Guillermo Ortiz advirtió que la incertidumbre incidirá en la expectativa de inflación
La guerra en Irak afectará el crecimiento
DAVID CARRIZALES CORRESPONSAL
Monterrey, NL, 25 de febrero. El gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz Martínez, advirtió que un escenario en el que se mantenga indefinidamente sin solución el problema del desarme de Irak, o que se dé una guerra prolongada provocaría mayor grado de inestabilidad y afectaría las expectativas de inflación y crecimiento de la economía mexicana.
Señaló que aun en el mejor de los casos no deberán esperarse tasas de crecimiento como las que se alcanzaron en la década de los 90, debido a que por primera vez en muchos años hay una sincronía de crisis o recesión en todas las principales zonas económicas del planeta, a diferencia de las crisis anteriores en que una recesión o caída económica en Estados Unidos era compensada con un mayor dinamismo en Japón o Europa, o viceversa.
Afirmó que lo más grave de esta desaceleración es que no se trata de un problema coyuntural, lo que es percibido así por los consumidores e inversionistas, a lo que viene a agregarse el factor de incertidumbre por una eventual guerra contra Irak, que a su vez provoca una gran volatilidad en los precios del petróleo y afecta las exportaciones del sector industrial.
Para dar una idea de la magnitud del perjuicio que acarrearía una mayor desaceleración de la economía estadunidense en caso de una guerra prolongada y una alza desmesurada en el precio del petróleo, Ortiz Martínez mencionó que una tercera parte del producto interno bruto lo representan las exportaciones, 80 por ciento de éstas son manufacturas y 90 por ciento van hacia Estados Unidos.
Expresó asimismo que no obstante esos factores de incertidumbre, gracias a que México ha mantenido una sana política financiera, de control del gasto público y de combate a la inflación, y a que cuenta con las reservas internacionales más grandes de su historia, ha podido salir bien librado de los efectos ocasionados por la desaceleración estadunidense, la crisis de Argentina, y el nerviosismo por las elecciones brasileñas.