No se debe modificar una práctica que ha sido buena, afirma
López Obrador, por no alterar la relación Estado-Iglesia católica
BERTHA TERESA RAMIREZ
El jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, se manifestó en favor de que no se altere la relación entre el Estado y la Iglesia católica.
Ante la pregunta de los reporteros sobre qué piensa respecto de la decisión del gobierno federal de devolver el Palacio del Arzobispado -primer inmueble que Benito Juárez expropió a la Iglesia con las Leyes de Reforma- a esa institución religiosa, López Obrador señaló que en su opinión no hay que modificar una relación que ha sido buena entre el Estado y la Iglesia y que ha partido del principio de la separación de lo que corresponde a lo espiritual, a lo clerical, de lo que corresponde al Estado.
Cuando se le preguntó si esa decisión para regresar el inmueble a la Iglesia cambiaría la historia por tratarse de un acto simbólico, el jefe de Gobierno respondió que en México todos pueden tener una religión, y de hecho existen muchas iglesias y hay libertad religiosa, no sólo porque así lo establece la Constitución, sino porque se da en la práctica.
En ese tenor expresó que ''hay una convivencia armónica y esto se debe, entre otras cosas, tambien a las buenas relaciones que llevan los ministros de las distintas iglesias del país".
López Obrador consideró que estos son temas en los que no se debe polemizar y espera que no se abran estos asuntos, que las cosas se mantengan como están.
Agregó que en lo personal ha tenido una buena relación con los representantes de todas las iglesias, en particular con los de la Iglesia católica en la ciudad, de quienes ha recibido cooperación y apoyo.