ENTREVISTA / LAILA ALI BOXEADORA
''El boxeo se hereda, se lleva en la sangre"
MI PAPA ES EL MEJOR DEPORTISTA DE TODOS LOS TIEMPOS, SEÑALA
SU PELEA MAS PROMOCIONADA FUE LA QUE SOSTUVO ANTE JACKIE FRAZIER, EN JUNIO DE 2001, CONSIDERADA UNA REDICION DE LOS DUELOS QUE SOSTUVIERON SUS FAMOSOS PADRES
CARLOS HERNANDEZ
Laila Alí, hija de la leyenda del boxeo, se comporta como tal.
Altiva la mirada, sonrisa deslumbrante, gesto amable. Camina erguida como si anduviera en pasarela y no como si fuera una pugilista.
Laila heredó no sólo el apellido boxístico más reconocido a nivel mundial, sino también una profesión que parecería poco acorde con su figura y rostro de modelo.
Acepta ser uno de los más claros ejemplos de que "el boxeo se hereda, se lleva en la sangre", pero es tajante al rechazar cualquier comparación con su padre, conocido también como El más grande.
"Yo soy Laila Alí, quiero hacer mi propia carrera, quiero que me reconozcan por mí misma, por lo que puedo ser como boxeadora. Lo que hizo mi padre quedó aparte", expresa con enfado.
-Muchos lo consideran el mejor deportista del siglo, Ƒcómo lo ve su hija?
-šPor supuesto que yo también lo veo así! El es el más grande, el mejor de todos los tiempos.
-Y eso implica para ti una responsabilidad mayor.
-No. Yo soy Laila Alí, no me comparo con mi papá.
Parca en sus respuestas, ante la insistencia admite que desea llegar a ser la mejor boxeadora del mundo, "libra por libra", como se les llama en el ambiente pugilístico.
"Tengo grandes expectativas sobre mí misma. Sin embargo, creo que todavía debo trabajar muy duro para ser la mejor, ya que por ahora no tengo el nivel que sé que puedo alcanzar algún día", añade.
Laila recuerda que su niñez y juventud fueron "muy tranquilas, muy cómodas. La verdad fui muy feliz, mi papá nos dio todo, fue un papá excelente". Aclara que no ingresó al pugilismo para ganar dinero, sino "porque fue algo que ya traía, que él me heredó".
Y lo heredó bien, ya que marcha invicta en 14 peleas, con 11 nocauts, y suma tres títulos mundiales: de la IBA, IWBF y de la WIBA, en la categoría supermedio, además del honorífico que el CMB le entregó la noche del martes en la división superwélter.
Su pelea más promocionada fue la que sostuvo ante Jackie Frazier, en junio de 2001, que fue considerada una redición de los duelos que sostuvieron sus famosos padres.
Y si Muhammad Alí y Joe Frazier realizaron tres batallas -con dos victorias por una derrota a favor del una vez llamado Cassius Clay-, las hijas ya contemplan otra pelea.
"Claro que quiero darle la revancha, pero necesito tiempo para pensar. Los aficionados quieren verla, es una pelea grande, de dinero, y siento que debe realizarse. Creo que podemos llegar a una decisión de la que todos podamos estar contentos", expresó respecto al primer duelo que ganó por puntos en ocho rounds.
Para este año sus objetivos son tener la mayor actividad posible; -"tengo hambre de tener competencia"-, aunque por ahora no contempla una contienda ante Christie Martin, en la cual se habla de un millón de dólares para cada una.
Mientras tanto, Laila considera su próxima incursión al cuadrilátero en mayo o junio, en una batalla en pago por evento.
Amable repartió fotos y autógrafos a todo el que se le acercó durante la cena de gala del 40 aniversario del CMB, en la que fue la máxima atracción. Dijo que portará con orgullo su cinto verde del consejo, "el mejor organismo del mundo, donde están los mejores campeones".
Ya encarrerada, prometió que alguna vez peleará ante el público mexicano.
De Vietnam y de Irak
Muhammad Alí cumplió 60 años de edad el pasado 17 de enero. Dominó la división de los pesos pesados en las décadas de los 60 y 70 cuando, de acuerdo con sus propias palabras, "volaba como mariposa y picaba como abeja". Fue el primer peso completo en conquistar tres veces el cetro, cuando todos decían que "ellos nunca regresan".
Sin embargo, más allá de ser un icono boxístico Alí traspasó las barreras del deporte debido a su oposición a la guerra de Vietnam, a su lucha por los derechos civiles de los negros y a su propagación del islamismo.
"Ellos hicieron lo que consideraron correcto y yo hice lo que consideré correcto", expresó Alí alguna vez sobre las amenazas del gobierno de mandarlo a prisión y por las represalias que tuvo ante su negativa de ingresar a las fuerzas armadas estadunidenses.
-ƑCómo está tu papá?
-Está muy bien, en la casa, gracias por preguntar -dice, y evade cualquier pregunta sobre el mal de Parkinson que lo aqueja y obliga a vivir en un mundo de lentitud al que fuera el más rápido peleador completo.
-Hace muchos años tu papá rehusó ir a la guerra, Ƒqué opinas de esa decisión?
-Yo opino exactamente lo mismo que él. Mi padre dijo que no tenía ningún problema con el Vietcong y yo tampoco lo tengo.
-ƑY qué opinas del conflicto con Irak?
-Nada. No soy política, soy deportista.
-ƑY sobre Bush?
-No tengo ninguna opinión de él. Yo sólo hablo de deporte. No más preguntas -dijo secamente, dio la espalda y mostró un tierno osito con un corazón que lleva tatuado en el hombro derecho.
"Ella es muy, muy dulce", dice su esposo y también promotor Johnny McClain, quien, para demostrarlo, enseña orgulloso un anillo de matrimonio que reluce un brillo ostentoso de incontables diamantes.
Al lado de la pareja, el cubano-mexicano José Angel Mantequilla Nápoles no pierde detalle de Laila.
-ƑQué opina de ella?
-Es muy bonita y tiene dinero... la verdad no sé qué anda haciendo en un deporte como el boxeo.
-ƑNo le gusta el boxeo femenil?
-No. El boxeo es sólo para hombres. Mi hija quería entrar, pero yo no la dejé porque le iban a maltratar la nariz, los pómulos, el rostro, que es la carta de presentación de las mujeres.
Pero Laila -"la hija de mi hermano", según José Sulaimán- muestra a sus 25 años un rostro de modelo, aunque se trate de la hija de la máxima leyenda del boxeo.