México D.F. Miércoles 11 de junio de 2003
Existen pruebas suficientes para encarcelarlos,
según Jesús Martín del Campo
Casi listos, los cargos contra Echeverría y
Moya por la matanza del jueves de Corpus
"Han seguido el camino del silencio cínico pero
no han refutado las acusaciones", dice
GUSTAVO CASTILLO GARCIA
La Fiscalía Especial para Movimientos Sociales
y Políticos del Pasado (Femospp) consignará antes de que
concluya este año, ante jueces federales, el expediente acusatorio
contra los responsables de la masacre del 10 de junio de 1971, entre los
que se encuentran el ex presidente Luis Echeverría Alvarez, el entonces
secretario de Gobernación, Mario Moya Palencia, y el general Manuel
Díaz Escobar, jefe de los halcones, informó Jesús
Martín del Campo Castañeda.
El
integrante del Comité Ciudadano de Apoyo a la fiscalía que
encabeza Ignacio Carrillo Prieto reveló que las indagatorias "están
muy avanzadas y ya sólo falta para que se cierren las investigaciones
que comparezcan, además de Mario Moya y el general Díaz Escobar,
funcionarios de nivel medio de aquella época".
Agregó que en las diligencias llevadas a cabo por
el Ministerio Público Federal "los indiciados han seguido el camino
del silencio cínico, pero no han refutado explícitamente
ninguna de las acusaciones que se les han formulado, sino que, por el contrario,
han intentado hacer uso de su antigua prepotencia en un contexto distinto
al de cuando eran dueños del poder político".
Asimismo aseguró que "existen pruebas suficientes
para meter a la cárcel a Luis Echeverría Alvarez y a Mario
Moya Palencia" como responsables de lo sucedido en la avenida San Cosme,
en donde más de cien personas resultaron lesionadas y, oficialmente,
murieron más de 15.
El 10 de junio de 1971, el grupo paramilitar dirigido
por Manuel Díaz Escobar reprimió a golpes y balazos a los
más de 5 mil participantes en la marcha del Casco de Santo Tomás
al Monumento a la Revolución, que había sido convocada por
organizaciones estudiantiles en demanda de la derogación de la Ley
Orgánica de la Universidad Autónoma de Nuevo León
y libertad para presos políticos, entre otras peticiones.
Documentos obtenidos por La Jornada refieren que
el capitán Luis de la Barreda Moreno, ex titular de la extinta Dirección
Federal de Seguridad (DFS), mandó investigar en 1971 a Gabriel Millán
Arellano, un desertor de los halcones, tras detectar que había
llamado a la revista ¿Por qué? "para venderles pruebas
de la existencia del grupo de choque".
Millán Arellano declaró ante De la Barreda
Moreno que los halcones realizaban represiones selectivas de estudiantes
y líderes obreros o sindicales en el Distrito Federal, y como muestra
de ello poseía 50 credenciales de estudiantes a los cuales se les
golpeó, amenazó o asesinó entre 1970 y 1971.
Las 50 acreditaciones fueron aseguradas por la DFS y actualmente
se encuentran depositadas en el Archivo General de la Nación (AGN).
Pertenecían a estudiantes politécnicos y de la Universidad
Nacional Autónoma de México, principalmente.
Entre los nombres a quienes correspondían esas
credenciales se encuentran José Antonio Gómez González,
Juan Ruperto Moreno Allende, Celedonio Pérez García, César
Verónica Fuentes, Antonio Gutiérrez Castillejos, Donato Dunstano
Islas Vera, Abelardo Aguiza Pérez, José Javier Mejía
M., Jesús Posadas Calderón, Juan Manuel Hernández
Cardona y Moisés Ramírez Tapia.
A este respecto, la fiscalía especial investiga
si los titulares de las credenciales aseguradas por la DFS en el
domicilio de Millán Arellano están relacionadas con denuncias
por desaparición en los años setenta.
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