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México D.F. Jueves 5 de junio de 2003
Encuentro de ONG con legisladores mexicanos
Se reavivan en EU paramilitares que cazan indocumentados
ANDREA BECERRIL ENVIADA
La activación de grupos paramilitares dedicados
a cazar indocumentados que cruzan a territorio estadunidense fue
ayer denunciada por defensores de derechos humanos a la delegación
de legisladores mexicanos que recorre la franja fronteriza.
La voz de alerta provino de Joseph P. Berra, abogado de
la Fundación para la defensa legal de los migrantes (Maldef, por
sus siglas en inglés), quien manifestó: "hay que parar a
esos grupos violentos, como Ranch Rescue, buscar la manera de enjuiciarlos,
para impedir que sigan en la impunidad, vejando y aterrorizando a los mexicanos
sin papeles".
Los senadores Sadot Sánchez Carreño, Luisa
María Calderón, Leticia Burgos y los diputados Ildefonso
Zorrilla y Néstor Villarreal vieron hoy de cerca el drama que padecen
los miles de connacionales que entran de manera ilegal a Estados Unidos.
Supieron que tan sólo por este cruce de Laredo se deportan entre
7 mil y 8 mil migrantes al maes, y que las muertes, sobre todo en las aguas
del río Bravo, van en aumento.
Los representantes del Congreso de la Unión visitaron
por la mañana una especie de ciudad perdida que indocumentados
establecieron en el condado texano de Webb. Es una comunidad denominada
El Cenizo, donde habitan unos 5 mil mexicanos, cerca del río Bravo.
Hablaron luego con los tres guanajuatenses que acompañaban a Jesús
Vázquez Barrera, muerto por el tiro de un cazador que, asegura,
confundió al indocumentado con un jabalí el domingo pasado.
Tanto el cónsul de Estados Unidos en Nuevo Laredo,
Thomas H. Armbruster, como el jefe de la Patrulla Fronteriza de Laredo,
John W. Montoya, rechazaron que se trate de la actuación de los
grupos radicales que pretenden cazar migrantes. Ambos reconocieron
que Ranch Rescue ha tratado de establecerse en Texas, pero no ha encontrado
apoyo de la comunidad.
Durante una reunión con organizaciones no gubernamentales
(ONG), los legisladores escucharon la denuncia de Joseph Berra, abogado
de Maldef, sobre la actuación de ese grupo violento y la necesidad
de frenarlo, toda vez que tan sólo Ranch Rescue opera ya en 11 estados,
entre ellos Arizona, California, Colorado, Georgia, Oregon, Virginia y
Nuevo México.
Precisó que el ejemplo del ranchero Joseph Sutton,
de tomar acciones para detener a punta de fusil a los migrantes que pasan
por su territorio, fue secundado por Ranch Rescue, que montó varios
operativos en Arizona. "Para darles una idea de que no son sólo
personas que defienden la propiedad privada, sino un grupo paramilitar,
debo decirles que se visten como tales, reclutan por medio de revistas
como Soldado de Fortuna, es decir, son mercenarios que utilizan
armas de alto calibre, las de uso exclusivo del ejército, lentes
de visión nocturna; se organizan con un mando al estilo castrense
y se revisten de la autoridad estatal."
Maldef planteó que se debe llevar a juicio a "los
paramilitares vigilantes" para frenar su actividad, ya que se trata de
un grupo criminal que asalta a mano armada. Anunció que se interpuso
ya demanda contra Sutton y Ranch Rescue por la detención ilegal
de cuatro indocumentados mexicanos, a quienes secuestraron, amenazaron
e hicieron deportar después de despojarlos de 3 mil dólares.
Niegan sobrevivientes versión del tirador
También estuvieron ahí los tres migrantes
originarios de Guanajuato que sobrevivieron a Jesús Vázquez
Barrera, el indocumentado muerto a manos del capataz de un rancho texano,
quien asegura que lo confundió con un jabalí.
El cónsul de México en Nuevo Laredo, Daniel
Hernández Joseph, se hizo cargo del caso desde el domingo mismo
en que ocurrió el hecho y evitó que los tres sobrevivientes
fueron deportados dos horas después de que se halló el cadáver,
como pretendían las autoridades migratorias estadunidenses. Además,
les puso asesoría jurídica para la eventualidad de que interpongan
un juicio civil, como al parecer harán los tres campesinos originarios
de La Sauceda, un pueblo de Guanajuato ubicado por el rumbo, dijeron, del
rancho presidencial San Cristóbal.
Vázquez Barrera, de 24 años, murió
desangrado después de recibir un balazo que le disparó el
capataz del rancho Hurd Villegas, Juan Garza Mendoza, también mexicano
pero ya residente legal en Estados Unidos. Ayer el cuñado de la
víctima, José Sandro Arredondo Olmos, y sus compañeros
del viaje fatídico, Francisco Olmos Arredondo y Salvador Hernández
Ramírez, exigieron justicia.
Aún con el temor reflejado en el rostro, rechazaron
el argumento del agresor de que disparó por confundirlos con animales
salvajes. Dijeron que se internaron solos al otro lado de la frontera,
caminaron por varios días sin saber dónde estaban y el día
del incidente descansaban entre matorrales cuando escucharon tiros.
Aún había luz, eran cerca de las siete y
media, y ante los disparos intentaron huir entre la maleza. Cuando se percataron
de que faltaba Jesús, regresaron y lo encontraron tirado, con una
herida en el abdomen. Entonces corrieron por ayuda. El agresor, en lugar
de auxiliar al lesionado, se subió con dos acompañantes a
su camioneta en busca del dueño del rancho, que fue quien llamó
al número de emergencias. Casi dos horas después llegó
el auxilio médico, pero a recoger el cadáver.
Hernández Joseph deploró la ausencia de
sentido humanitario del agresor y criticó que algunas autoridades
de Texas prejuzguen el hecho, al adelantarse a asegurar que fue un accidente,
sin dar oportunidad a que un jurado decida. Los restos de Vázquez
están en Houston para ser sometidos a una autopsia y los tres sobrevivientes
viajaron ayer a Guanajuato, aunque regresarán para el juicio pendiente.
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