Luego de la presentación, el roquero
continuó el escándalo en un restaurante
Exige Charly García trato de divo y protagoniza
excesos sin precedente al actuar en Viña del Mar
DPA
Viña del Mar, 25 de febrero. Charly García,
el legendario roquero argentino autor del álbum Demasiado ego,
mostró facetas acordes al tenor de su disco cuando hizo exigencia
de divo en su presentación en el Festival de Viña del Mar
el domingo y protagonizó luego excesos sin precedente tras su actuación,
según reportan hoy medios locales.
García,
quizás en consonancia con la filosofía del caos y lo irracional,
expuesta en su trabajo Say no more, pidió a los organizadores
un camarín pintado de negro, 80 toallas, alfombra roja tapizada
de pétalos rosados para salir al escenario, al que llegó
en silla de ruedas, con smoking, cintillo rojo y enormes audífonos.
En plena actuación, partió diciendo: "Sé
que vinieron por mí", cuando se trataba de un público heterogéneo
que iba por toda la oferta musical y, en particular, a esa jornada había
ido -en su mayoría- por los argentinos Los Nocheros.
Al presentar su tema Pecado mortal, comentó
para sí mismo: "¡Qué moderno que era yo". Y al anunciar
un solo de piano improvisado, exclamó: "Escuchen algo. ¡Esto
es música!"
Molesto porque dos músicos de la orquesta del Festival
se taparon los oídos, ya que los sonidistas pusieron muy alto las
bocinas que estaban justo encima de ellos, Charly se paró, les hizo
un gesto obsceno con el dedo y les gritó: "Giles (pendejos), esto
es música".
Desmanes en el escenario
Perturbado por los problemas de sonido, derivados de que
no quiso hacer un ensayo y no dio una pauta con sus temas ni los instrumentos
que tocaría, pateó un teclado, que inutilizó, y arrojó
una guitarra a la que había cortado el cable al desplazarse por
el escenario.
Luego de su actuación, que fue premiada por el
público con la Antorcha de Plata, se fue a un restaurante de Valparaíso,
junto con sus músicos, su novia -Florencia-, amigos y ejecutivos
de su sello.
De acuerdo con la versión del diario Las Ultimas
Noticias, el músico se puso a tocar un teclado y a cantar, mientras
comía. El periódico asevera que García no toleraba
un ruido mientras tocaba o hablaba, o imponía el silencio con un
grito.
A uno de los representantes de su disquera le señaló:
"Quiero una campaña de Influencia 50 mil veces mejor que
la de ahora. Televisión, carteles, ta, ta, tá. Yo estoy aquí
arriba y después vienen los demás. ¿Quién fue
'el' artista de este Festival? Yo. Soy un genio y se me debe tratar como
tal. Si no, no sé qué hago aquí. Que viene Britney
Spears, Mambrú, toda esa camada de pelotudos que no sirven para
nada. ¿Y qué pasa después? Nada. Yo soy el mejor.
Te acordarás de mí".
El diario indica que tuvo 30 minutos de monólogo
y siguió dándole al teclado, interpretando algunos temas
clásicos, pero alguien habló y se enfureció: "Me voy
de la compañía", dijo Charly, se paró y se fue a su
suite, con algunos amigos, más una reserva de bourbon y whisky,
para seguir el festejo hasta las siete de la mañana de ayer.
Sin embargo, el diario La Tercera fue el que hizo
las afirmaciones más fuertes sobre el comportamiento del roquero.
Escribe que durante su permanencia en la Quinta Vergara, tapizó
las paredes del baño de uno de sus camerinos con excremento. Se
asegura que el hecho causó conmoción en el personal de aseo
del recinto, que algunas personas vomitaron ante esta escena y se negaron
a arreglar el desorden.
Se añade que García escupió en paredes
y vidrios, versión confirmada por la televisión que reprodujo
su entrada al escenario.
La Tercera afirma que todo esto chocó tanto
a los equipos que trabajan en el Festival, que maquilladores y estilistas
se negaron a atenderlo.