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México D.F. Sábado 14 de junio de 2003
Luis González Souza
Oye, Vicente...
Tengo 52 años, pero desde que llegaste al "poder",
me siento de 98. Y es que cualquiera se cansa de tanta verborrea, de tantas
promesas incumplidas, de tanta desfachatez publicitaria, de tantos desfalcos
morales y recurrentes al pueblo, y en fin, de todo lo que tu tan bien manejas,
es decir, los trucos publicitarios, la mercadotecnia popular prolongada
y todas las variantes de la demagogia. Por todo ello ya me siento de 98
años, y creo que no soy el único. Ahora no me resta sino
preguntarte, aprovechando tu sencillez mediática, que espero no
sea fingida: ¿Dónde quedó tanta energía que
yo solía tener, qué puedo hacer con tanta vejez prematura?
¿Acaso dicha energía también se fue a engrosar la
privatización subrepticia de nuestra industria eléctrica?
A diferencia de la viejita mediática que tan desparpajadamente
te pregunta qué puede hacer con tanta energía que le sobra
y la desborda, yo te pregunto: ¿Qué puedo hacer con tanta
energía erosionada estos tres años de tu gobierno a causa
de tanta verborrea esteril y de tanto mesianismo fallido? ¿Debo
dirigirme a Locatel para encontrar mi energía perdida? ¿O
debo tomar muchos vasos de leche para ponerme grandote como tú?
Yo sé que tú, paternalistamente nos sugieres
nunca dejar los estudios para ponernos a trabajar. Aquí mi pregunta
es un poco más compleja, porque la única escuela que había
en mi pueblo se cerró desde tu llegada al "poder", y trabajo, trabajo,
lo que se llama trabajo, hace muchos ayeres dejó de existir por
acá. De modo que no me salgas con que termine mis estudios en lugar
de ponerme a trabajar. Esta triste historia, espero no muy reproducida
en el resto del país hace totalmente inútiles tus consejos.
En mi caso no se trata de qué va primero el estudio o el trabajo.
En mi caso no procede ninguna de las dos cosas. Todo lo que procede es
mucha desilusión, decepción y hasta coraje, nada más
de recordar todas tus promesas electorales. Hablando de éstas, de
inmediato asalta mi memoria tu tan célebre promesa de resolver en
15 minutos el mayor desafío que nuestro país tiene de 10
años para acá y en rigor, en toda su historia contemporánea,
es decir, el esquemáticamente llamado "conflicto en Chiapas". Yo
ahora sólo te pregunto: ¿Qué vas a hacer, cúando
y cómo, para honrar tan estruendosa promesa de campaña? ¿O
acaso crees que porque no habla Marcos el país ya está
en justa calma? ¿Acaso no has aprendido el abc del silencio y la
dignidad de los indígenas zapatistas? ¿Cúantos alzamientos
más resiste tu bolsa de valores y tu saco de horrores y errores
verbales?
Por cierto, ya que hablamos de tu tema favorito, el atinente
a los pesos y los centavos, déjame preguntarte algo relativo a la
gran noticia de ocho columnas estos días, a colación de la
deuda externa y de los bonos Brady. ¿Quién te dio el derecho
o el mandato, a no ser el de tu amigo Bush Jr., para liquidar anticipadamente
los pagarés del caso, y que hace unos años hicieron a nuestro
país el conejillo de indias del aparatoso Plan Brady? ¿Acaso
no tienes deudas más propias, más importantes y con un pago
éticamente impostergable? Desde el punto de vista extrictamente
cuentachiles, ¿para qué anticipas el pago al mentado Brady
si tantos chiquillos y chiquillas en el país todavía no pueden
comprar la leche que a ti te hizo un vaquerote? Es más, te la pongo
fácil, si ya te quedaste sin dinero por pagarle anticipadamente
a Brady, ¿ahora cómo le vas a hacer para continuar con esos
viajes que, según tú, no son de paseo sino de estrictos negocios?
Supongo que en lugar de pasaporte y visa, cargas tu libreta de pedidos
y tus folletos de subastas. Entonces sí, no hay lugar ni para las
confusiones ni para los escepticismos: sin duda alguna tus viajes son muy
benéficos para el país entero, y no sólo para Martita
y sus amigos, que no prosélitos.
Oye, Vicente, ¿los únicos empleos que, según
tú, estás creando al por mayor sólo tienen que ver
con puentes como el de Chiapas? ¿Las únicas miradas que tienes
para Chiapas sólo tienen que ver con cemento y albañiles?
Oye, Vicente, ya me cansé y ya me voy, al fin no
creo que quieras contestarme ninguna de estas preguntas, sólo te
pido por último que ya no sigas jugando con el derecho humano de
todo pueblo y que aunque todavía no está codificado en las
convenciones ni en los tratados, yo estoy casi seguro que ya es o pronto
lo será, uno de los derechos humanos más importantes. Me
refiero al derecho a la ilusión. Por cierto, ¿qué
has hecho y seguirás haciendo con todas las ilusiones que despertaste
en nuestro pueblo?
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