El académico brasileño Teixeria Coelho participa en el Congreso Iberoamericano de Turismo

"La cultura, el último recurso de gobernabilidad en el siglo XXI"

La gente no viaja por problemas económicos, pero también por falta de motivación; el turismo se está convirtiendo en un sistema dominado por la iniciativa privada, alerta

ARTURO CRUZ BARCENAS ENVIADO

Morelia, Michoacan, 10 de junio. Uno de los fenómenos más graves de la cultura contemporánea son los "emparedados", la gente que se queda en sí misma y que no tiene una perspectiva de comunicación porque está encerrada. "La vida es muy corta para pasarla así. Este es mi norte: deseo ampliar la visión, y el turismo podría ayudar, pero lo malo es que éste se está convirtiendo en un sistema dominado por la iniciativa privada", expresó el brasileño Teixeria Coelho, académico de la Universidad de Sao Paulo, donde se desempeña como director del Observatorio de Políticas Culturales y quien participó en el Congreso Iberoamericano sobre Patrimonio Cultural, Desarrollo y Turismo, que se realiza en esta ciudad.

Doctor en política cultural en su país, Coelho es considerado uno de los especialistas de su área, en el mundo. En entrevista, abundó sobre la vida y su brevedad: "A mí me parece que en el principio del siglo XXI nuestro más grande objetivo, incluso nuestro más grave problema, es el poder que ha ganado la sociedad civil. El poder debe ser de la sociedad civil y el turismo no está fuera".

El hombre es, debe ser, viajero, dijo. Quien no viaja no se mueve y se encierra. "No se viaja por no tener dinero, pero también por falta de cultura, por hábitos culturales. Uno de los hechos más graves son las actitudes culturales que tienen la tendencia a no cambiar, a mantenerse iguales. La política cultural pretende cambiar esas actitudes.

"La gente no viaja, sí, por problemas económicos, pero también por falta de motivación, y se queda en sí misma. Esto tiene implicaciones polémicas respecto de la identidad cultural. ƑHasta qué punto ésta puede cambiarse e incluir otras cosas? ƑHasta qué punto es necesario que en el siglo XXI las identidades sean maleables?"

Es un filósofo del viaje y se desempeñó recientemente como director del Museo de Arte Contemporáneo de su ciudad.

Larga charla

"Congresos, como este de Morelia, tienen dos fines: uno es político y el otro es académico. Son actividades para llamar la atención de la gente, tanto de la sociedad civil como de la política. Son espacios para difundir lo que otros están haciendo. Este tiene una calidad muy alta. Lo único que debo decir, en contra, es que deberíamos tener un poco más de tiempo para charlar. Mi definición preferida de cultura es que ésta es una larga charla. Esto es un poco lo que falta aquí, pero este problema pasa en todas partes. El mundo de hoy necesita intercambio de información. Para hacer nuestro trabajo necesitamos conocer otras realidades. La política cultural no es algo estático. O ves lo que el otro está haciendo y meditas o no sirve para nada lo que haces".

Expuso que es su responsabilidad no quedarse en sí mismo, para tener una idea del mundo y de la realidad. "Cada vez más los gobiernos deben escucharnos, a nosotros los especialistas en política cultural. La cultura es prácticamente el último recurso de gobernabilidad en el siglo XXI. Para las sociedades laicas, que no quieren a la religión como un instrumento, y que no quieren recurrir más a la ideología, la cultura es la alternativa".

Iba a leer una ponencia, pero de último momento decidió exponer su experiencia en el autobús que lo llevó del DF a Morelia. Le tocó estar debajo de un televisor, tuvo que ver dos películas gringas, con el volumen alto. Lo relató al público. El lo que deseaba era observar el paisaje, las montañas, y hablar con mexicanos. "Expliqué que eso, lo que me pasó, es turismo. Se habla mucho en los congresos de lo que está bien, pero no de lo que no se hace, de lo que está mal".

Confía en que sus ideas no se pierdan y queden en la memoria del congreso y en el saber de la gente, sobre todo de los jóvenes. "Mi tesis consiste en una microfísica de la relación cultura y turismo. Cuando las personas oyen hablar de desarrollo en general piensan en desarrollo económico; cuando se habla de economía la relacionan con el dinero. Yo propongo referirnos a economía política, que tiene que ver con el sentimiento, con las relaciones interpersonales.

"Por eso hablé de lo que me pasó en el camión e hice la comparación con lo escrito en un folleto que me dieron sobre la mariposa monarca, que recomienda no hablar, no hacer ruidos, oír el silencio. Mencioné que el pensamiento ecológico está mucho más avanzado que el cultural. Cuando pensamos en la cultura y en el turismo hay una desconexión muy grande entre los grandes pensamientos y las prácticas reales. Hay abismos entre las culturas objetivas y subjetivas. Eso tiene que ver con el tipo de turismo que un país quiere."

Necesario incluir a la sociedad civil en proyectos

-ƑCómo afecta una política cultural mal diseñada?

-Afecta, sí. Hay que diseñar programas para las comunidades. Los expertos no podemos quedarnos haciendo planes para el gobierno, para la sociedad política. Tenemos que hacerlos también para la sociedad civil. Esto es casi referirse a lo que se llamó la autogestión, de la cual no se habla desde hace 60 años, pues se quedó apartada de los grandes idearios ideológicos y políticos.

"Dada la importancia del turismo para la economía, hay que hablar más con la sociedad civil. Lo que se está haciendo, en general, son programas de arriba para abajo. En Brasil, las universidades están preparando a jóvenes en el área de política cultural, y algunos logran puestos de mando, en el gobierno, lo cual contrarresta a los improvisados."

Coelho lleva 30 años trabajando en este tipo de actividades. "Creo que hay muchas razones para ser pesimistas, pero en política cultural tenemos un refrán: hay que ser pesimistas en el análisis y optimistas en la acción".

Participará en el festival Puerta de las Américas, con la conferencia Cultura, dinero y sociedad, de la resistencia a la impotencia, el 14 de junio.