México D.F. Jueves 5 de junio de 2003
Presentaron libro del filósofo reditado por UNAM-Itaca-La Jornada Ediciones
Acertada crítica de Sánchez Vázquez a visiones cientificistas del marxismo
Ante las injusticias del capitalismo, hoy acentuadas, ''Marx se quedó corto''
Reivindicó el autor la praxis del investigador alemán frente al ''pensamiento único''
ARTURO JIMENEZ
La concepción del filósofo Adolfo Sánchez Vázquez sobre Marx es una acertada crítica a las interpretaciones cientificistas de la obra del pensador alemán, dijo Ambrosio Velasco Gómez, director de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), durante la presentación de El joven Marx. Los manuscritos de 1844.
''La tesis principal del libro consiste en que la teoría marxista, lejos de ser una obra meramente científica, de teoría económica, constituye una interpretación dialéctica en la que se integran filosofía, economía e historia", agregó durante la presentación, junto con Bolívar Echeverría y Pedro Joel Reyes, de dicho volumen, publicado primero en 1982 y ahora reditado por la UNAM, Itaca y La Jornada Ediciones.
Tras recordar la presencia casi hegemónica del pensamiento marxista hace unas décadas y su posterior declive hasta quedar al borde de su desaparición, Velasco advirtió ante un Aula Magna casi llena: ''Se trata de la desaparición de una tradición intelectual importantísima dentro de la pluralidad de perspectivas en las humanidades y en las ciencias sociales".
Contra las interpretaciones parciales
Frente al predominio en México, todavía hace apenas dos décadas, de la interpretación cientificista del marxismo, Velasco recordó que en la Facultad de Filosofía y Letras había una ''mucho mayor" pluralidad, con los panteamientos, por ejemplo, de los mismos Sánchez Vázquez y Echeverría, además de Luis Villoro, quienes alertaban frente a esas visiones parciales.
''Posiblemente esa interpretación cientificista contribuyó a mermar la relevancia filosófica del marxismo, en cuanto a que una de sus tesis fundamentales es que la ciencia económica, desarrollada por Marx en El capital, representaba una superación de la filosofía."
Y explicó que al recurrir a la economía, Marx hizo una crítica a la filosofía, sobre todo a la filosofía política y a la filosofía de la historia idealista. Pero Marx también recurrió, en la interpretación de Sánchez Vázquez, a la filosofía y a la historia para hacer una crítica de la economía de su tiempo.
''Con ello se integra una concepción histórica, económica y filosófica del desarrollo de la sociedad, cuyo propósito no sólo es la descripción, explicación e inclusive predicción del cambio social, sino también su valoración y su proyección al nivel de la praxis", señaló Ambrosio Velasco.
''Esta concepción de Sánchez Vázquez del marxismo representa una revolución en la concepción epistemológica de las ciencias sociales y, al mismo tiempo, permite una revolución teórica, sustantiva, en la filosofía, la historia y las ciencias sociales. Entonces, podríamos hablar de una verdadera revolución teórica y de otra 'revolución teórica'. Desde esta perspectiva, resulta insostenible la interpretación cientificista de Marx, que tanto auge adquirió en los años 70 y 80, con Althusser y sus discípulos."
Sin ruptura
Velasco dijo que la estrategia de Sánchez Vázquez para defender una interpretación humanista, científica y crítica de Marx fue la de elegir como centro de su atención las obras del joven Marx, de manera especial Los manuscritos económicos-filosóficos de 1844, ''considerada por las interpretaciones cientificistas como una obra inmadura, filosófica y precientífica de Marx".
Sánchez Vázquez, indicó Velasco, muestra cómo en Los manuscritos de 1844 está ya delineado el proyecto intelectual fundamental de Marx, que culmina en El capital. ''Entre los escritos de juventud y los de madurez no hay ruptura, sino continuidad".
Al final, Sánchez Vázquez reiteró su proyecto de reivindicación de la teoría y de la práctica del marxismo en el presente, cuando las condiciones son más adversas por el predominio del ''pensamiento único".
No debe olvidarse, dijo, que el marxismo surgió en el siglo XIX como respuesta a las injusticias del capitalismo, y éstas no han terminado sino que se han acentuado, ampliado y hecho más complejas, a grado tal que ''Marx se quedó corto".
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