México D.F. Viernes 4 de julio de 2003
El creciente número de bajas podría
afectar la política interna de Estados Unidos, estiman
Ofrece EU 25 mdd por información que permita
capturar a Hussein
Dará 15 millones de dólares a quien ayude
a detener a los hijos del líder
Continúan los ataques: mueren 3 iraquíes
y 10 soldados resultan heridos
AFP, DPA Y REUTERS
Bagdad, 3 de julio. Estados Unidos da-rá
una recompensa de 25 millones de dólares a quien aporte información
que permita capturar a Saddam Hussein, así como 15 millones para
quien ayude a detener a cualquiera de los dos hijos del ex líder
iraquí, Uday y Qusay, informó aquí el administrador
estadunidense, Paul Bremer.
El anuncio se produjo en mo-mentos en que continúan
los ataques antiestadunidenses en Irak, donde tres iraquíes murieron
y 10 soldados resultaron heridos hoy.
El método de las recompensas no es nuevo para el
gobierno del presidente George W. Bush.
El 17 de septiembre de 2001, seis días después
de los atentados contra el Pentágono y el World Trade Center, Washington
ofreció una recompensa de 25 millones de dólares por Osama
Bin Laden, sin que hasta el momento esta cantidad haya contribuido a su
captura.
Bremer señaló que las recompensas se entregarán
a la persona que pueda dar "prueba irrefutable" de la muerte de Saddam
Hussein o sus hijos, o de su paradero.
"Para
asegurar que Irak y los iraquíes permanezcan libre, ahora y después
de que la coalición se haya ido, debemos garantizar que el régimen
del partido Baaz en verdad se ha acabado. Y por eso no podemos olvidar
a Hussein y sus hijos, que están entre los más malvados hombres
que ha conocido el mundo. Aún pueden estar con vida, pero hasta
que no estemos seguros, sus nombres arrojarán una sombra temible
sobre este país", afirmó Bremer.
En Kadimya, norte de Bagdad, un soldado estadunidense
y un niño de seis años resultaron heridos en un tiroteo entre
las fuerzas estadunidenses y un hombre ar-mado que acompañaba al
niño y que a su vez murió, indicó el co-mando central
del país invasor.
En Ramadi, al oeste de la capital, seis militares estadunidenses
resultaron heridos por "un artefacto explosivo" lanzado contra su convoy
de dos vehículos, declaró un portavoz del ejército.
En Bagdad, otro ataque hirió a tres militares y
mató a un civil, según el sargento mayor Scott Patton, quien
se negó a comentar afirmaciones de testigos que aseguran que militares
de Estados Unidos abrieron fuego contra un automóvil matando a su
conductor e hiriendo a otros tres iraquíes.
Frente a los ataques contra los soldados, Bremer pidió
refuerzos de tropas y responsables civiles para mantener el orden y restaurar
los servicios públicos en Irak, informó hoy el diario The
Philadelphia Inquirer, que cita a altos cargos del gobierno estadunidense,
según los cuales el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, está
examinando esa posibilidad.
Estados Unidos postergó su plan de reabrir una
embajada temporal en Irak y transfirió los 20 millones de dólares
inicialmente destinados a ese proyecto para pagar los es-fuerzos de paz
en el Medio Oriente, informaron hoy funcionarios del Departamento de Estado.
"Quedó claro que el gobierno no estará en
marcha antes de octubre, cuando termina el año fiscal, por lo que
no había una razón real para abrir ahora mismo una embajada",
dijo a Afp un funcionario que solicitó el anonimato.
49% ya no le cree a Bush sobre supuestas armas de
exterminio
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington y Nueva York, 3 de julio. El gobierno
de George W. Bush no entiende por qué dos meses después de
que el presidente declaró el fin de los combates en Irak siguen
los ataques contra los estadunidenses, pero no hay duda que la resistencia
armada a la invasión podría, si sigue creciendo el nú-mero
de bajas estadunidenses, empezar a tener un impacto político, tal
vez no en Bagdad, pero sí en Washington.
"La libertad tiene enemigos en Irak", acusó Bush
esta semana, y advirtió a los combatientes ira-quíes y extranjeros
que resisten la ocupación estadunidense que se-rán enfrentados
con "fuerza directa y decisiva", y prometió que "no habrá
ningún retorno a la tiranía" en esa nación.
Pero
casi todos los días hay noticias de más bajas de soldados
estadunidenses y de la "coalición" que ocupa Irak.
Tal vez eso no sea inaceptable para los estrategas militares,
pero su costo político en Estados Unidos podría provocar
problemas para el gobierno, particularmente al iniciarse el ciclo electoral
presidencial que finaliza en 2004.
Desde el primero de mayo, cuando Bush, a bordo de un portaviones,
declaró que la guerra contra Irak era "una misión cumplida"
y anunció el fin de las operaciones mayores de combate, más
de 75 miembros de las fuerzas de la "coalición" han fallecido, 65
de ellos militares estadunidenses.
De éstos, 25 soldados murieron por ataques, el
resto en diversos tipos de accidentes y de incidentes. Decenas más
han sido heridos, incluyendo por lo menos 10 soldados estadunidenses más
este jueves, en ataques contra las fuerzas invasoras.
Una reciente encuesta de opinión de CNN-USA
Today-Gallup registró que el número de estadunidenses
que opina que la guerra en Irak está avanzando mal se triplicó
desde principios de mayo, de 13 a 42 por ciento.
Otra encuesta de ABC News-Washington Post indicó
un incremento en el número de ciudadanos estadunidenses que cree
que es inaceptable el nivel de bajas militares en Irak.
Justo después de la toma de Bagdad por las fuerzas
armadas estadunidenses, sólo 28 por ciento pensaba que el número
de bajas era inaceptable, contra 66 por ciento que lo consideraba aceptable,
pero a mediados de junio la encuesta reveló que 44 por ciento cree
que el nivel de bajas es inaceptable contra 51 por ciento que opina lo
contrario.
Otra reciente encuesta registró que el margen de
diferencia entre los que opinan que la guerra en Irak valía el costo
en vidas y dinero estadunidense y los que pensaban que no valía
ese sacrificio se ha reducido a la mitad durante el pasado mes.
A mediados de mayo, la encuesta Greenberg Quinlan Rosner
registró que 61 por ciento decía que valía el costo,
contra 33 por ciento que no valía (una diferencia de 28 puntos entre
ambas posiciones), y ahora 55 por ciento opina que vale el costo contra
41 por ciento que piensan que no.
Esta misma encuesta registró que 49 por ciento
del público dice que ya no confía en lo que declara el gobierno
estadunidense sobre las supuestas armas de destrucción masiva en
Irak.
Sin embargo, Bush sigue gozando de niveles muy altos de
popularidad, y 56 por ciento de un público evidentemente confundido
le cree a su presidente cuando dice que existen estas armas.
Pero a la vez, que se registre una creciente desconfianza
en las declaraciones de gobierno para justificar su guerra es considerado
por algunos analistas como el comienzo de lo que podría ser un grave
problema político para Bush en la arena electoral.
Con el número de bajas estadunidenses creciendo
cada día, el gobierno ha tenido que defender su política:
el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, insistió esta semana
en que Irak no se estaba convirtiendo en un empantanamiento militar, como
fue la experiencia de Vietnam.
La situación en Irak, señaló, se
parece más al "periodo de caos y confusión" después
de la revolución estadunidense y antes de la adopción de
su Constitución.
Sin embargo, reconoció que los ataques contra los
soldados estadunidenses "continuarán por algún tiempo", pero
rehusó ofrecer una evaluación en días o meses.
Esta semana, Bush reiteró una y otra vez que Estados
Unidos está comprometido a mantenerse en Irak a largo plazo, y que
las aproximadamente 146 mil tropas (más otras 12 mil de otros países
de la llamada "coalición") permanecerán ahí y enfrentarán
a toda resistencia.
El gobierno (y los medios) ha buscado caracterizar los
ataques contra las fuerzas invasoras calificándolas de una combinación
de fieles de Saddam Hussein, fuerzas "terroristas" de Irak y de otras naciones,
"fanáticos" musulmanes, criminales y de-lincuentes comunes y bandas
de resistencia antiestadunidenses.
Hay intensos debates respecto de si los ataques son espontáneos
o coordinados, si son al azar o parte de una resistencia organizada. Nadie
sabe.
Costo político de la invasión
Pero el presidente Bush insistió esta semana en
que "estos grupos creen que han encontrado una oportunidad para dañar
a Estados Unidos, de hacer temblar nuestra determinación en la guerra
contra el terror y provocar que dejemos Irak antes de que la libertad sea
plenamente establecida. Están equivocados, y no tendrán éxito".
Esto podría ser cierto, por el momento en Irak,
pero las consecuencias de estos costos están empezando a cambiar
los cálculos po-líticos en Estados Unidos. Y como van las
cosas en Irak, todo indica que para los estadunidenses la situación
en torno a los ataques y sus consecuencias está empeorando.
Algunos analizan si la presencia y comportamiento de los
invasores nutre los ataques, provocando ira y resentimiento.
Con organizaciones de derechos humanos internacionales
que denuncian numerosos casos de atropellos y abusos de los derechos humanos
de los iraquíes, la respuesta parece obvia, sin hablar de lo aún
más obvio: un pueblo invadido y su país ocupado por extranjeros
que declaran que están ahí para imponer su versión
de lo que debería ser el futuro político y económico
de Irak.
Nadie puede pronosticar el impacto que tendrá una
presencia prolongada de Estados Unidos en Irak para la política
interna, pero no son pocos los políticos y analistas que cada día
se preocupan por hasta dónde esta guerra, y sus costos en vidas
estadunidenses, contará con el apoyo (o por lo menos aceptación)
de la ciudadanía de este país.
La ironía sería que la guerra que cambió
el régimen de Irak acabe cambiando el régimen de Washington
en las elecciones de noviembre de 2004.
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