La asamblea reunida en la sede de la CEM redactará documento "histórico"
La Iglesia debe promover un nuevo modelo económico: Pastoral Social
El clero requiere de mayor apertura a la sociedad civil, dice el arzobispo Sergio Obeso
JOSE ANTONIO ROMAN
La Iglesia católica tiene la tarea de promover un nuevo modelo de desarrollo que no se reduzca al simple crecimiento económico, sino que busque una distribución equitativa de la riqueza y que sea sostenible social y ecológicamente, afirmó el secretario ejecutivo del Departamento de Pastoral Social del Consejo del Episcopado Latinoamericano (Celam), Francisco Hernández Rojas.
Ante los representantes diocesanos y regionales de la pastoral social en México, reunidos en asamblea nacional, el religioso señaló que la Iglesia también tiene la responsabilidad de contribuir, junto con la sociedad civil, a la "reconstrucción del tejido social", tan dañado por un modelo económico impresionantemente injusto que acrecienta las desigualdades sociales dentro de los países y entre las naciones.
En su ponencia, enumeró compromisos y obligaciones que tiene la Iglesia católica frente a la globalización homogeneizante de los centros de poder mundial. "Urge a la Iglesia contribuir en rehacer el tejido social en estos tiempos de triunfo del individuo solitario, de modo particular, haciéndolo tomar conciencia de su identidad como persona, de su pertenencia a una familia, a una comunidad local, nacional e internacional, y de la necesidad de una búsqueda participativa del bien común".
Hernández Rojas se refirió de manera especial al tema de la educación, la cual, dijo, representa uno de los caminos más eficaces para la promoción de la igualdad social, y cuya ausencia contribuye de manera esencial a los fenómenos de la discriminación y la exclusión.
Advirtió que la educación no debe tener como objetivos hacer más competitivos a los ciudadanos, sino impulsores de desarrollo humano para el país. Es necesario replantear la educación, de tal manera que se favorezca la libre autodeterminación y promueva la convivencia social, que esté abierta a la pluralidad y al respeto por las diferencias, que promueva el pensamiento global y la actuación local, que forme para una sociedad en permanente cambio y estimule el diálogo interreligioso.
Reunidos desde el pasado lunes en la sede de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), los sacerdotes, religiosos y laicos responsables de Pastoral Social en cada una de las diócesis del país, participan en un proceso de consulta para analizar y definir las temáticas y directrices bajo las cuales orientarán su trabajo a escala nacional.
La asamblea se inscribe en un proceso que tiene como meta concluir con un Directorio Nacional de Pastoral Social, el cual será presentado a la asamblea de la CEM en agosto próximo y se publicará en noviembre. Más que un texto doctrinal, el directorio, afirman, tiene la intención de ser un acontecimiento histórico que recoja las reflexiones, lucha y acompañamiento comunitario de todos los actores de la Pastoral Social en México.
En su mensaje inaugural, el presidente de la Comisión de Pastoral Social de la CEM, Sergio Obeso Rivera, dijo que esta pastoral no puede prescindir de la vinculación con los grupos de la sociedad civil. Si bien apuntó que la pastoral social ha crecido en sus vínculos con la sociedad organizada, en muchos ambientes pareciera que en la Iglesia prevalecen los temores de sumarse a las iniciativas que están en consonancia con el Evangelio.
"Pareciera que un cierto temor a perder la identidad se hace presente cuando decidimos entrar en relación con organizaciones o grupos que buscan, desde la trinchera que ocupan, promover los valores del reino. La Iglesia no está llamada a hacerlo todo, ni lo puede todo", dijo el también arzobispo de Jalapa.
Incluso, en su mensaje inaugural, exhortó a los obispos, religiosos y sacerdotes a no sólo constatar esa modesta apertura que la Iglesia católica en su conjunto ha tenido hacia la sociedad civil, sino a iniciar un proceso de reflexión que conduzca al clero a plantearse la necesidad de incrementar esta apertura.
"Transformar desde los valores del Evangelio no es una opción, es un imperativo. Tocar así el mundo de la política, de la economía y de la cultura, nacen de nuestra misma adhesión a Jesucristo".