Hoy se inicia en París la subasta de
la 42 rue Fontaine
Niega Aillagon dispersión de la memoria de Breton
El remate, forma de propagar por el mundo al
fundador del surrealimo, responde el ministro francés de Cultura
MONICA MATEOS-VEGA
En
medio de protestas y expectación, se inicia este lunes en París
la venta de la colección André Breton, 42 rue Fontaine,
de la cual se espera recaudar más de 30 millones de euros. Los
escritores e intelectuales franceses, que desde diciembre lanzaron una
petición en Internet para recabar firmas en contra de la subasta
organizada por la casa CamelsCohen a petición de Aube, la única
hija de Breton, se dieron cita a las afueras del Hotel Drouot donde durante
10 días se llevará a cabo el remate de los objetos que pertenecieron
al padre del surrealismo.
El
pasado jueves, Jean-Jacques Aillagon, ministro de cultura de Francia, dijo
al periódico Le Monde que la venta no significa la dispersión
de la memoria del autor de Nadja, sino su ''propagación''
por el mundo. El funcionario argumentó que la presunta ''dispersión''
de la colección 42 rue Fontaine comenzó cuando el
propio Breton donó su correspondencia a la Biblioteca Jacques Doucet,
y añadió que, acorde con el espíritu de ese gesto,
su viuda, Elisa, y después su hija, Aube, manifestaron con frecuencia
su interés por poner al abrigo de las colecciones nacionales las
partes escenciales de este legado, a través de donaciones o ventas
al Estado, como sucedió con la cesión al museo Georges Pompidou
de los objetos del muro principal del estudio bretoniano.
El ministro descartó que las herederas de Breton
se sintieran ''defraudadas" por el gobierno francés al no llevarse
a cabo el proyecto de crear una fundación surrealista y dijo que
la relación entre ellas y las instituciones del Estado ha sido "profunda",
llena de "confianza y generosidad".
Aillagon
aseguró que durante la subasta el Estado francés se manifestará
respecto de la importancia de conservar los fondos literarios de Breton
y que se tiene destinada una fuerte suma para adquirir algunos lotes. ''Le
daremos a la historia del surrealismo la oportunidad de continuar lo mismo
en instituciones abiertas al público, que entre creadores o coleccionistas
privados'', concluyó.
Al visitar la exposición previa a la subasta, Aube
Elléouët, única heredera de la colección 42
rue Fontaine, dijo que la venta le partía el corazón,
''pero no hay otro camino''. En entrevista con La Nouvelle République,
explicó que a la muerte de su madre, ocurrida en 2000, "debía
al Estado, por derechos de sucesión, 60 por ciento del monto total
de la colección de mi padre. ¿Cómo pagarlo? Por eso
decidí entregar el muro de su taller, el cual nunca había
sido visto por el público''.
Aube señaló también que los propietarios
del estudio que durante años rentó Breton en la rue Fontaine
le dieron cinco años para desocuparlo.
"Mi madre y yo esperábamos que el Estado nos ayudara
para hacer una fundación, pero en Francia las cosas no se dan como
en Estados Unidos", lamentó al explicar que Daniel Filipacchi, un
apasionado del surrealismo, les propuso comprar un hotel en París
para trasladar ahí la colección y abrirla al público,
"pero no pudimos financiar el proyecto, a menos de que vendiéramos
las tres cuartas partes de la misma. Ante la inminente subasta, mi único
deseo es que el máximo de objetos se queden en Francia, no por chovinismo,
sino porque el surrealismo nació aquí", concluyó Aube.