Versiones de que el histórico inmueble
será entregado a la Iglesia en dos semanas
El Palacio del Arzobispado se cedería en comodato:
Bermúdez
De instalarse un museo con vocación católica,
¿se seguiría cumpliendo con la actual función múltiple
del recinto?, pregunta Tibol Pago en especie podría ir
a otro lugar, dice la crítica de arte
MONICA MATEOS-VEGA Y MERRY MAC MASTERS
A raíz de las insistentes versiones de que en dos
semanas la Secretaría de Hacienda y Crédito Público
(SHCP) entregará el Antiguo Palacio del Arzobispado a la Iglesia
para que se instale ahí un museo de arte sacro, la presidenta del
Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA), Sari Bermúdez,
dejó entrever que la cesión del histórico inmueble
podría ser bajo la figura del comodato.
La
noticia ha causado malestar entre la comunidad artística y cultural.
La crítica de arte Raquel Tibol, al respecto, señaló
que ''el problema serio es que de acuerdo con la UNESCO un edificio va
acumulando etapas culturales, que no se pueden borrar. El del ex Arzobispado
tiene, entrando hacia la izquierda, arte prehispánico. En la cultura
prehispánica había un modo de religiosidad o misticismo y
habría que preguntar si al instalarse allí un museo con vocación
católica se respetaría lo que hay en sus cimientos de la
etapa prehispánica".
Entrevistada ayer en el Museo Nacional de Antropología,
al término de la inauguración de la segunda versión
del coloquio Tres Espacios Lingüísticos, Bermúdez reiteró
que en ningún momento se ha hablado de entregar el Palacio del Arzobispado
a la Iglesia, y explicó que dicho recinto es un ''monumento federal"
que ''en todo caso podría pasar en comodato, jamás como propiedad.
No hay de otra, eso lo dice la ley".
Programación, curso normal
No obstante, trascendió que el inmueble será
entregado por la SHCP a autoridades eclesiásticas para su administración
dentro de dos semanas. Mientras tanto, las actividades en el Museo de Hacienda
siguen su curso normal. Según lo programado, la exposición
Los cuadernos de la mierda, de Francisco Toledo, concluirá
el 13 de julio y el día 31 de ese mes será inaugurada la
colectiva de pintura Todas las líneas rectas del círculo.
Además, para noviembre se prepara una gran muestra de Leonora Carrington.
El recinto, incluso, tiene un calendario de exposiciones que abarca hasta
2005.
Se ha manejado, de manera oficial, que Hacienda no dejará
la actividad cultural, y en el ex convento de San Felipe Neri, ubicado
en la calle de República de El Salvador, personal de ese recinto
afirma que en efecto ''van a traer el museo de Moneda para acá".
¿Cuándo? ''En unos meses. Probablemente para este año."
Ese inmueble aloja la Dirección General de Banca de Desarrollo de
esa secretaría, sin acceso al público en general.
Molestia en la comunidad cultural
Contar con un museo de arte sacro es un proyecto que el
sacristán mayor de la Catedral Metropolitana, José de Jesús
Aguilar, calificó hace unos días de ''muy interesante" para
la Iglesia católica mexicana. (La Jornada, 6/02/03.)
El también vicepresidente de la Comisión
de Arte Sacro de la Arquidiócesis de México, indicó
aquella vez que desde hace varios años crear un museo con obras
de carácter religioso ha sido una idea avalada por el Vaticano,
pues éste sugiere que en los lugares donde sea posible ''se instituyan
museos de arte sacro y de sitio".
Sin embargo, agregó el prelado, ''por falta de
presupuesto y de espacios, no se ha podido conseguir. Ojalá que
no sea sólo el deseo de alguien, sino que con el paso del tiempo
la arquidiócesis pueda tener un museo en el que se exhiba obra interesante,
para que se valore y las personas tomen en cuenta que la Iglesia y la fe
no sólo han propiciado arte en los tiempos pasados, sino que lo
siguen haciendo".
La noticia del traspaso del museo, como se dijo, ha generado
malestar en algunos miembros de la comunidad artística y cultural
del país, los cuales enviaron una carta al presidente Vicente Fox
para exponerle que la medida, lejos de beneficiar el desarrollo de la cultura
en México, ''significará la desaparición de un espacio
público en el que se dan cita múltiples expresiones culturales".
Firmada por Franco Aceves, Pablo Amor, Carmen Boullosa,
José Castro Leñero, Elsa Cross y Manuel Felguérez,
entre otros, la misiva explica que uno de los valores más importantes
de tiene dicho museo ''es ser la sede de la colección Pago en
especie, que se inició en 1984, de la cual muchos de los firmantes
formamos parte.
''La situación de entregar a la Iglesia un edificio
federal en custodia de la Secretaría de Hacienda sería lamentable,
puesto que significaría dejar de lado los diferentes procesos que
integran la historia mexicana, mismos que quedaron definidos desde 1859
y 1861 con la Ley de Nacionalización de Bienes del Clero y la Ley
de Desamortización, además de que sería una pérdida
insustituible para el patrimonio de la nación. Una decisión
de esta naturaleza equivaldría a negar que los órdenes gubernamental
y religioso deben mantenerse separados para una mayor sanidad pública
evitando toda injerencia de cualquiera de los dos en el otro ámbito."
Actividades de toda índole
Raquel Tibol puntualizó: ''Creo que la colección
Pago en especie podría ubicarse en otro lugar. Además,
desde que se instaló allí el museo de Hacienda se han desarrollado
múltiples actividades, exposiciones temporales, relevantes. Pensemos
en la dedicada a Chávez Morado, en el Salón de Triunfadores,
en la dedicada a Chabela Villaseñor, en la gran exposición
de Aceves Navarro, que fueron de muy alto nivel. Se trata de un espacio
abierto a exposiciones temporales, conciertos, recitales, presentaciones
de libros, de todo tipo de actividades, y siempre muy concurridas. Las
visitas guiadas para explicar la historia del edificio, las etapas históricas
desde tiempos prehispánicos, hasta la época contemporánea.
De modo que debemos preguntarnos si al estar allí instalado un museo
de la Iglesia católica apostólica romana, el edificio cumplirá
esa función múltiple que cumple hasta el día de hoy."
Paradójicamente, la página de Internet que
relata la historia del recinto explica: ''Aunque las Leyes de Reforma no
incluían los inmuebles destinados a casas curales y para el servicio
del clero -caso del Palacio Arzobispal- el clima político y el ya
grave deterioro del inmueble determinó que el último arzobispo
que en él habitó lo abandonara. La Iglesia nunca más
reclamó esta propiedad".