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México D.F. Lunes 23 de junio de 2003
MEDIO ORIENTE: CUARTETO SIN PARTITURA
Ante
el más reciente atentado terrorista per- petrado por el gobierno
de Ariel Sharon en Hebrón, en el cual ordenó el asesinato
del líder local de Hamas, Abdala Kauasma, los integrantes del denominado
cuarteto para Medio Oriente, conformado por los gobiernos de Estados
Unidos y Rusia, más la Unión Europea y la secretaría
general de la ONU, no tuvieron más remedio que disimular su parcialidad
y criticar a Israel por el crimen. "Tales acciones -dijo Kofi Annan en
nombre de los cuatro- no mejoran la seguridad y debilitan la confianza
y las perspectivas de cooperación." De inmediato, Tel Aviv rechazó
con virulencia el señalamiento e instó a sus detractores
a "presionar a la Autoridad Nacional Palestina (ANP) para que se dedique
a luchar contra el terrorismo".
A estas alturas, pues, el llamado cuarteto parece
haber perdido toda posible autoridad y todo margen de mediación
entre las partes. El mapa de ruta, redactado por esas instancias
de poder internacional, se evidencia como una enumeración de buenos
deseos sin ningún sustento real, y las simulaciones de gestiones
pacificadoras -como la más reciente del secretario de Estado Colin
Powell- no logran detener más que unas horas la escalada infernal
de violencia entre los terroristas de ambos bandos, ninguno de los cuales
-ni el gobierno de Sharon ni Hamas y demás grupos radicales palestinos-
tiene el menor interés de detener la confrontación. Unos
y otros parten de la lógica del exterminio total del adversario,
y la sola mención de la convivencia pacífica entre ambos
pueblos les resulta un obstáculo y un estorbo.
Las autoridades de Tel Aviv saben perfectamente que los
asesinatos de líderes palestinos no lograrán detener los
atentados terroristas contra blancos civiles israelíes sino, por
el contrario, los multiplicarán. Sharon finge desconocer que la
ocupación militar de los territorios palestinos y las prácticas
atroces de homicidios "selectivos" no son el remedio, sino la causa, de
esos atentados. Los dirigentes de Hamas, por su parte, necesitan la presencia
militar de los opresores israelíes para justificarse y presentarse
como una opción atractiva ante los jóvenes palestinos desesperados
y sin futuro. La ANP fue destruida en el curso de los últimos dos
años por los propios israelíes; por ello, la exigencia de
que desmantele las organizaciones terroristas es retórica e irrealizable.
La única manera de detener a los terroristas palestinos
y a los genocidas israelíes es, como saben perfectamente los gobiernos
europeos, la ONU y las dirigencias estadunidense y rusa, es enviar una
fuerza multinacional de interposición que obligue a Israel a sacar
sus tropas de Gaza, Cisjordania y la Jerusalén oriental, que restablezca
las fronteras de 1967 y que garantice la paz y la seguridad de israelíes
y de palestinos. En tanto las potencias y las instancias con capacidad
de decisión sigan haciendo como que no lo saben, seguirán
perdiéndose vidas en ambos bandos, tanto de civiles como militares,
de manera inútil y absurda. La única partitura viable para
el llamado cuarteto es el envío de una fuerza militar pacificadora
a Medio Oriente.
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