A PLENO ZOCALO
José Agustín Ortiz Pinchetti
Megamarcha
AYER, UNA MEGAMARCHA contra la guerra en Irak sacudió a la capital. ƑNo que la capital es inhumana? En la tragicomedia musical Regina se caracteriza así a la capital. La obra de Víctor Hugo Rascón Banda, El ausente, intenta recrear las dificultades cotidianas de esta ciudad. Millones son los que viven aquí y no quieren irse. Admiten sobrevivir en condiciones inhumanas. El desempleo, inseguridad, embotellamientos, falta de agua, laberinto burocrático, distancias inmensas, mala calidad del aire y otras cosas parecen confirmar este duro juicio.
SI RASCAMOS UN poco más allá del nerviosismo, angustia y relativo aislamiento, surge el perfil alegre, amable y generoso de nuestra gente que, a veces, se esconde ante el temor a ser victimizados por los vivales.
SIN DUDA HAY mucha renuencia en el ciudadano común y corriente al bien común, a la disciplina y a la autoridad. No se trata sólo de indiferencia o egoísmo, sino de las consecuencias ante las autoridades del viejo régimen que durante décadas no fueron electas ni dieron cuentas de sus actos y permitieron que la usura urbana, los cochupos y otras bajezas se convirtieran en actos normales, avalando con total naturalidad la deshonestidad.
SIN EMBARGO, POCO a poco, conforme las prácticas políticas van cambiando, la comunidad adquiere derechos para decidir, elegir a sus autoridades y exigirles cuentas. La deshumanización urbana va dando lugar a un sentimiento de solidaridad garante de la paz pública. Es un cambio cultural aún delicado e incipiente, pero ya se está manifestando.
UN INDICIO: LA condena a la guerra contra Irak y la defensa de la paz mundial. La sociedad capitalina en su conjunto ha apoyado la decisión presidencial de oponerse a la guerra. No fue necesaria una manipulación oficialista. La defensa de la paz ha sido auténtica, fresca y espontánea, evidenciando un sentimiento arraigado en nuestra historia y experiencias. Es un sentir colectivo valiente, dispuesto a afrontar las repercusiones políticas y económicas que pudiera haber contra nuestro país. Cada vez que se ha producido un hecho dramático, esa solidaridad, agazapada, emerge a la superficie.
RECUERDEN COMO LA transformación política y social de la capital y la resquebrajadura del viejo régimen empiezan con la respuesta popular ante la parálisis de las autoridades en los sismos de 1985. Octavio Paz lo percibió con lucidez y así lo describe en el famoso ensayo Escombros y semillas: "Entre las ruinas se hicieron evidentes, en forma embrionaria, las características que construirían, en los años siguientes, la democracia mexicana".
HOY EL RECHAZO a la guerra permite todo tipo de expresiones solidarias. Desde la producción masiva de emails encaminados a crear conciencia opositora, hasta plantones en la embajada estadunidense, salpicados del colorido que aportaron los danzantes prehispánicos, las pancartas de protesta, las pintas artísticas en el sur de la ciudad y la representación múltiple de la paloma de la paz ahorcada o herida.
LOS MAS DIVERSOS sectores y grupos, casi todas las organizaciones políticas y religiosas, las ONG y estudiantes han organizado marchas, declaraciones, desplegados y programas en radio y televisión. El tema satura las sobremesas y las pláticas informales. Más allá de las ideologías, la resistencia a la política expansiva de Estados Unidos afecta a casi todos.
LA MEGAMARCHA DEL 12 de abril, coincidente con otras innumerables alrededor del mundo, animó las calles avanzando desde el Monumento a la Revolución y otros puntos, hasta concentrarse en el Zócalo. Un acto como este revela que la capital se humaniza confirmando su vigor, su sensibilidad y creciente politización.
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