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México D.F. Viernes 4 de julio de 2003
AMIGOS DE FOX: EL DESASEO
El
representante del Partido de la Revo- lución Democrática
(PRD) ante el Instituto Federal Electoral (IFE), Pablo Gómez, presentó
ayer a los medios un resumen del expediente que lleva la Unidad Especializada
contra el Lavado de Dinero de la Procuraduría General (PGR) de la
República en torno a los manejos financieros realizados por la agrupación
Amigos de Fox en los comicios de hace tres años. De esa información
se desprende que esa organización, y varias otras que participaron
desde las sombras en la campaña electoral del ahora Presidente de
la República, efectuaron diversas operaciones irregulares -ilegales,
califica el perredista-, indebidas, vergonzantes y furtivas. Si no lavaron
dinero, los amigos de Fox actuaron en todo momento como si lo hubieran
estado haciendo; si no recibieron fondos de procedencia ilícita,
ilegalizaron los que tenían al escondérselos al IFE; si pretendían
ayudar al entonces aspirante presidencial, han causado, a la postre, un
grave perjuicio al actual mandatario.
El informe de Gómez y varios asesores del PRD deja
en entredicho, también, a la Unidad Especializada contra el Lavado
de Dinero y a su titular, María de la Luz Núñez, toda
vez que la dependencia y su responsable no habrían realizado una
investigación en forma y a fondo, sino que se habrían confornado
con recibir los testimonios voluntarios de los donantes de fondos para
Amigos de Fox. Es inevitable concluir que, si sólo con esas declaraciones
pudo hallarse tal cúmulo de irregularidades, un desempeño
más riguroso de la procuración de justicia dejaría
al descubierto cosas mucho más graves. Y es ineludible sospechar
que -contra lo que afirmó el operador central de Amigos de Fox,
Lino Korrodi, en el sentido de que Núñez había "recibido
línea" para perjudicarlo- la Unidad Especializada contra el Lavado
de Dinero de la PGR ha incumplido con su obligación de investigar
y perseguir la posible comisión de delitos.
Si, como sostiene el resumen del PRD, casi todos los implicados
(en el financiamiento "oscuro" de la campaña foxista) se intercambiaron
recursos para disimular los destinos reales del dinero y se facturaron
"servicios prestados" unos a otros, ello tendría que dar pie a una
pesquisa seria sobre posible lavado de dinero. En cambio, la oficina que
preside Núñez concluyó precipitadamente, tras escuchar
a algunos de los donantes, que no existía evidencia de tal delito.
Más aún, a la luz de las revelaciones mencionadas, da la
impresión de que el proceso contra el ex titular de la Comisión
Nacional Bancaria y de Valores, Eduardo Fernández, acusado por Korrodi
de violar el secreto bancario, podría ser un intento por mantener
en secreto las maquinaciones financieras indebidas de Amigos de Fox.
Los escándalos resultantes de los comicios de hace
tres años por posibles desvíos de recursos públicos
y por presunto uso de fondos ilícitos han causado un grave daño
a esos partidos, a las instituciones y a la vida republicana. El daño
se incrementa en forma exponencial en la medida en que los involucrados
tratan de evitar que los episodios correspondientes se ventilen en procesos
judiciales.
Por el bien de la clase política, del actual gobierno
y del futuro de todos los institutos políticos, tales episodios
deben ventilarse de una vez por todas. Ojalá que cuando la ciudadanía
llegue a las elecciones de 2006 esas historias hayan quedado atrás,
no por el carpetazo o la ocultación, sino por el pleno esclarecimiento.
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