Los trabajadores del diario clausurado editan
otro de nombre Egunero
Protestan partidos y periodistas vascos por el cierre
de Euskaldunon Egunkaria
El gobierno de Ibarretxe repudia la medida; la justifica
el vicepresidente Mariano Rajoy
ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL
Madrid, 21 de febrero. Los trabajadores del diario
Euskaldunon Egunkaria, cerrado el jueves por las autoridades españolas
por su presunta relación con la organización separatista
vasca ETA, editaron otro de nombre Egunero, en cuyo titular aparece
la frase "cerrado, pero no callado".
El cierre del único diario escrito en lengua euskera
de España provocó la indignación del gobierno autonómico
vasco, de la ma-yoría de los partidos políticos -con la ex-cepción
del Partido Popular (PP) y el Partido Socialista de Euskadi- y asociaciones
de periodistas, que lo consideraron un atentado a los "derechos fundamentales".
Por lo anterior, organizaciones políticas y profesionales
exigieron la reapertura inmediata de Euskaldunon Egunkaria, periódico
fundado en 1990.
El juez Juan del Olmo, de la Audiencia Nacional española,
ordenó el precinto de las cuatro sedes del rotativo -en Andoain,
Pamplona, Vitoria y Bilbao- y la detención de 10 de sus dirigentes,
entre ellos el director Martxelo Otamendi, bajo la acusación de
pertenecer a ETA militar.
La medida suscitó un revuelo político en
el País Vasco, donde los tres partidos que forman el gobierno -Nacionalista
Vasco (PNV), Eusko Alkartasuna e Izquierda Unida Esker-Batua- presentaron
en el Parlamento vasco una propuesta para exigir la "inmediata reapertura"
del periódico, al considerar que su cierre supone una "inequívoca
vulneración del derecho de libertad de expresión, de información
y presunción de inocencia".
El gobierno vasco, presidido por Juan José Ibarretxe,
dijo que el cierre del rotativo es fruto de "actuaciones combinadas del
Ministerio del Interior español y la Audiencia Nacional", que se
basó en supuestos informes elaborados por "la jefatura del Servicio
de Información de la Guardia Civil", que llevó a cabo la
operación.
En el texto presentado ante la Cámara se denunció
"el permanente empeño del go-bierno español en intentar relacionar
sistemáticamente el euskera y el mundo de la cultura con la violencia".
En
la sesión parlamentaria hubo enfrentamiento entre diputados de la
suspendida coalición Batasuna con representantes del PP, a quienes
acusaron de haber instigado el cierre del rotativo.
Antton Morcillo, legislador abertzale, sostuvo
que el cierre del diario es "un ataque fascista a este pueblo y en contra
de la libertad de expresión".
Para el vicepresidente del gobierno español, Mariano
Rajoy, es absurdo que se achaque la clausura del diario a un "ataque" al
euskera y estimó "desproporcionada" la reacción del gobierno
vasco.
El juez Del Olmo sostuvo en el auto judicial dado a conocer
hoy que "ETA tomaba decisiones sobre el funcionamiento de la editora de
Euskaldunon Egunkaria que co-rresponden al Consejo de Administración".
Así, dijo, "la estrategia terrorista de ETA, tanto
desde el punto de vista económico-financiero (de transferir fondos
provenientes o de su entramado para la adquisición de esta y otras
sociedades), como del fortalecimiento de uno de sus objetivos terroristas
(creación de una estructura informativa en euskera)", busca "facilitar
el amparo y difusión del ideario terrorista".
El juez dio un plazo de 10 días para que los representantes
legales del rotativo presenten sus alegaciones "antes de dictar la suspensión
de actividades de la sociedad por un tiempo máximo de cinco años".
El consejero de Justicia del gobierno vas-co, Joseba Azkarraga,
calificó de "impresentable" la medida de "excepción", que
"pone en riesgo la división de poderes".
A su vez, el vocero del Partido Socialista Obrero Español,
Jesús Caldera, exigió que la "investigación judicial
se haga con la máxima rapidez para que el periódico vuelva
a editarse lo antes posible", mientras que el líder de Izquierda
Unida, Gaspar Llamazares, calificó la medida de "desmesurada", al
"cercenar la libertad de expresión sin justificación penal
alguna".
Los nacionalistas catalanes de Convergencia i Unió
dijeron que la medida pretende "confundir deliberadamente el nacionalismo
democrático con ETA y criminalizar al PNV y EA", algo que consideró
"muy grave en una democracia".
A la condena por el cierre del diario se sumaron organizaciones
como Gesto por la Paz, Reporteros sin Fronteras y la Federación
de Sindicatos de Periodistas. Esta última emitió un comunicado
en el que afirmó que "el cierre judicial es un ataque grave al derecho
fundamental a la información que protege el artículo 20 de
la Constitución".
También en Bayona, Francia, varias decenas de personas
protestaron frente al consulado de España por el cierre de Euskaldunon
Egunkaria. La manifestación congregó a trabajadores de
la prensa vasca, así como a miembros de Batasuna y del movimiento
de apoyo a los prisioneros vascos Askatasuna.
Los diarios de circulación nacional y lo-cal coincidieron
en su mayoría -con excepción de los conservadores ABC
y La Ra-zón- en que se trata de una medida desproporcionada
que atenta contra los "derechos fundamentales".
A su vez, el diario vasco Gara afirmó que
"el cierre de Euskaldunon Egunkaria es un grave ataque a la libertad
de expresión, co-mo lo fue en su día el cierre de Egin".
Y, al igual que sucedió entonces, la "suspensión cautelar"
es en realidad una condena de muerte para el periódico.
Aseguró que el cierre del periódico es una
"operación política de carácter estratégico
para el Estado, cuyo fin es impedir que se puedan asentar las bases para
que algún día, si la ciudadanía vasca así lo
quiere, pueda ser dueña de su propio destino", al tiempo que calificó
de atropello la detención de 10 personas que en algún momento
han tenido alguna relación con ese medio.