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México D.F. Sábado 14 de junio de 2003
Habitantes de Bancos de Calítique inmovilizaron
hace un mes maquinaria de contratista
Se unifican huicholes para defender la madera de un
pueblo en Durango
Semarnat dio autorización para la tala, a pesar
de que se trata de una área en litigio agrario; habían sido
cortados ya 450 árboles Los indígenas, dispuestos a mantener
el plantón "el tiempo necesario"
ROSA ROJAS ENVIADA
Predio Carreras, Municipio de El Mezquital, Dgo., 13
de junio. En la vía de su recomposición como pueblo indígena,
los wixarikas (huicholes) dieron un salto cualitativo al manifestar este
miércoles 11, las autoridades tradicionales y agrarias de todas
las comunidades huicholas de Jalisco y Durango, así como representantes
de los tepehuanos de esta última entidad y de la comunidad nahua
de Tuxpan, Jalisco, la decisión de apoyar a la comunidad de Bancos
de Calítique (o Bancos de San Hipólito) para mantener, "por
todo el tiempo que sea necesario", el plantón que desde el 15 de
mayo se instaló en este lugar para frenar la explotación
de madera por parte de los mestizos de San Lucas de Jalpa.
En esa fecha, los wixaricas detuvieron la maquinaria del
contratista que con la autorización del comisariado de San Lucas,
Alonso Salas, ya había derribado más de 450 árboles
con un permiso que les dio la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos
Naturales (Semarnat), pese a que es una área en litigio agrario
(La Jornada, 24 de mayo de 2003).
La situación en este punto de la Sierra Madre Occidental
-donde además confluyen los límites estatales de Jalisco,
Nayarit, Durango y Zacatecas- está "muy caliente" a causa de varios
añejos conflictos agrarios entre comunidades indígenas -huicholas
y tepehuanas- con núcleos agrarios mestizos, y los huicholes de
Bancos temen que se vaya a poner peor en los próximos días,
porque de acuerdo con el permiso de aprovechamiento que tienen los de San
Lucas, si no sacan la madera ya cortada antes del 30 de este mes, ya no
podrán hacerlo.
Falló reunión interinstitucional
Los
huicholes de Bancos, que dentro del juicio agrario que llevan contra los
mestizos de San Lucas de Jalpa ante el Tribunal Unitario Agrario (TUA),
distrito VII, en Durango, se comprometieron a buscar una solución
conciliatoria al diferendo entre ambos núcleos agrarios, habían
convocado -para el miércoles 11- a una reunión interinstitucional
a efecto de buscarle una solución negociada al problema de la madera.
En ésta participarían Semarnat, la Procuraduría Federal
de Protección al Ambiente, la Procuraduría Agraria, el Instituto
Nacional Indigenista (INI) y el gobierno de Durango. Ninguna dependencia
llegó, excepto el INI, que envió como "observador" al director
del Centro Coordinador Indigenista (CCI) de San Antonio de Padua, Saúl
Ornelas Placencia, y tres elementos de la Policía Judicial de Durango.
Ornelas señaló que el delegado del INI en
Durango le ordenó "estar atento a cualquier evento y conocer las
posturas de las partes". Comentó que el CCI cuenta con escaso personal
-dos técnicos, el director y un chofer- para atender los programas
en 34 comunidades mexicaneras, huicholas y tepehuanas de la región,
y que están ocupados en la operación de los programas que
se llevan en el centro -fondos regionales, fondo para la cultura indígena,
becas albergue- "para entregar un buen finiquito" del INI, que está
en liquidación.
Las condiciones de vida son precarias en este plantón
en plena sierra, que está por cumplir un mes en medio de lo que
va quedando del bosque -otrora hábitat ancestral de los huicholes-
de pinos, encinos y robles, que va cediendo el paso al ganado, flaco ya
al final de las secas, que introducen los mestizos en las tierras que la
revolución dejó de reconocerles a los indígenas para
dotárselas a ellos.
Durante el día unos 150 adultos, hombres y mujeres,
e incontables niños, se cubren de las inclemencias del sol serrano
bajo ramadas de hojas de roble o con techitos de plásticos coloridos
y lonas ahuladas; estas últimas, paradójicamente, propagandizan
lo último en tecnología digital para fotografía Canon.
Por la noche se arrebujan en precarias mantas que no logran cortar el frío
y la humedad de las primeras lluvias que calan hasta los huesos. En Bancos,
que queda a tres horas de camino de este predio, viven unas 800 personas,
de las cuales 200 son hombres mayores de 18 años. El resto son mujeres
y niños. Todos se van rotando para mantener este plantón.
Nació Rosaura
Una primera "hija de la lucha" vio la luz bajo la manta
ahulada de Canon y sobre una telita extendida en la tierra suelta, el pasado
31 de mayo. Rosaura se llama la niña, hija de Alma Delia, niña
ella a su vez, desnutrida, que se negó a cruzar palabra con esta
enviada. Quizá porque no habla español y sólo se comunicaba
a través de su madre, que le traducía a su idioma nuestras
preguntas.
En el predio Carreras la asamblea wixarica es permanente.
El día 11 llegaron las autoridades agrarias y tradicionales -algunos
hicieron hasta 15 horas en camioneta por las accidentadas terracerías
de la sierra para trasladarse- de las comunidades indígenas huicholas
de San Andrés Cohamiata, San Sebastián Teponahuaxtlán
y su anexo de Tuxpan de Bolaños y Santa Catarina Cuexcomatitlán.
Arribaron también representantes de la comunidad tepehuana de Santa
María Ocotán, Durango, que hace un par de meses expulsó
de su territorio a la población mestiza de Pajaritos y Bernalejo.
De la comunidad nahua de Tuxpan, Jalisco, llegó María de
Jesús Patricio, la misma que habló en el Congreso de la Unión
al final de la Marcha de la Tierra realizada por el EZLN en 2001.
Una vez que se constató que no llegaron las autoridades,
ni tampoco los mestizos de San Lucas de Jalpa, los huicholes de Bancos
informaron a los enviados de La Jornada y Público
la raíz del problema entre ambos núcleos agrarios, consistente
en que "en forma ilegal" la Reforma Agraria reconoció a la "comunidad
mestiza" de Bancos de Jalpa las 10 mil 720 hectáreas, cuyo reconocimiento
había solicitado previamente Bancos. "Este no es un problema interno
de la comunidad de San Lucas de Jalpa, es un problema entre indígenas
y mestizos de dos comunidades separadas", subrayaron. Negaron rotundamente
que se quieran separar de Durango, "como andan diciendo los mestizos de
San Lucas".
El origen del problema
Evangelina Robles, directora de la Asociación Jalisciense
de Apoyo a Grupos Indígenas -representante legal de la comunidad
de Bancos- explicó que el problema se remonta a los años
60, cuando la Secretaría de la Reforma Agraria desconoció
más de 50 por ciento de la tierra de la comunidad de San Andrés
Cohamiata a la hora de expedirle su resolución de reconocimiento
y titulación, dejando fuera de ella a Bancos de Calítique.
Bancos entonces decidió hacer un trámite para dotación
de la tierra que desde tiempo inmemorial les ha pertenecido, pero en 1984,
esas 10 mil 720 hectáreas que ellos reclamaban se las entregaron
a los mestizos de San Lucas de Jalpa.
En 2002, Bancos interpuso un amparo para que se anule
la resolución de San Lucas. El 9 de abril pasado se tuvo la primera
audiencia de conciliación en el TUA. Ahí, explicó
Robles, los mestizos de San Lucas "habían dicho que estaban dispuestos
a reconocer a los huicholes como comuneros. El TUA emitió un acuerdo
que dice que están en etapa conciliatoria, que van a revisar la
documentación para hacer un censo básico y la siguiente audiencia
ante el TUA es el 20 de junio.
"Los mestizos hicieron una asamblea el 4 de mayo. Ya los
huicholes les habían entregado un censo de 200 comuneros con derechos;
los mestizos, según su resolución presidencial eran 310,
y entonces trascendió que los mestizos dijeron en su asamblea que
no iban a reconocerlos, pero no hay todavía una respuesta oficial."
En el ínterin se dio el problema forestal. En la
asamblea de este miércoles, los wixarica de Bancos mostraron una
acta levantada el 17 de mayo, mediante la cual se acordó liberar
la maquinaria que habían retenido del contratista que estaba talando
los árboles, firmada por Jesús Robles, el contratista, y
el presidente de bienes comunales de San Lucas, Alonso Salas. En ella,
Salas dice que está de acuerdo en que suspendan los trabajos y no
se saque la madera. Las autoridades de Bancos aseveraron que incluso Salas
señaló que estaba de acuerdo en que de los 450 árboles
ya cortados, la mitad de la madera fuera para Bancos y la mitad para San
Lucas, pero ofreció presentarse al día siguiente en el plantón
y nunca regresó.
"Nosotros ya nos cansamos de que nuestros bosques sean
destruidos, de que se aterren nuestros arroyos, de que se sequen nuestros
ojos de agua, de que se acaben las plantas medicinales y se alejen los
animales del bosque; por eso paramos el corte y detuvimos la maquinaria,
y vamos a estar en plantón hasta que se cancele el permiso de aprovechamiento
de San Lucas", afirmaron los huicholes.
Robles informó que el 31 de mayo, inspectores de
Profepa y Semarnat realizaron una visita al predio, como resultado de una
denuncia popular por la tala, que presentó la comunidad de Bancos
de Calítique ante la Semarnat. Los de Profepa les negaron en ese
momento copia del acta a los huicholes. "Después en el jurídico
de la delegación de la Profepa nos dijeron que la comunidad de Bancos
no acreditaba interés jurídico en la inspección, que
ahí solamente tiene interés jurídico San Lucas. Yo
le discutía que la comunidad de Bancos sí tiene personalidad
porque la inspección se hizo a raíz de la denuncia popular
que hizo Bancos de Calítique. El contestó que si queríamos
saber algo que habláramos a la oficina central en México,
adonde tramitamos la inspección", explicó Robles. La madera
sigue ahí. El plantón de los wixaricas también.
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