ECONOMIA MORAL
Julio Boltvinik
La pobreza en Michoacán
Octavo estado en proporción de indigentes
Pobreza ignorada en ciudades pequeñas
La economía moral es convocada a existir como resistencia
a la economía del "libre mercado": el alza del precio del pan puede
equilibrar la oferta y la demanda de pan, pero no resuelve el hambre de
la gente
LA POBREZA ES multidimensional. Esta tesis la reconocen
de labios para afuera casi todos, pero pocos la aplican al realizar sus
mediciones de pobreza. En contraste, desde hace más de 10 años
vengo aplicando el Método de Medición Integrada de la Pobreza
(MMIP) que coherentemente considera tal carácter multidimensional.
La pobreza con el MMIP puede calcularse a partir de las encuestas nacionales
de ingresos y gastos de los hogares (ENIGH), o los censos de población
y vivienda, o las encuestas nacionales de empleo, instrumentos todos desarrollados
por el INEGI. En ésta y la próxima entrega presentaré
los resultados obtenidos con la base de datos del cuestionario ampliado
del censo de 2000 en Michoacán. En tres entregas de Economía
Moral de 2002 (30/08, 06/09 y 01/11) presenté resultados a escala
nacional.
LOS DATOS CENSALES conllevan una sobrestimación
de la pobreza, como advertí en dichas entregas. A escala nacional,
la sobrestimación de la incidencia de la pobreza (por ciento de
la población pobre), al comparar los resultados del censo con los
de la ENIGH 2000, es de 10 puntos porcentuales, 86.7 por ciento contra
76.3 por ciento. La sobrestimación más importante ocurre
en el medio urbano (13 puntos porcentuales), mientras en el rural es de
sólo tres puntos. Es probable que dada la mayor proporción
de población rural en Michoacán respecto al promedio nacional
(35 por ciento contra 24 por ciento), la sobrestimación de la pobreza
en Michoacán sea un poco menor a la nacional. Con estas advertencias,
veamos los resultados.
EN OCTAVO LUGAR se ubica Michoacán, de peor a mejor,
cuando se ordenan las entidades federativas según la proporción
de población indigente (definida como la que cumple, en promedio,
menos de la mitad de las normas) con 60 por ciento (véase Economía
Moral, 30/08/02), casi 20 puntos menos que en Chiapas (79.2 por ciento)
y 45 puntos más que en la mejor situada, Nuevo León (14.4
por ciento).
EN EL CUADRO se sintetizan los principales resultados
de Michoacán. Los datos permiten apreciar la estructura social para
el conjunto del estado y por tamaño de localidad. Antes veamos,
sin embargo, si los resultados globales por dimensión arrojan alguna
luz sobre los órdenes y orígenes de la sobrestimación.
El MMIP se compone de las siguientes dimensiones: necesidades básicas
insatisfechas (NBI), ingresos o línea de pobreza (LP) y tiempo (T).
Las dos últimas, al combinarse dan lugar a la dimensión combinada
ingresos-tiempo (LPT). Esta, al combinarse con NBI, genera el MMIP. Estas
combinaciones se llevan a cabo, en la base de datos, hogar por hogar. La
dimensión de NBI es resultado de combinar las siguientes áreas
del nivel de vida: vivienda (calidad de materiales y espacios), condiciones
sanitarias (agua, drenaje y excusado), otros servicios (energía
-combustible para cocinar y electricidad-, teléfono y recolección
de basura), bienes durables básicos, educación (nivel educativo
de adultos y nivel y asistencia escolar de menores), servicios de salud
y seguridad social.
LA PROPORCION DE POBRES en el MMIP, que en el estado en
su conjunto es 92.6 por ciento, seis puntos arriba del promedio nacional,
es el resultado de proporciones de pobres por NBI un poco más bajas,
84.1 por ciento, y de ingresos-tiempo de 91.2 por ciento (el que a su vez
resulta de una pobreza de ingresos de 86.2 por ciento y una de tiempo -que
no se muestra en el cuadro- de 57.6 por ciento).1 Salvo la pobreza
de tiempo, que es mucho más baja (también en el país
-donde es de 56.1 por ciento), las incidencias de NBI y de ingresos se
ubican en niveles similares en el estado. La pobreza por NBI se calcula
con indicadores más confiables que el ingreso. Por ello, los altos
niveles de la pobreza por NBI en Michoacán, nueve puntos porcentuales
por arriba de la media nacional (75.2 por ciento), son indicativos del
alto nivel de la pobreza prevaleciente en Michoacán, al margen de
la sobrestimación de la pobreza de ingresos.
LA SOBRESTIMACION DE la pobreza por ingresos (debido a
la deficiente captación de los ingresos de los hogares) se refleja
en el predominio, dentro de los pobres de ingresos, de los indigentes,
lo que no ocurre en NBI. En el estado casi cuatro de cada cinco pobres
por ingresos (86.2 por ciento de la población) son indigentes (66.4
por ciento de la población). En cambio, más de la mitad de
los pobres (54 por ciento) por NBI son pobres no indigentes. En ambos casos
el peso de la indigencia es mayor que en el promedio nacional.
EL CUADRO MUESTRA estas situaciones en los diferentes
tamaños de localidad del estado. Prácticamente toda la población
rural (la que vive en localidades de menos de 2 mil 500 habitantes) del
estado (98.4 por ciento) es pobre por el MMIP, y 82.8 por ciento es indigente.
Estas cifras son muy similares a los promedios nacionales rurales (98.1
y 81.8 por ciento) y a las proporciones de la pobreza de ingresos en Michoacán.
Si bien la proporción de pobres por NBI es sólo 2 puntos
porcentuales menor (96.6 por ciento), la de indigentes es mucho menor,
56.4 por ciento. En esta materia, el peso de los pobres no indigentes es
más alto que el promedio nacional rural, donde tres de cada cuatro
pobres por NBI son indigentes. Se requiere un análisis desagregado
de los indicadores de NBI para identificar las razones de esta aparente
paradoja.
AL PASAR DE LAS localidades rurales a las urbanas pequeñas
y luego a las grandes, la incidencia en todas las dimensiones de la pobreza
va disminuyendo y aumenta la importancia de los pobres no indigentes. La
proporción de pobres por el MMIP disminuye de 98 por ciento (rural)
a 93 por ciento (urbanas menores a 100 mil), a 87 por ciento (de 100 mil
y más), hasta 80 por ciento en Morelia. Aun de manera más
veloz, la indigencia baja, en los mismos tamaños de localidades,
de 83 por ciento a 57 por ciento, a 37 por ciento y a 29 por ciento. En
NBI sucede algo similar, pero más rápido: de 97 a 86 a 70
y a 58, mientras la indigencia se mueve de 57 a 36 a 21 y a 13. Este último
dato refleja que en Morelia, pero también en las otras localidades
de más de 100 mil habitantes del estado, la indigencia por NBI afecta
a una minoría. La pobreza urbana por NBI, sin embargo, sigue afectando
a más de la mitad de la población urbana, aun en las ciudades
más importantes.
NOTEMOS QUE SIENDO Michoacán un estado dominantemente
urbano, la existencia de grandes diferencias en las proporciones de pobres
entre el medio rural y el urbano no significa que la mayoría de
los pobres viva en el campo. De los 3.66 millones de pobres del estado
por el MMIP, 1.35 millones viven en localidades rurales y 2.31 millones
(63 por ciento) en localidades urbanas. Incluso si sólo nos referimos
a los indigentes, 1.24 millones son habitantes urbanos contra 1.13 rurales.
Destaca aquí una peculiaridad del sistema de localidades de Michoacán,
donde 42 por ciento de la población, y 43 por ciento de los pobres,
viven en localidades urbanas pequeñas (entre 2 mil 500 y menos de
100 mil habitantes). En ellas habitan 1.56 millones de pobres, 16 por ciento
más que en el medio rural, y 947 mil indigentes, cifra cercana a
los indigentes rurales (1.13 millones). Dividiendo la población
pobre de Michoacán en tres grupos, encontramos que de los de combate
a la pobreza, el monto más alto debería asignarse a las localidades
urbanas pequeñas, seguidas por las rurales y, en último lugar,
las localidades urbanas grandes.
EN LA PROXIMA ENTREGA analizaré aspectos complementarios
de la pobreza en este estado gobernado por el PRD.
1. La pobreza de ingresos-tiempo es más alta que
la de ingresos, a pesar de la relativamente baja incidencia de la pobreza
de tiempo, porque esta última se utiliza como modificador de los
ingresos del hogar. Los ingresos obtenidos trabajando más allá
de las normas son eliminados en la pobreza de ingresos-tiempo.