Día mundial de la riqueza cultural sumergida
México necesita más expertos en arqueología subacuática: INAH
ERICKA MONTAÑO GARFIAS
La arqueología subacuática en México no cuenta con el número suficiente de especialistas para la investigación y protección de la herencia cultural que se encuentra en aguas marinas e interiores, no existe esa carrera y los interesados en ejercerla deben cursar diplomados en el país o estudiar al extranjero.
No obstante, se han logrado avances y el reconocimiento internacional de México como pionero de esa disciplina en América Latina, expresa Pilar Luna, subdirectora de arqueología subacuática del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), por el Día Mundial del Patrimonio Cultural Subacuático que se celebra hoy y coincide con la declaratoria de 2003 como el Año Internacional del Agua.
A la falta de recursos financieros y humanos, se suma el saqueo que ''tanto en tierra como en agua es del denominado hormiga''. La depredación a gran escala es difícil, ''porque el avance en las comunicaciones impide que algo se mantenga oculto". En México, agrega la arqueóloga, ha habido intentos de empresas de buscadores de tesoros para obtener permisos de exploración y explotación de tesoros arqueológicos en aguas nacionales, pero nunca se los otorgan.
Sin apartado específico en la ley
Luna Erreguerena es fundadora del departamento de arqueología subacuática que funcionó en el INAH de 1980 a 1995, año en el que se transformó en subdirección. Hasta ahora, esa disciplina carece de un apartado específico dentro de la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos y Culturales. Al respecto, la funcionaria explica que ''el patrimonio sumergido sí está incluido, de manera general, en lo que se refiere a lo prehispánico y paleontológico, mientras que la parte colonial está en los artículos que se refieren a los bienes muebles. Algunos países sí tienen apartados específicos, pero otros, como el nuestro, aplican sus leyes de tierra".
Asimismo, México analiza la ratificación de la Convención sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático, acordada en París en noviembre de 2001. Se necesita la ratificación de 20 países para que entre en vigor, aunque lo que sí se aprobó es el anexo de ese instrumento internacional acerca de las normas relativas a las actividades dirigidas al patrimonio cultural subacuático que, entre otros, establece como prioridad la conservación in situ, y que no será comercializado, temas que la subdirección a cargo de Pilar Luna ha convertido en prioridad.
Las historias que existen en el fondo del mar, lagos, cenotes, ríos y cuevas inundadas superan la fantasía de cualquier escritor y aventurero, pero hay que contarlas con rigor científico y de manera que puedan ser entendidas por expertos y por el público en general, subraya la especialista, sobre todo cuando el país cuenta con más de 10 mil kilómetros de litoral, jurisdicción de 200 millas mar adentro, además de su riqueza en aguas interiores.