TIEMPO DE BLUES

Raúl De la Rosa

La música en vivo

Primera llamada

EN LA ACTUALIDAD escuchar música es casi un acto reflejo. Encender la radio en la mañana forma parte de esas rutinas que realizamos en automático; si uno se transporta en vehículo propio, por lo general, oye música, y si uno utiliza el transporte público, el conductor tiene a bien recetarle sus gustos musicales a todo volumen.

UNA DE LAS EXPRESIONES más antiguas del ser humano es, sin duda, la música. Refleja estados de ánimo, se canta si se está contento (bajo la regadera o tarareando mientras se prepara el desayuno), la música desaparece cuando no se está pleno, la depresión ahuyenta la armonía en la vida.

UTILIZAMOS LA MUSICA para realizar casi todas nuestras actividades relevantes. Desde sus inicios fue una forma de establecer contacto con los dioses, en ceremonias y rituales (sagrados y profanos).

DURANTE LOS COMBATES fue indispensable para los espíritus guerreros o, como Napoleón dijo: "Una buena marcha vale por cien cañones".

TAMBIEN TIENE UNA función terapéutica: permite descargar emociones contenidas que por lo mismo hacen daño. El baile es una de sus innumerables modalidades y es un arquetipo que toda especie humana ejecuta. De alguna manera los conciertos masivos modernos cumplen una función social, pues se participa de un ritual colectivo, el sentido de pertenencia a un grupo que no ha dejado el espíritu tribal.

Segunda llamada

HOY DIA LA música es una industria descomunal, todo -o casi todo- se comercializa, se ha vuelto un gran negocio. La tecnología permite reproducir en nuestros hogares la música creada en cualquier rincón de este planeta, basta oprimir un botón y escuchamos al cantante de moda o una misa de Bach.

ƑA que viene toda esta visión cargada de nostalgia? La repuesta es simple: Este viernes pasado Radio Educación (1060 a.m.) invitó al que escribe como comentarista del concierto que la Orquesta Sinfónica Nacional ofrecía en el Palacio de Bellas Artes.

RECORDAMOS LOS DIAS en que los conciertos dominicales de la orquesta eran transmitidos por Canal 11. Nos preguntamos Ƒpor qué ya no se transmiten?, pues los domingos a medio día son cientos de miles los televidentes que no gustan del fútbol y prefieren ver o escuchar el concierto de la Sinfónica Nacional.

Tercera llamada

UNA ANECDOTA QUE habla por sí sola es la siguiente: al hijo de un amigo le gustaba la música que su padre escuchaba, en especial el Concierto número 3 de Beethoven; un día que este concierto se presentaba y su padre lo llevó a la sala de conciertos, éste se sorprendió cuando su hijo le dijo: "no se parece a la que he escuchado en casa, se oye diferente". En efecto, un aparato de sonido nunca va a reproducir el sonido de una orquesta en vivo, la brillantez de los metales o la calidez de las cuerdas.

AUNQUE LA MUSICA es evolución, las obras de los periodos clásico y romántico se siguen interpretando miles de veces todos los días alrededor del planeta; obras de compositores tan trascendentales como Bach, Mozart, Beethoven, por sólo citar a los mas conocidos, son un deleite para el alma y nos llevan a un mundo de emociones difíciles de encontrar hoy día.

VER Y ESCUCHAR a los músicos en vivo bajo la batuta del director es una experiencia que todo ser humano debería experimentar; desafortunadamente en nuestro país son escasos los asistentes a los conciertos sinfónicos. En una urbe de tantos millones es deprimente ver una sala de conciertos medio llena, poco más de mil asistentes.

SI USTED TIENE hijos y quiere exponerlos, aunque sea una vez en su vida, a esa experiencia, hágalo, se lo van a agradecer. Nunca olvidarán la magia y el ritual de un concierto, en el que más de cien músicos, en traje de pingüino, le emocionarán. La música ayuda a ser mejores seres humanos.

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