México D.F. Sábado 28 de junio de 2003
Tres más viven en Arabia Saudita; serían integrantes de un grupo radical musulmán
Captura EU a ocho personas que preparaban atentados contra India
Funcionarios de Washington acusan a Riad de financiar actividades anti occidentales
AFP
Washington, 27 de junio. Estados Unidos inculpó este viernes a un grupo de 11 personas que preparaba, según las autoridades, atentados contra objetivos indios en Cachemira bajo las órdenes de Lashkar-e-Taiba, una organización radical musulmana con sede en Pakistán.
De las 11 personas inculpadas por un tribunal federal de Alexandria, Virginia, la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) arrestó ayer por la mañana a ocho individuos en tres estados cercanos a la capital: Maryland, Virginia y Pensilvania.
Los detenidos están acusados de terrorismo y de haber fomentado la jihad (guerra santa) contra objetivos indios en Cachemira, anunció el Departamento de Justicia estadunidense en un comunicado. Los otros tres acusados viven en Arabia Saudita, declaró el fiscal Paul McNulty.
Todo el grupo está vinculado a la organización Lashkar-e-Taiba, un grupo de radicales musulmanes que lucha contra las fuerzas indias en Cachemira, y figura desde octubre de 2001 en la lista negra de organizaciones terroristas del Departamento de Estado, además de que tendría conexiones con miembros de la organización Al Qaeda de Osama Bin Laden en Pakistán, expresó el comunicado.
La organización fue declarada ilegal por el presidente paquistaní, Pervez Musharraf, actualmente de visita oficial en Estados Unidos, y sus cuentas bancarias fueron congeladas en enero de 2002.
Lashkar-e-Taiba opera desde 1993 contra objetivos indios en Cachemira. Fue acusada por el gobierno indio de haber atacado el Parlamento en Nueva Delhi en diciembre de 2001, operación que provocó tensiones durante meses entre India y Pakistán.
Acusaciones contra Arabia Saudita
Por su parte, senadores, expertos y un responsable de la FBI acusaron a Arabia Saudita de financiar al movimiento fundamentalista islámico Wahhabi, al que consideran una amenaza terrorista.
Las ocho personas sospechosas de terrorismo y arrestadas por la FBI este viernes cerca de Washington están aparentemente en su círculo de influencia, ya que fueron acusadas de apoyar a la organización Lashkar-e-Taiba. "El problema al que nos enfrentamos es el patrocinio y el financiamiento de un Estado a una ideología extremista que provee un lugar de reclutamiento, infraestructuras y dinero para los terroristas internacionales", estimó el jueves el senador republicano por Arizona, Jon Kyl, presidente de la Comisión Judicial del Senado.
Otros senadores, varios expertos en terrorismo y el jefe de servicios jurídicos del Tesoro estadunidense, David Aufhauser, afirmaron que autoridades e instituciones de Arabia Saudita gastan enormes sumas para financiar escuelas coránicas y mezquitas en donde, según ellos, se enseña la intolerancia religiosa e ideológica anti occidental.
Aunque la administración de George W. Bush se abstiene de criticar abiertamente a Riad en este tema para no tensar la relación con un importante aliado, Aufhauser afirmó que "Arabia Saudita es, desde varios puntos de vista, el epicentro del financiamiento de Al Qaeda y de otras organizaciones".
Por otro lado, Estados Unidos "no permitirá, no tolerará ni alentará la tortura por parte de sus funcionarios", declaró el Pentágono en una carta enviada el miércoles al Congreso y que fue bien recibida este viernes por las organizaciones de defensa de los derechos humanos.
La misiva también dejó en claro que todo funcionario que utilice ese tipo de técnica será investigado y, si procede, enjuiciado.
Bush divulgó el jueves un comunicado en el que compromete al país en el combate a la tortura en el mundo y a "asumir el liderazgo de esa lucha con el ejemplo".
Varias organizaciones habían pedido a Washington que respondiera a informes de prensa según los cuales se "pone a prueba a sospechosos".
"El presidente y el Departamento de Defensa rechazaron sin equívocos el recurso a cualquier técnica para interrogar a sospechosos que represente un tratamiento 'cruel' prohibido por la Constitución estadunidense", se congratularon en un comunicado común la asociación Human Rights Watch y otras organizaciones.
Las dudas sobre las técnicas empleadas durante los interrogatorios surgieron apenas iniciada la guerra contra el terrorismo tras los atentados del 11 de septiembre de 2001. En los 15 meses siguientes, cerca de 3 mil sospechosos de ser miembros o simpatizantes de Al Qaeda fueron detenidos en todo el mundo, muchos de ellos como prisioneros de guerra, sin posibilidad de defensa y sin siquiera ser identificados.
Según el Washington Post, dos detenidos afganos murieron en diciembre en un centro de detención de EU en la base de Bagram, al norte de Kabul, en Afganistán. Uno murió de un ataque cardiaco y el otro de una embolia pulmonar, señaló el diario, que añadió que ambos casos fueron considerados como asesinato y que una investigación está en curso.
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