Científicos analizarán y revelarán la predisposición a algunas enfermedades
México, invitado a colaborar en nuevos estudios sobre el genoma
Se informa que tras 13 años de análisis se descifró 99.99% la secuencia de la información genética
El descubrimiento permitirá, entre otras cosas, brindar atención médica más individualizada
CAROLINA GOMEZ MENA
Tras haber concluido la primera etapa de estudio de la secuencia del genoma humano, en la que se descifró 99.99 por ciento de su contenido, México participará en la siguiente fase del proyecto internacional, en la que se develará la parte del mapa genómico que predispone a enfermedades. Además identificará las variaciones que confieren individualidad a cada integrante de la especie humana.
Con ello se podrá determinar la información genómica de poblaciones en particular. La perspectiva es que en máximo una década se contará con el mapa genético del mexicano.
Ayer, después de 13 años de investigación, el Proyecto Genoma Humano, realizado por el Consorcio Internacional para la Secuenciación del Genoma Humano -programa en el que participaron Alemania, China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Japón- tuvo una "culminación exitosa", al poder secuenciar los 3 mil 200 millones de nucleótidos que tiene la especie humana.
Para la segunda fase, denominada HapMap, México fue el único país de América Latina en ser invitado a participar. Se abocará a descifrar el 0.01 por ciento restante. La indagatoria se llevará a cabo en un principio entre europeos, africanos y asiáticos. La previsión es que concluirá a finales de 2005, informó en conferencia de prensa el doctor Gerardo Jiménez Sánchez, director del consorcio promotor del Instituto Nacional de Medicina Genómica de México.
Jiménez Sánchez, integrante de las sociedades de genética humana de Estados Unidos y de Enfermedades Metabólicas Hereditarias de Europa, así como especialista de la Universidad Johns Hopkins, dijo que las posibilidades que abre este proyecto, al que se compara en importancia con el descubrimiento de la fisión atómica y la llegada del hombre a la luna, son inmensas, pues a futuro permitirá desarrollar una "medicina más individualizada".
Pero ello no será en esta década. Se calcula que a Estados Unidos, país líder en la materia, tanto en investigación como en infraestructura, le tomará entre "10 y 15 años llevar la medicina genómica a la cama del paciente. Además se prevé que la reducción de gastos en la atención de males, en aproximadamente 35 por ciento, por ejemplo la diabetes, se empezará a observar en 15 o 20 años en esa nación, por lo que en países en vías de desarrollo podría tardar más".
Julio Frenk Mora, titular de la Secretaría de Salud, quien encabezó la conferencia de prensa, calificó el desciframiento del genoma humano de hecho "histórico que marca el inicio de un nuevo orden mundial en materia científica y desarrollo tecnológico, y que revolucionará no sólo la medicina, sino también los conceptos de soberanía", entre muchos otros.
La iniciativa de ley en la materia, congelada en el Congreso
Al hacer hincapié en que México no se ha quedado a la zaga en la materia, Frenk minimizó el hecho de que el país se enfrente a ese reto sin un marco legal que lo sustente y regule y sin la infraestructura adecuada. Desde hace más de un año la iniciativa de ley en la materia se encuentra en el Congreso, sin que hasta ahora se le haya dado luz verde. Ni siquiera se cuenta con el Instituto Nacional de Medicina Genómica, obra en la que durante los primeros cinco años se invertirán 196 millones de dólares. Más de la mitad será para equipo de laboratorio de alta tecnología. Este año se espera reunir 80 millones de pesos.
Frenk Mora fue optimista y auguró que en unos 30 años México podrá reducir un tercio su gasto en la atención de la diabetes, el cual actualmente consume 6 por ciento del presupuesto total en salud, es decir, unos 6 mil millones de pesos.
Pero el desciframiento de la secuencia, que ayer fue publicado en los principales medios científicos y subido a la página web de la Secretaría de Salud www.ssa. gob.mx, tiene algunos riesgos, apuntó Jiménez Sánchez.
"Los riesgos son los inherentes a la información, es decir, quién tendrá acceso a conocer las variaciones en el genoma. ƑEl mismo sujeto deberá ser forzado a conocerlas, o cada quien deberá tener derecho a decidir si conoce o no esas variaciones?
"Otro puede ser la posibilidad de discriminar a un individuo por su componente genético, es decir, nos tenemos que preguntar quién va a tener derecho a esta información: Ƒla compañía de seguros médicos, el patrón, el gobierno o alguien más?", planteó el experto.
Algunas respuestas están contempladas en el paquete legislativo que se encuentra en el Congreso. Además de crear el Instituto Nacional de Medicina Genómica, establece que el genoma humano será materia de seguridad nacional, por lo que estará protegido por una serie de salvaguardas para proteger la "confidencialidad de la información".
Aún no se sabe cuándo se empezará a construir el instituto, pero según Jiménez Sánchez tal vez en un principio se utilizarán instalaciones de otras instituciones. Con lo que se cuenta, dijo, es con el compromiso de 120 investigadores nacionales de alto nivel de sumarse a la planta del futuro instituto. Muchos -no precisó- serán repatriados.
A 50 años de que James Dewey Watson y Francis Compton Crick descubrieron la estructura del ADN, hoy se tiene prácticamente completo el libro genético humano, lo cual permitirá prevenir el desarrollo de algunos males, diseñar nuevas vacunas y conocer la interacción de los tres genomas: "el del ser humano, el huésped y el del organismo que transmite enfermedades al hombre, así como trazar estrategias genéticas para bloquear el proceso". También se podrán desarrollar medicinas que abatan el avance del VIH/sida a escala global o la incidencia del cáncer.
También dentro de poco se descifrará el genoma de diferentes bacterias y animales, con el fin de conocer más sobre su distribución genética, y de diversos agentes patógenos para el hombre. Este descubrimiento da al hombre grandes posibilidades de prolongar y mejorar su nivel de vida; sin embargo, también puede ser, si es mal utilizado, un futuro instrumento de poder, advierten especialistas.