Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 18 de abril de 2003
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Política
TLCAN, competencia perdida desde el principio: experta

Trasnacionales dominan el mercado alimentario del país

Las empresas de EU controlan los sectores agroindustrial, agroquímico, de granos y semillas, entre otros, según estudio

PATRICIA MUÑOZ RIOS /I

Trasnacionales de Estados Unidos controlan totalmente las importaciones que realiza México de los tres principales granos de consumo nacional: maíz, frijol y sorgo; detentan más de 90 por ciento de las compras externas de soya, carne, arroz, edulcorantes y otros, y tienen la mayor parte del mercado mexicano de bienes agroindustriales, con lo que han provocado la quiebra de los productores nacionales. En resumen, dominan ya la industria alimentaria mexicana.

El control del mercado nacional por parte de las grandes empresas estadunidenses se dio al amparo del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que fue la llave que les abrió totalmente las puertas del agro y la industria nacional, colocando al país en la inseguridad alimentaria, debido a que la producción de víveres en México no es suficiente para cubrir la demanda interna, incluso, grandes segmentos de la población ya no pueden acceder a diversos comestibles.

Laura Juárez Sánchez, investigadora de la Universidad Obrera de México (UOM), realizó un exhaustivo análisis denominado Apertura comercial agrícola con Estados Unidos: una competencia perdida desde el principio, en el que documenta cómo y en qué medida las transnacionales estadunidenses tienen en sus manos el mercado alimentario nacional.

Expone que la firma del TLCAN con Estados Unidos no sólo significó una abrupta apertura comercial del sector agroalimentario con el vecino país en una situación de completa indefensión, también representó el dominio de las grandes trasnacionales en el control de los sectores agroindustrial y agrocomercial, en el de granos, agroquímicos, químicos y semillas, con el consiguiente avance del patrón alimentario y tecnológico del país vecino.

Estos grandes conglomerados estadunidenses logran colocar en México sus excedentes alimentarios, de forma que abastecen prácticamente el total de las importaciones nacionales de sorgo, maíz y frijol; asimismo, suministran más de 90 por ciento de las compras externas de soya y harina de soya, así como entre 95 y 99 por ciento de productos cárnicos, carnes preparadas, arroz y edulcorantes.

Incluso, estas empresas han desplazado del mercado mexicano a las trasnacionales australianas y neozelandesas (en cárnicos) y a las italianas y francesas (en carnes preparadas).

En su análisis, la investigadora argumenta que gracias al TLCAN los grandes consorcios estadunidenses avanzan en el dominio de la producción de alimentos industralizados, pero también en la comercialización de los mismos, debido a que este tratado permite que se considere a estas firmas como beneficiarias de "trato nacional", es decir, se les exime de muchas obligaciones que tenían que cumplir los inversionistas extranjeros.

Adicionalmente, en este sector se ha registrado una serie de operaciones de remplazo de la inversión nacional por la extranjera, es decir, empresas de origen mexicano que están siendo compradas por extranjeros, lo cual se traduce en una mayor penetración del capital estadunidense en la adquisición de firmas industriales y comerciales mexicanas. De esta forma, cuando cambian de manos, los nuevos directivos pactan importaciones y otras operaciones comerciales con los dueños de otras trasnacionales, dejando fuera a los empresarios mexicanos del negocio y cerrando el círculo.

Juárez Sánchez señala que las empresas más importantes que en los últimos nueve años han extendido su dominio en el mercado nacional son: Grupo Sigma de Alimentos, Bachoco, Sabritas, Panamco México; Pepsi-Gemex, Bristol-Myers Squib de México, Pfizer, Becton Dickinson de México, Cargill, Continental Multa Texo, Mayer y Pilgrims Pride, Wall Mart y Monsanto, entre otras.

Establece que entre 1994 y 2000, México aumentó sus importaciones provenientes de Estados Unidos de la siguiente forma: soya, 75.7 por ciento; sorgo, 47.9; carne de bovino, 237.9; trigo, 87.6; sopas y caldos preparados, 374.2; manzanas frescas, 21.1; arroz, 242.9; semillas de girasol, 73, y maíz, 112 por ciento.

Contrariamente, la producción interna de los principales granos y oleaginosas tiende a disminuir significativamente en ese mismo periodo; la de arroz palay cayó 35.4 por ciento, de trigo 20.4, y de soya 77.3, por ejemplo.

"La integración subordinada del sector agroalimentario mexicano a los requerimientos de las grandes trasnacionales estadunidenses significa, como lo tenía proyectado el gran capital, la quiebra de los productores nacionales y la disminución de la producción interna de alimentos para la población, con el consiguiente avance de las corporaciones de la Unión Americana en el abasto interno de alimentos", puntualiza el informe.

Señala además que México empieza a sustituir la producción de alimentos para la población por la de aquellos destinados a la exportación, cediendo a las presiones de estas corporaciones; incluso, las grandes empresas agroindustriales que tenemos en México, como Grupo Modelo, Gruma, Bimbo, Femsa, Corvi, entre otras, también dependen de los insumos provenientes del vecino país. Por si esto no bastará, compañías pequeñas de México están optando por integrarse o ser proveedoras exclusivas de las firmas estadunidenses, indica el estudio.

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
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