Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Jueves 3 de abril de 2003
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Mundo

Dice Putin que a Moscú no le conviene una derrota de Washington

Suaviza Rusia sus críticas contra la invasión estadunidense a Irak

Los diplomáticos Igor Ivanov y Collin Powell se reunirán en Bruselas este jueves

JUAN PABLO DUCH CORRESPONSAL

Moscu, 2 de abril. Para sorpresa de muchos, el presidente Vladimir Putin abandonó esta noche el tono de enérgica condena del ataque militar contra Irak y llegó a decir, en lo que pareció un arrebato de franqueza, que a Rusia "no le conviene, ni por razones de orden político ni tampoco económico, una derrota de Estados Unidos".

Durante una gira por la región rusa de Tambov, extraño escenario en el quehacer político local para este tipo de pronunciamientos, Putin también precisó: "Al mismo tiempo, conviene a Rusia que la solución del problema iraquí vuelva a ser responsabilidad de la Organización de Naciones Unidas".

De este modo, el Kremlin se adentra de nuevo en el juego de las declaraciones contradictorias a conveniencia. Dicho de otra forma, las duras palabras que Putin dedicó a Estados Unidos en su mensaje a la nación el pasado 20 de marzo, en caso de necesidad pueden ser citadas por las autoridades de aquí como documento rector de la política de Rusia hacia la agresión que sufre Irak.

Ello no impide, aunque debería hacerlo por elemental congruencia, que el discurso oficial de Moscú se suavice al máximo cada vez que quiere mandar una señal de conciliación a Washington.

La repentina afirmación de Putin parece inscribirse en este tipo de señales, más aún porque los jefes de las diplomacias rusa y estadunidense, Igor Ivanov y Colin Powell, se reunirán este jueves en Bruselas.

En la capital de Bélgica, centro neurálgico de la Unión Europea y de la alianza noratlántica, Ivanov y Powell intentarán que las serias discrepancias sobre la invasión a Irak dejen de tener un impacto negativo en la relación bilateral.

Acordado en conversación telefónica el lunes pasado, este encuentro busca poner fin a las acusaciones recíprocas y recomponer los vínculos dañados, según comentó en plática con La Jornada un funcionario de la cancillería local.

Ivanov lleva a su cita con Powell una posición más flexible o, si se prefiere, menos tajante en lo que toca a condenar el uso ilegal e injustificado de la fuerza contra Irak.

Sin embargo, la actitud final del Kremlin -si modera sus críticas o, por el contrario, las recrudece- va a depender de hasta qué punto Estados Unidos incluye a Rusia en los esquemas de futuros entendimientos posbélicos en el país árabe que ahora está arrasando, confió la misma fuente diplomática.

De unos días para acá, el gobierno ruso ha procurado no crispar más los ánimos entre Moscú y Washington, ya de por sí encendidos con los fuertes y repetidos ataques verbales que se lanzaron funcionarios de ambos lados.

A diferencia de la primera semana, en que Moscú no escatimó adjetivos para denunciar los horrores de la guerra, la táctica ahora parece responder a cuestiones que afectan más bien a Rusia.

Así sucedió cuando el Departamento de Estado estadunidense concluyó, en su reciente y cuestionado reporte anual sobre los derechos humanos en el mundo, que en Rusia hay severos problemas en la materia y, entre otros, restricciones a la libertad de prensa.

El Ministerio de Información y Prensa ruso reaccionó de inmediato y dijo que el Departamento de Estado "sufre una cierta miopía política, porque resulta gracioso hablar de limitaciones a los derechos y las libertades de los ciudadanos en Rusia, cuando las tropas de EU continúan su ofensiva militar en territorio de Irak".

Asimismo, el ministerio acentuó en un comunicado que los encargados de informar a la prensa en esa guerra "alteran la información, restringen los derechos de los periodistas, engañan a los ciudadanos estadunidenses y a toda la comunidad internacional".

El ejemplo más reciente de respuesta rusa es la nota de protesta que se entregó hoy al embajador de Estados Unidos, Alexander Vershbow, por el bombardeo de un distrito residencial en Bagdad.

"La parte rusa -dice el documento- solicita a las autoridades estadunidenses tomar medidas urgentes y amplias para evitar que se repita un incidente tan peligroso e inaceptable".

Tal y como está redactado, podría pensarse que lo grave no es que ese bombardeo haya incrementado el número de víctimas entre la población civil, sino que en ese distrito residencial de la capital iraquí se ubica la embajada de Rusia.

"El bombardeo significó una amenaza directa a la seguridad de la misión diplomática rusa, una acción inadmisible", puntualiza la nota de protesta.

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