En menos de 30 el país podría convertirse en importador neto de crudo, según Pemex
Rifkin: a partir de 2011 declinará la producción petrolera mexicana
Si México no incorpora desde ahora energías alternativas, tendrá problemas ''muy graves'' antes de que termine la década Poco después del petróleo, el gas natural llegará a su tope, señala
DAVID ZUÑIGA
México está en peligro de enfrentar una crisis energética que puede socavar su economía, pues a más tardar en 2011 sus reservas de petróleo alcanzarán su techo y la producción empezará a descender a una tasa de 2.7 por ciento anual en los siguientes 29 años, advirtió Jeremy Rifkin, autor de La economía del hidrógeno.
Entrevistado vía telefónica cuando se encontraba en Veracruz, donde participó en el tercer Encuentro Internacional de Tecnología Petrolera y se reunió con autoridades del sector energético, Rifkin dijo que existe un estudio de Pemex según el cual en 2030 México podría convertirse en importador neto de crudo.
México se encuentra en situación ''dramática'' por ser uno de los principales productores de petróleo y porque un tercio de los ingresos del gobierno federal dependen de las ventas de crudo.
Uno de los principales temas del debate económico en este siglo, agregó, será la transición a la economía del hidrógeno; sin embargo, si México no empieza a buscar desde ahora alianzas para desarrollar energías alternativas enfrentará problemas ''muy graves'' antes de que termine esta década, pues el gas natural llegará a su tope de producción poco después que el petróleo.
El gas natural, dijo, sólo será una etapa de transición entre el petróleo y el hidrógeno; de ahí la necesidad de desarrollar otras energías alternativas como la eólica, la solar, la obtenida de biomasa y la geotérmica.
El economista estadunidense explicó que estudios geológicos realizados en los últimos tres años concluyen que las reservas mundiales de petróleo podrían llegar a su nivel máximo antes de lo previsto, es decir, entre 2010 y 2020, y no alrededor de 2037. El techo es el punto en el cual se ha explotado la mitad de las reservas recuperables estimadas.
Rifkin señala que lo importante es enfrentar la futura escasez de combustibles y el hecho de que la mayor parte de las reservas mundiales de combustible se encuentran en una de las regiones más turbulentas del mundo: Medio Oriente. El consumo de hidrocarburos, agrega, es la principal causa del calentamiento global, el cual podría agravarse si se vuelve al uso de carbón o de crudos pesados.
En cuanto a la guerra que Estados Unidos busca emprender contra Irak, Rifkin señaló: ''El presidente George W. Bush está decidido a entrar a Irak sin importarle la opinión mundial. Bush no es un estúpido. Quiere controlar la industria petrolera, al igual que el vicepresidente (Richard) Cheney. Ambos son petroleros. Entienden cómo funciona la industria; tienen poder, tienen dinero. Dicen que la principal razón para ir detrás de Saddam Hussein es la seguridad nacional. Saben que el control de los pozos petroleros les dará una posición estratégica de control geopolítico, pero es un juego muy peligroso que tiene a los hombres de negocios sin aliento porque saben que todo depende de los precios del petróleo, y si llegan a 45 dólares por barril puede haber una prolongada recesión''.
Las crecientes tensiones generadas en torno al petróleo, sostiene Rifkin, son otra razón por la cual México debe transitar a la economía del hidrógeno. El desarrollo de la sociedad, explicó, ha estado íntimamente ligado a sus fuentes de energía: la agricultura, la madera, el carbón, la máquina de vapor, los hidrocarburos... Sin embargo, el uso del hidrógeno y la posibilidad de que en un futuro cada usuario pueda generar su propia energía a medida que la tecnología se vuelva más barata implicará una redistribución del poder en todo el mundo con base en un modelo descentralizado similar al de Internet. ''Será el primer régimen energético verdaderamente democrático de la historia. Una segunda Revolución Industrial'', sostiene
Este escenario, asegura, no es de ciencia ficción: las principales armadoras de automóviles han invertido en años recientes más de 2 mil millones de dólares en el desarrollo de vehículos que funcionan con hidrógeno; la Unión Europea invertirá 2 mil millones de euros en proyectos que le permitan liberarse de la dependencia del petróleo para mediados de este siglo, y las principales compañías petroleras ya están explorando esta alternativa para mantenerse en el mercado.
Tres caminos para la transición energética
Rifkin señaló que México tiene tres caminos para hacer su transición energética. Primero, usar el petróleo en forma inteligente mientras dure y usar los recursos que éste genera para hacer la transición al gas natural y luego al hidrógeno.
La segunda es hacer el cambio a gas natural a corto plazo, pero sólo como una etapa de transición y como un medio para extraer hidrógeno. La tercera opción, que Rifkin considera la más conveniente, consiste en que el gobierno busque alianzas estratégicas con empresarios, inversionistas y la sociedad civil y empiece a desarrollar una estrategia para crear infraestructura para la generación de hidrógeno. ''Si no actúa pronto para emprender este proyecto en los próximos años México perderá su oportunidad y será un importador neto de petróleo en 27 años'', advierte.
Sin embargo, el gobierno debe aprovechar la infraestructura en manos del Estado y ser ''sumamente cauteloso'' al hacer tratos con empresas privadas para ser su socio ''y no la víctima. La clave está en quién tiene el control''.