó rápidamente sin dar su nombre.