México D.F. Miércoles 11 de junio de 2003
Después de 18 años, la prima
ballerina de Cuba regresa al Auditorio Nacional
Alicia Alonso creará hasta que ''el cuento se
acabe, no antes''
Ofrecerá con el Ballet Nacional de la isla dos
funciones de El lago de los cisnes en ese recinto
Su nueva puesta en escena sobre el clásico Romeo
y Julieta la estrenará en España
CESAR GÜEMES
Trabaja
10 horas al día, con frecuencia viaja fuera de su país, monta
una nueva puesta en escena de Romeo y Julieta, prepara la presentación
de El lago de los cisnes con el Ballet Nacional de Cuba, para México,
y no piensa ni por asomo en el descanso: ''Hay un momento en la vida en
que a uno le tiran la tierra encima y entonces se acabó el cuento,
pero no antes".
Desde La Habana, Alicia Alonso, prima ballerina
que se presentará el martes 17 y el miércoles 18 en el Auditorio
Nacional, habla con La Jornada:
''Nos habría gustado quedarnos más tiempo
en México, pero enseguida nos vamos a España a estrenar Romeo
y Julieta. De cualquier forma no queremos desaprovechar la oportunidad
de presentarnos y bailar para ese gran pueblo que me evoca la relación
que siempre hemos tenido: según la teoría, Cuba estuvo unida
al continente de forma física, y un meteorito nos desprendió
para separarnos. Entonces, me atengo no sólo a un gran público,
sino a la hermandad entre países.
''En cuanto a la danza, mi cercanía con México
se establece mediante los numerosos bailarines que han venido a participar
y estudiar con el Ballet Nacional de Cuba, más el trabajo que he
realizado para compañías mexicanas de danza. Vamos, que si
me pusiera un poco egoísta, diría que México es en
buena parte nuestro. Así que no existe la manera de separarnos.
Los dos países estamos orgullosos uno del otro."
Traer la danza por dentro
Alicia Alonso trabaja, por el momento, en una nueva puesta
en escena de Romeo y Julieta, con música de Gounod, que tituló
Romeo y Julieta con Shakespeare y sus máscaras: ''Me ha llevado
un par de meses, en parte porque estuve enferma, luego porque viajé
a Italia y Holanda, además de dar funciones aquí en Cuba.
Ha sido complicado. Sin embargo, lo más importante hoy para nosotros
es la presentación de El lago de los cisnes en México,
en el Auditorio Nacional, donde por cierto hace ya 18 años que no
bailo".
-El resultado de su actividad hace pensar que trabaja
todo el tiempo.
-Me lleva el día entero. Comienzo muy temprano
y termino a las seis de la tarde, por lo menos.
-¿Alguna vez se ha planteado tomar un descanso?
-No en ese término. Dejar el ballet me parece una
idea terrible, espantosa. Hay un momento en la vida en que a uno le tiran
la tierra encima y entonces se acabó el cuento, pero no antes; hay
que crear, usar el cerebro, ser útil.
-¿Cuba tiene en estos momentos lo necesario para
impulsar a sus bailarines?
-Así es, contamos con todo lo preciso y hago énfasis
en que acabamos de terminar las instalaciones de la escuela de ballet más
grande del mundo. ¿No es increíble que la tengamos en Cuba?
Pues la tenemos en La Habana y ya ha sido visitada por personajes del ballet
de distintos países.
Los alcances de la danza académica en la isla son
motivo de comentario de Alicia Alonso: ''Es producto de un proceso que
empezó hace muchos años, con las charlas que impartíamos
en Cuba por entero. Fuimos a todos lados, a los pueblos pequeños
y grandes, adonde estaban las fuerzas armadas, a las fábricas y
los talleres. Nuestra idea era presentar la historia del ballet y sus bases
culturales para mostrar que ser bailarín es una magnífica
forma de desarrollo. Ahora lo importante es la conciencia de saber que
los jóvenes tienen un futuro profesional si se dedican al ballet,
que existen muchas posibilidades de que sean grandes bailarines y eso les
proporcionará una forma idónea de ganarse la vida. Eso hemos
conseguido en Cuba, que la danza sea una de las artes que más gustan.
No es extraño: los latinoamericanos traemos la danza por dentro.
Si bien el baile nació con el hombre, algunos consiguen controlarlo
más que otros, como es nuestro caso en América Latina".
La perfección, inalcanzable
-¿La demanda de escuelas de danza en Cuba es suficiente?
-Sí, en cada provincia hay una escuela pequeña
que cubre la necesidad primera. No desperdiciamos ningún talento.
La isla produce gran cantidad de bailarines.
Independientemente de su trayectoria, Alonso dice mantenerse
abierta al comentario: ''Desde luego, por favor. De no estar atenta a la
crítica y al apunte de mis bailarines, ya mi carrera habría
terminado. Por fortuna para mí no es así. Estoy segura, justamente
por esos años de trayectoria, que la perfección es inalcanzable.
Ni siquiera en cuanto al espacio físico: eso que comentaba de que
un meteorito nos separó del continente no habla de perfección
alguna".
-Usted no se detiene, eso es claro.
-He tenido altibajos, como todos, pero he sabido sortearlos.
Miro hacia delante, no pienso jamás en la caída ni en la
lesión y mucho menos en la falta de movimiento.
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