Rodríguez Weber debe renunciar, exigen
Aumentan las anomalías en Pediatría:
médicos
CLAUDIA HERRERA BELTRAN
En protesta por el desabasto de medicamentos y la "represión
laboral", decenas de doctores, enfermeras y trabajadores del Instituto
Nacional de Pediatría realizaron ayer bloqueos intermitentes en
avenida Insurgentes Sur.
Empleados sindicalizados exigieron la destitución
del director del instituto, Miguel Angel Rodríguez Weber, y de sus
colaboradores más cercanos, a quienes acusaron de haber despedido
y sancionado a trabajadores que han denunciado estas anomalías.
Durante
una hora -en lapsos de cinco a diez minutos-, los inconformes cerraron
un sentido de avenida Insurgentes, a la altura del Periférico Sur,
hasta que después del mediodía una docena de granaderos se
apostó frente a ellos y les impidió que continuaran con los
bloqueos.
Los manifestantes no cesaron su movilización. Por
la tarde siguieron en plantón en la explanada del instituto, mientras
en el interior un enviado de la Secretaría de Gobernación
intentaba que empleados y directivos reanudaran las pláticas que
se encontraban suspendidas.
A las 8 de la mañana, al grito de "No hay torundas,
no hay alcohol, pero sí hay corrupción", decenas de doctores
y enfermeras salieron del instituto para manifestar su molestia.
El secretario general de la delegación sindical,
Alejandro Gardea, explicó que la mayoría de los 2 mil 500
sindicalizados llevan 40 días "trabajando bajo protesta" -algunos
portaban un botón que así lo indicaba- por la falta de medicamentos
básicos, de insumos, así como en favor de que se contraten
más enfermeras.
Otra de sus inconformidades son los constantes despidos,
aplicación de sanciones y el "hostigamiento" al personal que denuncia
esta situación.
Desde hace un año, indicó el doctor Guillermo
Dávila, tampoco se cuenta con potenciales evocados -aparatos para
valorar la audición y visión del infante- ni con resonancia
magnética, para realizar estudios cerebrales.
"No entiendo cómo pretende que se brinde una atención
de calidad si faltan insumos y sobran pacientes", expuso Dávila.
Para ilustrar el exceso de trabajo, dijo que el Departamento de Neurología
y Epilepsia atiende diariamente a 40 niños, lo que significa que
sólo pueden dedicarles 20 minutos a cada uno.