México D.F. Lunes 9 de junio de 2003
A partir de este jueves se podrá consultar
cualquier dato, con algunas excepciones
El gobierno abre su información, pero duda si
podrá responder a la demanda
La ley respectiva será fundamental para la consolidación
del sistema democrático: Paoli
CLAUDIA HERRERA Y ALONSO URRUTIA
El plazo está por cumplirse: 12 de junio, México
ingresará al grupo de países donde sus ciudadanos tienen
acceso a la información gubernamental. Sinónimo de transparencia
y combate a la corrupción a partir de esa fecha cualquier ciudadano
podrá solicitar información de los tres poderes, siempre
que -por ejemplo- no esté reservada, sea confidencial, provoque
riesgo la seguridad nacional o ponga en jaque la estabilidad económica.
Las expectativas de las autoridades contrastan con el
desconocimiento de los ciudadanos, beneficiarios de la Ley Federal de Transparencia
y Acceso a la Información Pública Gubernamental, lo que se
pretende contrarrestar con una campaña de difusión en los
próximos días. Sin embargo, aún permea entre los responsables
de entregar la información la incertidumbre sobre la capacidad de
respuesta frente a una incierta demanda social.
Empero, los obstáculos y dificultades de arranque
para la plena vigencia de la ley son diversos: una enorme cantidad de documentación
oficial no clasificada; la discrecionalidad con que hasta ahora se han
conducido los funcionarios; las inercias burocráticas y la escasez
de recursos para conformar la infraestructura necesaria para responder
en los tiempos establecidos por la ley y la posibilidad de que se creen
candados a la información mediante los reglamentos.
"Abrieremos una puerta enorme"
Aunque
admite algunas dificultades, el subsecretario de Desarrollo Político
de la Secretaría de Gobernación, Francisco José Paoli,
revindica los alcances de la aplicación de una ley que considera
fundamental para consolidar la transición del país: "La ley
va a ser un instrumento fundamental para la consolidación del sistema
democrático. Vamos a abrir una puerta enorme, no de inmediato, para
transparentar la información en manos del gobierno".
Desde ahora, vaticina, habrá ámbitos muy
complicados por resolver: información económica o política
solicitada, por citar algunos, donde los criterios se tendrán que
ir fijando al paso de las solicitudes.
El plazo fijado por la autoridad para adecuarse a los
requerimientos de esta nueva ley concluirá. Por disposición
de la ley desde este 12 de junio, todas las dependencias de gobierno, los
poderes Judicial y Legislativo, deberán abrir toda la información
pública.
Este año el Poder Ejecutivo adecuó la estructura
para crear 250 unidades de enlace (UE) que operarán en las dependencias
federales para proporcionar la información; la Suprema Corte de
Justicia de la Nación aprobó un acuerdo general que incluso
iba más allá de lo establecido en la ley, pues abría
la posibilidad de acceder a los proyectos de sentencia, lo cual fue revocado
por contravenir la ley; el Poder Legislativo aprobó un reglamento
provisional para dar cumplimiento a los plazos, el cual será perfeccionado
en la próxima legislatura, y los diversos órganos autónomos
-UNAM, CNDH e IFE- aprobaron reglamentos propios para estar en condiciones
de abrir la información desde este jueves.
Este año se conformó la infraestructura
del Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI), instancia
responsable de revisar, los casos de incumplimiento o rechazo de solicitudes
ciudadanas sin justificación.
En un primer paso para abrir la información, las
dependencias deberán subir a su página web
reportes elementales sobre sus manejos financieros: sueldos de funcionarios,
contratos, licitaciones, resultados de auditorías, subsidios en
beneficio de particulares, entre otras datos que obligatoriamente deberán
actualizar en enero y junio de cada año.
Tendrán que difundir por Internet los proyectos
de ley, actos administrativos, reglamentos, circulares, lineamientos, instructivos
por lo menos 20 días antes de que pretendan aprobarlos, según
se desprende del anteproyecto de reglamento de la ley. Dicho documento
está haciendo lo propio y se puede conocer por Internet en lo que
ha sido una especie de consulta pública para captar observaciones
antes de su aprobación.
A ello se podrá acceder sin necesidad de solicitud
formal a las dependencias. Pero esa es la faceta poco complicada en la
ruta de la apertura informativa, aquella que expresamente el Ejecutivo
ha determinado divulgar sin petición de parte, como elemental esquema
de transparencia a la sociedad. A marchas forzadas, el conjunto de las
dependencias dan los últimos toques de este apartado en sus páginas
web.
Demandas específicas
Las complicaciones llegarán con las demandas específicas
que los ciudadanos hagan ante las denominadas unidades de enlace, especie
de ventanilla única en cada dependencia para pedir la información,
que desde ahora lo advierte Paoli: "Hay un problema serio para la administración
pública que va a entrar en este ejercicio por primera vez, porque
hay muchísima información que no está clasificada.
Es posible que buena cantidad de los informes que existen en documentos
vengan mezclados con algunos elementos que se relacionan con la vida privada,
con datos personales que sí están bajo la confidencialidad
que previene la ley".
Este será uno de los problemas que enfrentará
la administración para hacer fluir con rapidez la información,
pues se tendrá que determinar el esquema para garantizar el acceso
a la documentación que no tiene ninguna reserva, y al mismo tiempo
prevenir que la confidencialidad no sea rota. Está en estudio entregar
fotocopias parchadas donde no aparezcan datos personales, pero esto aún
no se define.
-¿Cuál será la información
que represente mayores dificultades para la entrega?
-Los más difíciles serán algunos
elementos económicos, información financiera, porque es muy
complicado establecer la línea entre lo reservado y lo que no está
-responde Paoli.
En las experiencias de otros países, el sector
empresarial es el que formula el mayor número de solicitudes de
información al gobierno. "Muchas solicitudes provienen sobre todo
de quienes quieren hacer negocios, lícitos, ni siquiera ilícitos:
por donde va a pasar una carretera o donde se va construir determinado
proyecto, lo cual es lícito, pero no siempre se puede dar la información
porque entramos en el terreno de dar ventajas indebidas", agrega.
No es la única preocupación gubernamental.
En tiempos electorales, la infor-mación política puede ser
fundamental, "puede haber información que esté ligada a quienes
hoy son candidatos o dirigentes y esa información la tiene hoy la
Secretaría de Gobernación", admite el subsecretario.
Según las experiencias de acceso a la información
en otros países, por ejemplo en Estados Unidos, los periodistas
constituyen menos de 10 por ciento de las solicitudes que se presentan.
Tanto en lo económico, como en lo político,
los criterios deberán fijarse a partir de casos particulares, porque
ya desde ahora vemos -dijo Paoli- dos tipos de pleitos: uno, porque no
se entrega la información porque es reservada y entonces el ciudadano
puede acudir al IFAI.
Otro conflicto será en el que el solicitante considere
que la respuesta está incompleta y será a partir de la manera
en que se vayan resolviendo los primeros casos se perfilarán las
respuestas. Sin embargo, existe la incertidumbre de que si en algún
caso se entrega una información no considerada confidencial y alguien
que se siente afectado por un escándalo surgido de esos documentos
pudiera promover acciones en contra, que más adelante obstruyan
la entrega de la información.
En cualquier caso, asume Paoli, la fundamentación
para negar una información es muy importante porque de ello dependerá
si más adelante, en un eventual recurso interpuesto, se revoca o
ratifica la decisión por parte del IFAI.
Sin embargo, esto implicará un problema al comenzar
a entregarse la información, pues derivada de la propia ley existe
escasez de recursos para crear la infraestructura amplia para responder
a las demandas. El marco jurídico establece que ninguna dependencia
deberá solicitar mayores recursos para responder a las solicitudes.
Ello implicará un agravante para las dependencias,
pues con escaso personal y recursos presupuestales deberán enfrentar
una demanda social incierta.
Según Paoli: "Hemos hecho un esfuerzo muy grande
para organizar y entrenar a la gente, pero siempre está la duda
de las cosas que no previmos. Esperamos un primer momento de gran solicitud
de información que luego irá bajando, en parte porque se
resuelven, pero tenemos la preocupación de no cumplir en tiempo
y forma.
"No sé si haya que estirar un poco la ley y si
no vamos a poder contratar plazas, sí tener tiempos extra, porque
estrictamente hablando va a ser difícil que no se tenga ningún
recurso mayor, pues lo importante es atender hasta el límite las
peticiones..."
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