.. |
México D.F. Sábado 28 de junio de 2003
Exhibe muestra de 200 cuadros creados a partir
de un poema de Huidobro
Reconocen en París el quehacer pictórico
de la mexicana Susana Avilés
Altazor es un canto en el que, ''de las maneras
menos esperadas, podemos reconocernos''
La pintora buscó el texto ''en tramas y urdimbres,
espacios, colores y composiciones''
MONICA MATEOS-VEGA
La pintora Susana Avilés encontró en el
poema Altazor, de Vicente Huidobro, ''un canto donde todos, de las
maneras menos esperadas, podemos reconocernos, encontrarnos". De su recorrido
por las palabras del escritor chileno surgieron los 200 cuadros que conforman
Heme aquí al borde del espacio, muestra que se abrió
el pasado miércoles en la galería Simone F. Brunau de la
Citè Internationale des Arts, en París.
Se
trata de un vasto trabajo cuya realización le llevó tres
años, durante los cuales, asegura, se enfrentó a Altazor
de muchas maneras y terminó ''seducida" por el texto ''para luego
buscarlo en tramas y urdimbres; en espacios, colores y composiciones salidas
desde mis mismas entrañas, hasta llegar al punto de declararle:
Altazor,/ te vi arriba/ te vi abajo/ en medio/ en el centro/ me regalaste
las imágenes/ te las devuelvo en colores/ Altazor, Vicente, Huidobro".
Apropiación impecable
El crítico de arte Fernando Solana señala
que la artista, ''al modo de una hermeneuta poseída por su resplandeciente
tarea, por su intensa búsqueda o por su obsesivo empeño",
leyó los legendarios cantos líricos de Huidobro ''para interpretarlos
visualmente y alcanzar así no sólo un acto estético
con el que cobra vida la potencia seminal contenida en las metáforas
superiores, fundacionales y aun proféticas del poeta chileno, sino
también para realizar un hecho de apropiación impecable."
Huidobro eligió el París de las entreguerras
para escribir su poema; ''es sabido que el poeta, de paso por Madrid, en
1919, manifestó que era 'portavoz de un libro todavía inédito,
Voyage en parachute, en el que se resuelven arduos problemas estéticos'.
Entre 1925 -año de publicación de sus Maniféstes,
que defienden el creacionismo- y 1931 aparecieron varios anticipos que,
modificados, se integraron más tarde al poema. Entre ellos -publicados
en La Nación, de Santiago de Chile en 1925- un largo fragmento
del Prefacio, traducido supuestamente del francés por Juan Emar
quien, así, podría ser considerado coautor de gran parte
de este Prefacio, pues reaparece literalmente en la primera edición
de Altazor", explica Federico Schopf, investigador de la Universidad
de Chile.
Agrega que Altazor ''sería el resultado
final de ensayos escriturales que habrían surgido en contrapunto
con el creacionismo y también con otras formas, tradicionales y
vanguardistas, de hacer poesía. Desde este origen podría
surgir la apariencia de un cúmulo de textos -una adición,
un montaje- que tiene Altazor y que no corresponde necesariamente
a ningún proyecto sistemáticamente realizado".
Ahora, como afirma Solana, existe ''una obra pictórica
inspirada en tan alta poética", realizada por una pintora que si
bien leyó el poema, también ''lo vivió, lo soñó,
lo respiró, lo masticó, lo aprendió, lo imitó,
lo transformó, lo mimetizó, lo deconstruyó, lo amó,
lo odió, lo comprendió, lo transcribió, lo olvidó,
lo recordó, lo vio flotar en torno suyo, lo imaginó y lo
pintó. Como un tatuaje indeleble que ilustrara su cuerpo e inundara
su mente".
Susana Avilés es egresada de la Escuela Nacional
de Artes Plásticas, donde estudió diseño gráfico;
fue alumna de Gilberto Aceves Navarro, de Francisco Moreno Capdevilla y
Adolfo Mexiac. En 2000 participó en el taller de papel de Francisco
Toledo en Etla, Oaxaca.
En la serie de cuadros de grande y pequeño formatos
de Heme aquí al borde del espacio, la pintora ''concibe el
color como un símbolo, es decir, como un mensajero", puntualiza
Solana. La exposición se podrá ver durante todo julio en
la parisina galería Simone F. Brunau.
|