Alternativa en caso de no ser aprobadas las reformas estructurales, señala
Anuncia Gil plan B basado en disciplina fiscal
Rechaza apoyar el peso con las reservas internacionales; reduciría solvencia, advierte
ANTONIO CASTELLANOS
El secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz, afirmó que frente a la posibilidad de que no sean aprobadas las reformas estructurales el gobierno federal aplicará un plan B, cuyo soporte se asentaría en la disciplina fiscal y en sacar adelante la reforma en materia de garantías que ya aprobó el Senado de la República. El crecimiento sería respaldado por los ingresos petroleros adicionales que se calculan en por lo menos 60 mil millones de pesos.
En ningún momento, agregó, se utilizarán las reservas internacionales del Banco de México para apoyar al peso. Una intervención en ese sentido no tendría resultado y sí reduciría la capacidad de solvencia del gobierno de México. Los recursos petroleros derivados del alto precio del petróleo, casi 7 dólares en promedio más de lo que se proyectó en los Criterios generales de política económica (18.35 dólares por barril), servirán para impulsar inversiones y, con ello, apoyar el crecimiento de la economía.
Gil Díaz enfatizó: "Un plan B que no respetara la disciplina fiscal sería un plan Z". El objetivo central es no excederse en el gasto; no endeudarse en el exterior, como ocurrió durante un par de sexenios. Por ello es necesario mantener la disciplina presupuestaria y trabajar dentro de las limitaciones que tenemos, que son muy grandes.
De ahí la importancia, dijo, de sacar la reforma hacendaria y la Ley de Garantías. La primera para fortalecer los ingresos públicos y la segunda para garantizar la recuperación de los créditos. La reforma fiscal tiene también trascendencia porque contribuirá a disminuir la presión que hace el gobierno sobre el mercado de capitales y el mercado de dinero.
El funcionario reconoció que este año posiblemente la recaudación no petrolera esté debajo de lo estimado, pero la perspectiva petrolera va más allá de compensar ese faltante de ingresos. Por esa razón no se ve la necesidad de un ajuste en el gasto en la primera parte de 2003.
De acuerdo con las proyecciones del secretario de Hacienda, dependerá mucho de qué tanto petróleo adicional se pueda exportar en la segunda parte del año; el avance económico también dependerá de que se mantengan los precios en 2003. La perspectiva no es mala.
Y añadió: "En el presupuesto tenemos 18.35 dólares por barril y en los primeros meses el precio ha estado arriba de los 25 dólares. Cada dólar representa aproximadamente unos 10 mil millones de pesos, y ese incremento representa entre 50 mil y 60 mil millones de pesos adicionales. Sin estos recursos habría graves problemas para tener el presupuesto necesario y hacer los gastos comprometidos".
Gil Díaz se refirió a la volatilidad en el tipo de cambio y explicó que esta es una consecuencia de circunstancias sobre las que no se puede actuar, aunque reconoció que ha tenido una depreciación de 22 por ciento, al pasar de 9 a 11 pesos por dólar.
Esta flotación mientras más limpia sea, mayor confianza infunde, porque los operadores de las mesas de cambio cuando creen que va a intervenir el gobierno tratan de provocar una reacción de parte de las autoridades, pero cuando saben que no se apoyará al peso, deja que quienes demandan dólares determinen el tipo de cambio.
Luego habló del crecimiento económico, y afirmó que hay razones para pensar que es viable el crecimiento de 3 por ciento del producto interno bruto. No obstante que hay muchas noticias adversas en el ámbito internacional, la economía mexicana está dando señales de que vamos dentro de lo que esperamos para este año, indicó.
El empleo, concluyó, viene fuerte, pero todo el escenario nos sugiere que tenemos que concentrarnos en todo el tema de las reformas estructurales. Si queremos pensar en cómo enfocar el crecimiento desde lo interno de la economía, yo creo que ese es el tema que tenemos que atacar dentro de los próximos períodos legislativos.